Necesito tu nombre para sembrar el agua
de peces de colores y flores amarillas.
Necesito beberme un río, entero,
nacido de tu nombre, parido en tu alegría.
de amapolas, de surcos, de hierbas y de espigas.
Necesito comerme el pan moreno
de tu vientre caliente, de tu boca y tu risa.
Necesito tu nombre para hacerme más hombre,
para sentir los pulsos en las ingles, la vida
vertical en los ojos asombrados,
y en las manos tus pechos boca arriba.
Necesito tu nombre de mujer entregada,
tu palabra y tu voz y tu risa infinita.
Necesito tus manos en mis manos
para abrazar el mundo y hacerlo a tu medida.
Necesito que estemos solitarios y alegres
al margen de la pena y al margen de la herida.
Sentados en la plaza de los besos
con las bocas al sol y las cinturas fundidas.
Necesito tu nombre para sentir mi nombre
Y emerger de la nada como buena noticia.
Necesito tu cuerpo enamorado
Pronunciando mi cuerpo a la luz de tu orilla.
Rafael Fernando Navarro
Febrero 2.003