lunes, 31 de agosto de 2009

A calzón quitado

Osvaldo Bayer (Desde Bonn, Alemania)

Parece que está de moda hablar del hambre de los niños en el mundo. El papa Ratzinger, nuestro cardenal Bergoglio, empresarios del campo y tantos otros. Aquí en Alemania se está discutiendo esto a calzón quitado. Claro, se está ante elecciones nacionales. Entonces, lo que durante los gobiernos estables es un juego de transacciones y entendimientos, cuando se juega el poder, se sale a decir la verdad. Y han salido a la luz las estadísticas oficiales y los estudios de organizaciones empresarias, religiosas, obreras, etcétera.

Sí, aunque nadie lo crea, Alemania, una especie de diamante del sistema, uno de los países mejor organizados dentro del capitalismo, presenta un cuadro actual que va dejando una vez más desnudo a ese sistema. Lo bueno para la información es que, dada la disputa, surge la verdad. Fuentes informáticas del sistema sacan a la luz la verdad ante una vidriera de lujo que esconde lo que realmente sucede en el patio interior. Por ejemplo, la revista Stern –no por cierto izquierdista– publica un estudio titulado “¿Qué hacer contra la desigualdad?”, con su subtítulo “Dos terceras partes de la población alemana no poseen casi nada mientras que apenas una décima parte posee el 60 por ciento de la riqueza”. Y “Nuestra sociedad se divide cada vez más entre los ricos cada vez más ricos y los que no tienen nada”.

De acuerdo con la definición del gobierno, se considera pobre a quien gana menos del 60 por ciento de lo que se necesita para mantener un hogar medio, y al soltero que gana menos de 781 euros por mes. Debido a eso, el Instituto para la Investigación de la Economía señala que el 18 por ciento de los hogares alemanes está debajo de ese nivel, mientras que el gobierno sostiene que sólo es el 13 por ciento. La pobreza aquí es más común entre las mujeres solas que crían a sus hijos que entre hombres, y más entre jóvenes y niños que entre ancianos. Y se ha comprobado que a aquel que cae en la pobreza le cuesta mucho poder salir de ella.

Es que la llamada crisis mundial fue aprovechada por los más diestros en manejar el poder. Por ejemplo, está desapareciendo el clásico “lugar de trabajo” y va siendo reemplazado por trabajadores por hora, por trabajo de horario limitado, por trabajo por contrato, por trabajo sin salario básico y por el desmantelamiento paso a paso del derecho de indemnización por despido. Es decir, el sistema se aprovecha de la crisis que ha producido por sí mismo para alcanzar una nueva era de capitalismo más profundo. Es decir, la crisis va ahondando el neoliberalismo asocial. Que, claro, para los defensores del sistema, puede dar un gran empujón hacia adelante a la economía. La receta de siempre. La Oficina de Estadísticas de Alemania ha dado a conocer la información que los llamados empleados y obreros “atípicos”, es decir, los que no tienen un empleo fijo, han aumentado de 5,3 a 7,7 millones. Y ya se ha llegado a que esos “atípicos” representen el 22 por ciento de todos los que trabajan. El mismo estudio admite que el riesgo de caer en la pobreza de esos trabajadores “atípicos” es del 14 por ciento.

Si ése es el panorama que nos presenta el sistema capitalista central, podemos ponernos a pensar qué ocurre con los llamados “países subdesarrollados”.

Por ejemplo, el continente africano está siendo devorado poco a poco por la avidez del capital de los países industrializados. Se trata en su mayor parte de multinacionales, de bancos y de gobiernos. Compran los mejores campos, en especial con arroyos o fuentes de agua. Ya se han comprado alrededor de 20 millones de hectáreas. Este nuevo procedimiento ha sido llamado “neocolonialismo” o, en inglés, land grabbing. Son dedicados al cultivo de alimentos básicos que se exportan a los respectivos países. Es decir, que se les quita esa tierra a los habitantes africanos, que justamente cultivaban allí sus alimentos. La ministra alemana para el Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, ha denunciado esto señalando que “en Madagascar, una empresa de Corea del Sur compró 1,3 millón de hectáreas para el cultivo de maíz. Por su parte, China ha adquirido 2,8 millones de hectáreas de la República del Congo, para dedicarlas a combustibles agrarios. Arabia Saudita ha hecho lo mismo con 500 mil hectáreas en Tanzania”. Y agregó: “Los más perjudicados con estas compras son las poblaciones que tienen que luchar contra el hambre”. También se aseguran los derechos sobre el agua y todo se convierte además de land grabbing en water grabbing. Todo esto provoca la emigración de las poblaciones autóctonas, ya que esas empresas traen trabajadores de sus propios países, o de otros, e imponen procedimientos mecánicos de producción. Se ha comprobado que se eliminaron grandes superficies boscosas y de plantas que las poblaciones empleaban como medicinales. Es decir, que toda esta nueva acción trae consigo problemas ecológicos. Todo esto invita a que Naciones Unidas tome en sus manos, desde ya, con toda energía, el problema del desequilibrio ecológico y la defensa de los pobladores autóctonos.

Aquí nace la pregunta: ¿cómo es posible que, ante estos exabruptos del capitalismo cada vez más ávido, no haya una reacción mundial de aquellas instituciones que se atribuyen la razón y la sapiencia de saber el origen y el destino final del hombre? Por ejemplo, las iglesias. Elijamos a Roma. El Papa hizo conocer un documento en el cual se llamaba la atención sobre el hambre en el mundo y la obligación de todas las sociedades de combatirlo. Pero no basta con palabras, con declaraciones o con la firma de un documento. ¿Por qué no inicia una acción por la cual visite a cada uno de los verdaderos dueños de la tierra y le señale que todo lo que hace va creando, tarde o temprano, violencia; y que lo único que vale, para la historia, es aquello que se haga para cuidar la vida y así eliminar violencia? Porque el germen de toda violencia es, siempre, la desigualdad.

Umberto Eco acaba de escribir una nota donde señala que una publicación le pidió que escribiera un artículo sobre la libertad de prensa. Y él se negó, porque a la libertad de prensa hay que aplicarla y no defenderla. Y Berlusconi está allí porque el pueblo lo vota, a pesar de que es alguien a quien no le interesan los problemas del Estado sino sólo quiere satisfacer sus necesidades personales. Dice Eco que el pueblo italiano vota a ese personaje. Y que a su artículo lo leerían sólo aquellos que conocen el peligro que es Berlusconi para la verdadera democracia, pero no salen a la calle. Mientras, Berlusconi maneja la televisión y otros medios. ¿Es democracia eso? Y como sátira pone que, en 1931, Mussolini obligó a todos los profesores universitarios a jurar obediencia a su gobierno. A los profesores universitarios, nada menos. De 1200 profesores sólo se negaron doce a la orden del dictador, el uno por ciento, y fueron inmediatamente destituidos de sus cátedras. (Algunos de esos que juraron fidelidad a Mussolini, en la posguerra se presentaron como figuras del movimiento antifascista. Pero quienes quedaron para la historia fueron aquellos doce que no aceptaron rebajarse ante el dictador.) Ellos –escribe Umberto Eco– salvaron el honor de la universidad.

Y termina Eco: “Por eso a veces debemos negarnos, aunque con ello no tengamos mucha influencia. Pero por lo menos las generaciones venideras sabrán que hubo algunos que se negaron a ser serviles al sistema”.

Y por todo eso se les llama democracias a países donde los políticos son elegidos por el papelito en las urnas cada dos años, mientras los verdaderos dueños del poder aumentan cada vez más sus fortunas, que no es otra cosa que aumentar su poder. Un ejemplo: el estado alemán de Hessen acaba de publicar estadísticas que señalan el crecimiento de los millonarios. En el año 2002 eran 1626, en 2009 esa cifra ha crecido a 1860. Justamente en el primer cuatrimestre, 125 empresas cerraron sólo en la región renana, con el consiguiente despido de sus trabajadores. Entre las empresas que cerraron están tres de renombre: Karstadt, Woolworth y Adessa. En esa región, informa el General Anzeiger de Bonn, cierran un promedio de diez empresas por semana. Al mismo tiempo llegó al Parlamento la denuncia de que la primera ministra Angela Merkel le hizo una fiesta para su cumpleaños al presidente del Deutsche Bank, el famoso Ackermann, el ejecutivo que más dinero ha ganado hasta ahora en su cargo: más de 12 millones de euros por año. La primera ministra le señaló a Ackermann que podía invitar a la fiesta a treinta de sus amigos. Así se hizo. Todos los gastos corrieron por cuenta del Estado, es decir que lo pagaron los ciudadanos que pagan impuestos. Una anécdota, sí, pero que muestra que allí donde hay dinero poco vale la ética.

Karl Doemens escribe en el Frankfurter Rundschau con ironía: “Por supuesto que el cumpleaños-party en homenaje al poco sufrido Josef Ackermann junto a sus treinta amigos conservadores no le debe haber caído muy bien a un obrero desocupado de Opel. Por supuesto no pretendemos que la jefa de gobierno invite al jefe del Banco Alemán con un servicio de pizza. Pero este cumpleaños-party deja en la boca un gustito amargo”.

Como pocas veces, en Europa se sufre el aumento de la desocupación entre los jóvenes. Uno de cada cinco europeos de menos de 25 años está buscando actualmente una ocupación. La ILO pronostica que este año el aumento de los desocupados va a ser de 30 millones, es decir que se va a llegar a una cifra mundial de 240 millones de gente sin trabajo. En España, la situación se ha vuelto dramática: uno de cada tres jóvenes está sin trabajo.

Aquí, en Alemania, ha comenzado a actuar un Partido de la Juventud, que lleva el nombre de “Peto” que, traducido del latín, significa: “Yo exijo”. Fue fundado por cinco estudiantes. En las elecciones comunales en Monheim, “Peto” presenta como candidato a burgomaestre a un joven de 27 años. Prometen gobernar para los jóvenes y para quienes quedaron jóvenes y se sienten jóvenes. Ojalá que exijan y logren por lo menos eliminar para siempre los niveles de pobreza y que cada joven tenga trabajo.

Osvaldo Bayer
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-130820.html

Comentarios y FORO...

domingo, 30 de agosto de 2009

“Los movimientos sociales quieren y tienen que entrar a formar parte de los gobiernos”

Edgar Borges (Desde España)

Entrevista a Rafael Palacios, director de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo.

Más allá de lo que presentan las grandes empresas de comunicación, en Europa también se está debatiendo la izquierda. Y, desde el viejo continente, se observa con atención el volcán sociopolítico que recorre la América Latina. Uno de esos observadores es el dirigente Rafael Palacios, quien en este encuentro habla de la importancia del ALBA; del nefasto golpe de estado en Honduras; de la Europa colonialista y de la necesidad de vincular a los pueblos de los dos continentes por encima de los intereses de las multinacionales. El líder político español considera que “la nueva izquierda latinoamericana, está abriendo espacios de trabajo, de reflexión, de diálogo y de propuesta que son fundamentales”.

Argenpress Cultural: ¿La promocionada crisis económica mundial esconde una mutación del capitalismo o realmente el sistema está en crisis?

Rafael Palacios: No estamos en un momento cualquiera de la historia de la humanidad. Hoy nos enfrentamos a gravísimas crisis provocadas por el capitalismo: crisis alimentaria, financiera, económica, medioambiental, social,…, y por supuesto, una profunda y grave crisis de los derechos humanos, en medio de un cuestionamiento cada vez mayor a los organismos internacionales por su comportamiento francamente hipócrita y antidemocrático.

Las crisis que padecemos no cayeron del cielo. Vienen construyéndose desde hace más de 30 años por el neoliberalismo, con el objetivo de hacer crecer el mercado, con el objetivo de hacernos creer que cualquier cosa pública sería más eficiente privatizada.

Parece como si las crisis que padecemos hubieran llegado de otro planeta y que nadie tiene ninguna responsabilidad.

La desigualdad y la pobreza no son fruto de la buena o la mala suerte. La desigualdad y la pobreza son consecuencia directa de la forma en la que los seres humanos organizamos nuestra actividad política, social y económica.

Estamos frente a un sistema que no quiso distribuir su riqueza y que, sin embargo, ahora quiere socializar sus pérdidas.

Un sistema que ante situaciones de crisis global sólo sabe responder con la guerra, con la violencia y con la vulneración de los derechos humanos individuales y colectivos. Un sistema que está desencadenando una verdadera guerra social contra los pueblos y contra los trabajadores y trabajadoras.

Argenpress Cultural: ¿Cuál es la situación de la izquierda en la Europa del siglo XXI?

Rafael Palacios: La pregunta seguramente daría para un master. Así que permítame contestarle con una pequeña provocación…, quizás la situación de la mayoría de la izquierda en la Europa del siglo XXI es que sigue viviendo anclada en la Europa del siglo XX, en el Mundo del siglo XX…Los “ombligos” no dejan de serlo, por ser presuntamente de izquierdas.

Argenpress Cultural: Alrededor del sistema capitalista parecieran flotar muchas izquierdas; ¿hay alguna posibilidad real para que en España surja una opción distinta de izquierda?

Rafael Palacios: Hay diferentes sensibilidades que se reflejan en distintas organizaciones políticas. Diferentes sensibilidades que no nos deberían impedir trabajar juntos en lo que compartimos. No hablo de unidades orgánicas imposibles e innecesarias, que nada más que llevan al fracaso, al desencanto, a la desilusión y a la desmovilización. Es posible una alternativa de izquierdas desde la unidad de acción.

Ya está bien de sectas, sectarismos y chantajes ideológicos. Es el momento de la unidad de acción. No podemos seguir peleándonos en mitad de una inundación.

Con palabras del Subcomandante Marcos:”Los rebeldes y las rebeldes, se buscan entre sí, se caminan unos hacia otros, se encuentran y, juntos y juntas, rompen los cercos”.

Argenpress Cultural: ¿Cuál es su análisis del mapa político de América Latina?

Rafael Palacios: En los últimos años estamos asistiendo en América Latina a la llegada de fuerzas progresistas a los Gobiernos a través de victorias electorales, a la articulación de luchas populares y a importantes esfuerzos por la ampliación y consolidación del MERCOSUR y de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que constituyen un factor objetivo favorable al desarrollo de la lucha por la soberanía y la integración regional y contra el proyecto estratégico de carácter anexionista y neocolonialista, contenido en el ALCA.

En América Latina se observa un resurgir de la resistencia y la lucha de los pueblos. Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los campesinos, los pueblos indígenas, salen a las calles en defensa de la paz, la democracia, la soberanía, la justicia social, el desarrollo. Las organizaciones progresistas, las fuerzas de la izquierda, avanzan y contribuyen a la formación de alternativas. Hay un imparable avance en la convicción y la esperanza de que son posibles las transformaciones sociales y políticas. Hay una clara dinamización de la democracia en América Latina planteada a través de una lucha frontal contra el neoliberalismo y la hegemonía del capital financiero, con la creación de espacios autónomos de soberanía.

Hay puestas enormes esperanzas políticas en los gobiernos progresistas. Nunca hubo tantos gobiernos democráticos en América Latina. Pero, también es cierto, siguen creciendo las dictaduras sociales, siguen aumentando las desigualdades sociales. El neoliberalismo sigue pervirtiendo la democracia. Parece que todo se compra y que todo se vende. Que los derechos se convierten en mercancías.

Los movimientos sociales resurgen y se consolidan sus proyectos de desarrollo social, sus alternativas sociales y transformadoras. Hay una lucha permanente por superar la dicotomía movimientos sociales e instituciones. Por encontrar la conjunción entre los movimientos sociales y las políticas institucionales. Por coordinar y ser capaces de articular los movimientos populares y las políticas que se desarrollan desde los gobiernos. Los movimientos sociales quieren y tienen que entrar a formar parte de los gobiernos. Quieren y tienen que ocupar los espacios políticos.

En América Latina hay un nuevo espacio social emergente, que busca espacios para respirar. La nueva hegemonía que está naciendo necesita nuestro apoyo, nuestra solidaridad, nuestro compromiso. Porque, seamos sinceros, la Europa que está en América Latina es la de las multinacionales, no la de los pueblos, no la de las ciudadanas y ciudadanos. Por eso, tenemos que trabajar duramente, codo con codo, desde el internacionalismo solidario, acompañando y aprendiendo de los procesos de transformación social y de generación de ciudadanía que se están dando en América Latina. Unos procesos que son imprescindibles no sólo para la democracia política, sino también y fundamentalmente, para la democracia social. Que son imprescindibles no sólo para América Latina, sino para todo el planeta.

Argenpress Cultural: Hace poco usted integró una delegación que viajó a Honduras, ¿cómo percibe la situación en ese país tras el golpe de estado?

Rafael Palacios: El golpe de estado no solamente es un golpe en contra del hermano pueblo hondureño. El golpe también representa un ataque contra el ALBA y los cambios sociales que se están dando en muchos lugares de América Latina.

Este golpe de estado podría desencadenar acciones similares de ejércitos y poderes económicos en otros estados del continente.

En Honduras nos jugamos el futuro de los procesos participativos y democráticos logrados en los últimos años, así como los avances en la lucha por la justicia social y contra las causas del empobrecimiento y las desigualdades. En consecuencia, es imprescindible que con total claridad expresemos nuestra solidaridad y acompañamiento a la lucha y la resistencia del pueblo hondureño ante el criminal golpe de estado, en el cual se están vulnerando de forma sistemática, continua y permanente los derechos humanos.

Acabamos de hacer públicas las primeras conclusiones de la Comisión Asturiana de Observación sobre la Situación de los Derechos Humanos en Honduras y en muy poco tiempo presentaremos las conclusiones definitivas que vendrán acompañadas de material gráfico, fotografía y DVD, grabado por la propia Comisión sobre el terreno.

Argenpress Cultural: ¿Qué puede esperar América Latina de España ante la ola racista que recorre la Europa que promociona Berlusconi?

Rafael Palacios: La Europa que se está “fabricando”, no es la Europa de los Pueblos y Naciones. No es la Europa de la solidaridad, del compromiso, de la lucha contra la injusticia social y el empobrecimiento, de la lucha por los Derechos Humanos Universales.

La Europa que se está “fabricando”, es la Europa de los mercaderes. Una Europa racista y xenófoba. Una Europa con centros de detención sin control judicial. Una Europa egoísta, miedosa y cobarde que lucha contra las personas empobrecidas y no contra la pobreza. Una Europa que convierte a las víctimas de su sistema, en victimarias, fruto de la incomprensión y la ignorancia más terribles. Una Europa que antepone sus supuestos negocios a la defensa de los Derechos Humanos.

Y en esa Europa, parece que la España del PSOE y del PP, se encuentra cómoda.

Una España que vende armas a Colombia para que siga asesinando a campesinos, indígenas, sindicalistas y defensores y defensoras de los Derechos Humanos.

Una España que vende armas a Marruecos para que siga aniquilando todas las esperanzas del Pueblo Saharaui.

Una España que vende armas a Israel para que siga su genocidio contra Palestina.

Una España que quiere seguir esquilmando América Latina con una suerte de colonialismo de nuevo cuño, basado en el paternalismo más patético.

Cada vez está más claro, por si alguien lo dudaba, que los eslóganes sobre Derechos Humanos, sobre encuentros de civilizaciones,…, no son más que palabrería hueca.

Eso es en estos momentos, desde mi punto de vista, lo que se puede esperar de la Europa y la España “oficiales”.

Argenpress Cultural: Más allá de lo que hace o deja de hacer la clase política y de los prejuicios que publicitan los medios de comunicación, ¿considera que el pueblo español tiene alguna visión cercana de la realidad latinoamericana, que no se limite sólo a pensarnos como países de un supuesto tercer mundo?

Rafael Palacios: Me resulta imposible contestarle cuál es la visión del “pueblo español”, si es que el “pueblo español” existiera como tal, que yo no lo creo. Lo que si puedo decirle, es que muchos hombres y mujeres que vivimos en los Pueblos y Naciones que componen, de una forma u otra, el Estado español nos reconocemos en estas palabras de Galeano: “A primera vista, el mundo parece una multitud de soledades amuchadas, todos contra todos, sálvese quien pueda, pero el sentido común, el sentido comunitario, es un bichito duro de matar. La esperanza todavía tiene quien la espera, alentada por las voces que resuenan desde nuestro origen común y nuestros asombrosos espacios de encuentro.

Yo no conozco dicha más alta que la alegría de reconocerme en los demás. Quizás ésa es, para mí, la única inmortalidad digna de fe. Reconocerme en los demás, reconocerme en mi patria y en mi tiempo, y también reconocerme en mujeres y hombres que son compatriotas míos, nacidos en otras tierras, y reconocerme en mujeres y hombres que son contemporáneos míos, vividos en otros tiempos.

Los mapas del alma no tienen fronteras”.

Argenpress Cultural: ¿Puede la nueva izquierda latinoamericana contribuir a oxigenar el panorama político internacional tan saturado de derecha?

Rafael Palacios: El Foro Social Mundial de Belém, nos trasladó un claro mensaje: las alternativas al neoliberalismo y las propuestas de transformación social salen de la lucha social, de las luchas populares, de la lucha diaria de los movimientos sociales y sindicales, de las luchas de mujeres, jóvenes, campesinos, pueblos indígenas, pueblos de la selva, defensores de la cultura e identidad de los pueblos, ambientalistas, comunidades de base,…, empobrecidos y empobrecidas, explotadas y explotados. Un claro mensaje para aquellos hombres y mujeres que luchamos y resistimos, en cualquier parte del planeta, a la usurpación de la naturaleza, de nuestros territorios y de nuestra cultura.

Encontrar alternativas es un trabajo colectivo, fruto de nuestra capacidad para elaborar un proyecto alternativo, para organizar la esperanza, para rescatar la utopía.

En palabras de Frei Betto: “La esperanza favorece la emergencia de nuevas utopías, que deben ser traducidas a proyectos políticos y culturales que señalen las bases de una nueva sociedad. Eso implica el rescate de los valores éticos, del sentido de justicia social, de las prácticas de solidaridad y compartimiento, y del respeto a la tierra, a la naturaleza, a la identidad de los pueblos, en suma, se trata de un desafío también de orden espiritual, en la línea de lo que pregonaba el profesor Milton Santos, de que debemos priorizar los “bienes infinitos” y no los “bienes finitos”.

La nueva izquierda latinoamericana, está abriendo espacios de trabajo, de reflexión, de diálogo y de propuesta que son fundamentales, que son referentes indispensables, en nuestro camino compartido para elaborar un proyecto alternativo, para organizar la esperanza y para rescatar la utopía.


http://cultural.argenpress.info/2009/08/los-movimientos-sociales-quieren-y.html

Comentarios y FORO...

El pensamiento binario

Eduardo Dermardirossian

Una veintena de años transcurrieron desde que el mundo cambió su ingeniería de poderes y su geografía política, y un debate de grandes proporciones se ha instalado desde entonces en torno a las ideologías que dominaron el mundo durante los siglos XIX y XX. Nuevos actores aparecieron en la escena internacional. Unos enconos se apagaron y otros se encendieron al calor de los cambios y entretanto la ciencia, imperturbada, siguió prodigando hallazgos en las comunicaciones, en la biogenética, en la robótica y en cuanta disciplina ha abordado el hombre, achicando el mundo y poniendo al alcance de la mano lo que hace poco era inaccesible.

Y sin embargo algunos no han aprendido de estas cosas. Ataviados con viejos ropajes y enarbolando banderas que ya han sido arriadas, siguen edificando muros que separan a unos hombres de otros. Muros que separan a gentes que necesitan convivir e integrarse para resistir el embate de estos tiempos. La historia reciente y los cambios habidos parecen haber sido estériles para ellos.

Hoy quiero hablar del maniqueísmo y de la forma en que algunos reaccionan cuando sus ideas son controvertidas o sus acciones son observadas por quienes tienen otra visión de la realidad. Quiero hablar de esa insustancial simplificación de lo complejo que en términos pedestres llamo blanquinegrismo, de ese reduccionismo paleolítico que la estupidez humana ha traído hasta la modernidad. A propósito, dice Savater que la estupidez “es una categoría moral, no una calificación intelectual” porque “se refiere [...] a las condiciones de la acción”. Y se apresura a citar a Anatole France: “El estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás”.

Es, pues, preciso construir un sistema de pensamiento que nos permita ver los medios tonos y los matices variados de la realidad. Para ser protagonistas virtuosos de la historia tenemos que botar de nuestro espíritu todas las formas de intolerancia, de fanatismo, de maniqueísmo. Diversidad, multiplicidad y templanza son atributos que conducen a buen puerto cuando se acompañan con fervor, con alegría de actuar y con coraje.

Manes, pensador del siglo III

Heresiarca persa, sacerdote cristiano según unos, afecto a la medicina según otros, Manes ensayó el sincretismo entre las enseñanzas de Cristo y la religión de Zoroastro. Fundador de la secta de los maniqueos, postuló la existencia del bien y del mal como únicos principios creadores. Sin medios tonos y sin concesiones a la duda, consagró el radicalismo como forma de pensamiento.

Esa concepción dual del mundo y del hombre no explica la realidad como opósitos que se sintetizan en una resultante, sino como la perpetua e irreducible confrontación de los opuestos. Más cerca de Heráclito que de Hegel, Manes predicó ese rudimento conceptual.

¿Por qué, entonces, me remonté a aquel tiempo de la historia y a ese lugar del mundo? ¿Acaso la modernidad no ofrece suficientes casos de pensamiento dual? Ciertamente, el presente es pródigo en ejemplos, pero ninguno de ellos ha logrado acuñar un vocablo que lo nombre ni ha ilustrado con tanta justeza ese arcaísmo. Por eso traje este ejemplo multicentenario, para emparentar esta enfermedad de la inteligencia con su origen religioso, para mostrar la longevidad de nuestro desatino cuando planteamos las cosas en términos de todo o nada, de yo o el caos, de bueno o malo, de verdadero o falso. En suma, cuando desdeñamos nuestra condición de seres inteligentes cuyas capacidades no se limitan a discernir los opuestos, sino que pueden diferenciar matices y conciliar ideas.

La calidad del pensamiento y la calidad de la acción

La tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica anuncia una muy baja calidad de pensamiento, de la que no puede sino seguirse una baja calidad de acción. Se es bueno o malo, y entonces se hace el bien o el mal; eres mi amigo o mi enemigo, por lo que sólo puedo amarte u odiarte; profesas el liberalismo político o el comunismo, lo que te pone de mi lado o en mi contra, ocupas la misma porción de territorio que yo quiero para mí, y eso alimentará nuestro encono y nos llevará a la violencia, nunca a la mesa de negociaciones. Esta concepción maniquea de la realidad, cuando no admite concierto y transacción, deviene en intolerancia, en fanatismo, en fundamentalismos de diferente signo, y conduce a la discordia y al conflicto, quizá a la guerra. También conduce al propio enclaustramiento, a la segregación del otro y a la organización sectaria de las sociedades. Majadería travestida de valor y derechura, no es sino la forma más primitiva del pensamiento.

Siempre es útil teorizar sobre las cosas que nos conciernen. Más aún cuando las teorías casan con la realidad, porque entonces pueden iluminar el entendimiento. En este sentido, debo decir que veo con alguna preocupación nuestra manera de relacionarnos. Controversias atávicas que nacieron al abrigo de condiciones políticas que ya han cambiado, subsisten sin embargo, fruto de ese pensamiento dicotómico del que estoy hablando. Antiguas diferencias que los hechos nuevos sepultaron bajo los escombros siguen alentando rivalidades que, unas veces soterradas y otras veces no, desalientan a quienes tienen una visión más abarcativa de la vida. Maniqueísmos irreductibles que en algunos casos han trepado a la cabeza de las instituciones y que desalientan a quienes buscan una mayor integración social.

La realidad es policromática

Porque la realidad es multicolor y profusa, porque el hombre no se reduce a pensamiento y acción: también es vocación, anhelo, espíritu difuminado en el paisaje de la vida. Porque el conflicto es connatural del hombre y por eso precisa de la tolerancia y de cierta actitud benevolente para hallar cauces de solución. Porque aún en los asuntos que conciernen a los estados y a los pueblos, a veces fieramente enfrentados, es preciso atender a intereses políticos, económicos, culturales y de otro orden, para componerlos y encontrar soluciones más o menos permanentes. Es por estas cosas que veo con preocupación la tendencia de algunos a radicalizar el pensamiento, a exacerbar las diferencias y a dirigir la acción en un solo sentido.

No predico un relativismo conceptual ni un eclecticismo a ultranza. Tampoco ofrezco la blandura como sistema de vida o panacea de las controversias que afligen a los hombres y a los pueblos. Al contrario, propugno un sistema de pensamiento que quiebre el cascarón que asaz nos envuelve, para arrojarnos al mundo, a la vida, al aire fresco de la realidad siempre cambiante, para caminar vigorosamente hacia la solución de nuestros problemas a sabiendas de quiénes somos, cómo somos, qué lugar ocupamos en la fauna humana.

Las deposiciones de la historia

Historiar la evolución del pensamiento binario sería fatigoso para este autor y quizá también para el lector, pero no sería ocioso. Mostraría cómo las mayores desdichas de la humanidad son el producto de ese reduccionismo, cómo las guerras, los genocidios y las más crueles acciones vienen del fanatismo, de la intolerancia religiosa. El desdén por el otro, la discriminación y la violencia son las expresiones radicales del maniqueísmo, que se manifiesta bajo las especies del fanatismo, del fundamentalismo, del integrismo, en suma, de la intolerancia. Deposiciones malolientes de la historia que, sin embargo, pueden verse aquí y allá, en todas partes. Son cunas donde se arrullan las desventuras del mañana, guaridas donde acechan los usufructuarios de las mayores desdichas.

Hoy, cuando el mundo se achica día a día, cuando el intercambio y las comunicaciones nos acercan y tienden a abrir los claustros y abolir las diferencias, cuando la especie humana, tras construir torres de Babel en todo el planeta, pronto comenzará a derribarlas, los hombres debemos encontrar caminos que confluyan, paisajes que armonicen e intereses que puedan conciliarse.


Eduardo Dermardirossian
http://cultural.argenpress.info/2009/08/el-pensamiento-binario.html

Comentarios y FORO...

sábado, 29 de agosto de 2009

EE.UU. - La teología capitalista del dedo malo

P. Luis Barrios *

Se está demostrando a diario que la religión no es necesariamente
sinónimo de alienación y que en todas las religiones hay siempre
grupos crecientes de personas que en el nombre de la fe pretenden
la conquista de la situación infra-humana creada por la miseria
y la situación deshumanizante que produce el exceso
de confort y el egoísmo.
[Obispo Helder Camara (El Obispo Rojo)]

Las personas que en este momento socio-histórico están mirando, o llegando, a la Iglesia (o Iglesia) como experiencia de liberación, lo hacen en un momento en que nuestra sociedad cada vez mas sigue siendo una con mucha incertidumbre y desequilibrio social, político, económico y espiritual.

Esta sociedad con pocas esperanzas en un futuro inmediato exige a la Iglesia -y a otras instituciones políticas, económicas, sociales, judiciales, laborales, estudiantiles, etc.- a que se enfrente a las injusticias e inmoralidades de nuestros tiempos de una manera relevante y reverente. Esta exigencia por desgracia ha caído en oídos sordos cuando analizamos la práctica de fe de la Iglesia.

De aquí entonces la necesidad de que la Iglesia reevalúe constantemente su visión, misión y acción hacia la sociedad contemporánea que le cobija. Desenmascarar -con la intención de denunciar y cambiar- las mentiras de este sistema capitalista me parece a mí es el reto principal que se le enfrenta a la Iglesia. Por desgracia nos hemos entretenido en buscar la mejor manera de acomodar la práctica del Evangelio subversivo del hermano y compañero Jesús, por un evangelio deformado que coquetea místicamente con la clase dominante y gobernante del país. Esto con la intención de por un lado no ofender a quienes están oprimiendo y explotando al pueblo, y por otro lado, no poner en apuro los privilegios económicos y sociales que esos grupos nos dan. De aquí el que ante la crucifixión diaria del pueblo, el credo del silencio de un Cristianismo prostituido, es la respuesta de muchas de las Iglesias y de muchos líderes religiosos/as.

No hay la menor duda que la práctica de la justicia en la Biblia es sinónimo de liberación. Cuando se le ofrece a una persona (a un pueblo) su liberación en todos sus aspectos -social, política, económica, sexual, espiritual, etc.- se le otorga su salvación. Por lo tanto, una Iglesia que desee salvar al pueblo debe de principiarse en el éxodo piadoso de producir justicia (lea cuidadosamente los capítulos 12 al 14 del libro de Éxodos). Es esta salvación holística la que nos permite construir y sentir la experiencia liberadora de Dios horizontalmente y aquí en la tierra. A la misma vez, esta experiencia redefine diariamente los símbolos de liberación del Éxodo como lo son la Pascua, los retos del Mar Rojo, la Ley que se les dio en El Sinaí y El Tabernáculo como morada de nuestra Diosa. Este paradigma de liberación tiene una capacidad increíble de apertura hacia la diversidad y la inclusión y celebración de la misma. Una Iglesia que no tenga esta capacidad de liberación, es un opio más que solo persigue hipnotizar y distraer al pueblo. Es una Iglesia deshonesta que ha traicionado el proyecto de liberación de nuestra Diosa.

Yo soy fiel creyente que es posible educar a un pueblo para esta liberación. Fue a este proceso que nuestro San Romero respondió cuando nos sigue diciendo: lo primero que debe buscar una educación es encarnar al ser humano en la realidad, saberla analizar, ser críticos de su realidad (Homilía 30 de abril de 1978, IV, p.194). Por lo tanto, nunca tengamos miedo de poner al pueblo de frente a las realidades opresoras y excluyentes, dejándoles ver que nuestra Diosa no es responsable de estos males. Vamos a enseñarle que la pobreza es el resultado de una distribución errónea de la creación, en donde unas pocas gentes cogieron mucho y el resto de la mayoría de la gente cogió poco.

Por desgracia, dentro de su irreverencia e irrelevancia, la Iglesia ha querido dar respuestas irrespetuosas a las crisis del diario vivir diciéndonos que estamos mal, o seguimos mal, porque al dedo malo todo se le pega. Esta teología capitalista del dedo malo pone todo su énfasis en dos fundamentos dogmáticos sumamente peligrosos: 1) el esfuerzo individual y 2) la bendición por parte de Dios para que seas parte de la abundancia. Los valores del egoísmo, individualismo y la competencia alimentan a estos dos fundamentos. Y por supuesto, queda muy bien acomodada para una Iglesia para quienes militan en la derecha.

La falta de esfuerzo personal y el que Dios no te está bendiciendo -nos dicen quienes promueven esta teología- son las razones por las cuales tenemos pobreza y desigualdad en nuestra sociedad. Por lo tanto, buscar respuesta donde podamos tener explicación a la pobreza, opresión, exclusión y a la desigualdad en el contexto de la globalización neoliberal es eludido. Y muy atrevidamente se trae a nuestra Diosa al medio de este meollo de la crisis para así de esta manera buscar la fiebre en la sábana sin tener que lidiar con un enfermo agónico y desahuciado al cual conocemos como capitalismo.

Ahora bien, ¿cuáles son algunas de estas crisis a las cuales la Iglesia tiene el deber moral de responder con una praxis liberadora? Aquí en Estados Unidos nuestra democracia hace rato entró en un ciclo crítico y créame cuando les digo que nuestra Diosa no es responsable de este disparate. Por un lado los salarios de la gente trabajadora no están a la par con el nivel de vida. Por el contrario, se siguen aprobando dizque salarios mínimos cuando lo que se debería de aprobar son salarios de sobrevivencia que respondan a la realidad del costo de vida. Mientras tanto cada día que pasa se reporta que las ganancias económicas de las corporaciones siguen engrandeciéndose.

O sea que la disparidad entre personas ricas y pobres cada año es mucho más grande. Dentro de esta realidad entonces podemos identificar otros entornos como lo son los 40 a 44 millones de personas que son analfabetas funcionales y el 16% de la población, o sea, unas 46.6 millones de personas, que no tienen seguro médico. Súmele a esta escenario que entre el 17.6% y el 22.4% de nuestros/as niños/as viven en la pobreza.

Mientras tanto, mucho más serio que el crimen de la calle lo sigue siendo el crimen corporativo que las institucionales del "orden" y judiciales siguen ignorando. Anualmente aquí en Estados Unidos unas 56,000 personas mueren como consecuencia de enfermedades relacionadas con su trabajo tales como el cáncer en los pulmones y el haber sido expuesto al asbesto. Además miles de personas asimismo mueren como víctimas de la violencia silenciosa de la contaminación ambiental, alimentos contaminados y mala práctica médica.

Para principios del siglo 20 el 80% de los medios de comunicación escritos eran independientes, pero para el 1989, la realidad se cambio y el 80% de estos medios fueron adquiridos por corporaciones.

Una pastoral que haga sentido a las luchas del pueblo aquí en Estados Unidos debe asimismo tener la capacidad de retar nuestros centros de adoración para que se conviertan en ciudades refugio para el pueblo inmigrante. Esta a mi juicio es una manera de resistir la xenofobia que se ha desatado como parte de la agenda de exclusión de quienes están en el poder. Por lo tanto un proyecto de acompañamiento pastoral de declarar que no hay seres humanos ilegales debe demandar una amnistía general y un paro a las deportaciones.

Este septiembre del corriente año el Grupo de los 20 realizará su cumbre aquí en Estados Unidos en la ciudad de Baltimore. Este G-20 es un grupo de países formado en 1999 por los ocho países más industrializados (G-8-Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia), y once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, República de Corea, Sudáfrica y Turquía) y un representante de la Unión Europea. La agenda será la misma que siempre han ejecutado: discutir sobre asuntos financieros fuera del contexto de la responsabilidad de inversión social; resolver las crisis económicas jodiendo al pueblo; y validando una especie de dictadura económica. Ahora bien, ¿cuál será el papel que la llamada Iglesia de Dios va a jugar en todo este proceso de condenar esta institución y a la misma vez salir a las calles para combatirla? Eso está por verse.

Por lo tanto, ¿qué tal si nos dejamos de acomodar y prostituir la práctica del Evangelio de identificar, denunciar y combatir el pecado social, y nos ponemos a construir Iglesia relevantes y reverentes que acompañen al pueblo hacia su liberación? ¿Qué tal si declaráramos a todo el mundo que la práctica de este Evangelio subversivo es anticapitalista? ¿Qué tal si nuestras Iglesias se convierten en centros espirituales de conspiración contra todo lo que atenta contra la creación de Dios? ¿Qué tal si practicamos la oración emancipadora pragmática con pensamientos, acciones y emociones que nos reconecten con las luchas del pueblo? ¿Qué tal si en el contexto de la paz con justicia edificamos el amor solidario como el sacramento más importante para desmantelar la teología capitalista del dedo malo? Vamos a darle religión liberadora al pueblo para que despierte, se empodere y se movilice hacia su liberación.

[Nuestros agradecimientos a p. Luis Barrios por sus constantes artículos que nos envìa: Movimiento Tambièn Somos Iglesia, Chile (tambiensomosiglesiachile@yahoo.com) y Movimiento Teología de la Liberación, Chile (opcion_porlospobres_chile@yahoo.com)]

* Iglesia de Santa María, New York

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=40763

Comentarios y FORO...

Taizé, diversidad y respeto

PepCastelló

Como podrán ver quienes entren en la página web de la Comunidad de Taizé [1], su ya remoto origen se sitúa en los tristes años de la segunda guerra mundial, cuando los ejércitos alemanes invadieron Francia y la locura nazi desencadenó una feroz persecución de judíos, gitanos y otros seres que en su ideario figuraban como inferiores. Allí el Hermano Roger de la Iglesia Calvinista y otras personas compasivas de diversas confesiones religiosas escondieron a cuantos pudieron e hicieron cuanto pudieron para ayudarles a huir. Taizé nació pues horizontalmente, con amplia vocación fraterna en favor del débil, del injustamente perseguido por el poder.

Pasada la gran guerra, una parte de quienes allí actuaron, provenientes de diversas iglesias cristianas, decidieron unirse en comunidad fraterna para dedicarse a organizar encuentros de jóvenes procedentes de diversos países e iglesias con el fin de que se conociesen y amasen y fuesen capaces de negarse a repetir la barbarie de la guerra que tan de cerca ellos habían vivido.

La diversidad confesional de los hermanos imprimió desde un buen comienzo un carácter nada común en las iglesias cristianas, pues nadie impuso allí credo ni doctrina alguna. Ni se le impone a nadie todavía. Cada cual es aceptado con sus creencias y sus diferencias personales en pensamiento y en fe. La plegaria responde a la pluralidad de confesiones e iglesias cristianas de quienes allí se acogen y puede ser compartida por creyentes de otras religiones y aun por no creyentes. Nadie queda excluido del ágape, de la comunión simbólica, ya que incluso quienes no comparten las creencias eucarísticas pueden participar tomando un simple pedazo de pan bendecido.

La acogida y el respeto mutuo son los principios fundamentales de la Comunidad de Taizé. Bien distinto de los que rigen en la Iglesia Católica Romana, perseguidora de herejes e infieles desde su comienzo y a lo largo de los siglos y de disidentes aun en la actualidad, que desde su instauración como religión del Imperio tuvo como principal objetivo la unidad religiosa y la sumisión de toda la población a su doctrina, en ámbito imperial primero y mundial después. Tanto fue así que cabe preguntarse si aquel cristianismo lleno de humanidad que afirmaba «no se ha hecho el hombre para la Ley sino la Ley para el hombre», una vez convertido en religión del Imperio no sirvió para lo contrario, para someter al hombre a la Ley que dictaban los poderes de turno.

Pienso que la Comunidad de Taizé es un posible modelo de lo que debieran ser las comunidades cristianas en nuestro mundo occidental. Ecuménica desde su origen, ha hecho del respeto a la diversidad de pensamiento y creencias uno de sus principios fundamentales. Completamente autónoma, basa su economía en su propia actividad y no acepta donativos personales ni dinero de institución alguna, ni civil ni eclesiástica. La forma de vida sencilla y solidaria que allí se sigue es un modelo estimable de conducta. La pluralidad confesional que la hace eclesiásticamente libre, la independencia económica, la sencillez de vida y la ausencia absoluta de aspiraciones expansionistas, junto con su fidelidad al evangelio libran a la Comunidad de Taizé de dar soporte mediante ignominiosas connivencias y sacrílegas bendiciones a regímenes políticos autoritarios e injustos, a criminales golpistas, a poderosos adoradores de Mammón cuya codicia es la principal causa del sufrimiento de millones de seres humanos, algo bien distinto de cuanto ha hecho la Iglesia Católica Romana a lo largo de los tiempos.

Si observamos con atención podremos ver que en Taizé bien poco cuenta el desmesurado afán de confort, prestigio y poder que constituyen los valores máximos en nuestra civilización occidental cristiana, hoy extendidos a lo largo y ancho del mundo. La extrema sencillez que allí reina en todas sus dependencias, empezando por el templo, contrasta con la magnificencia de los grandes templos cristianos de todas las épocas. Sin duda alguna Taizé es un claro esfuerzo por poner en práctica la Buena Nueva evangélica en su más pura esencia; un camino hacia la equidad mediante la acogida, la colaboración, la ayuda mutua, el alegre compartir, la austeridad necesaria para que en el mundo no haya pobreza. No en vano uno de sus cantos dice «Beati voi poveri, perché vostro è il regno di Dio». ¡Qué absurdo e hipócrita resultaría este texto en el interior de la basílica de San Pedro de Roma o en el de tantas magníficas catedrales ricamente ornamentadas, que no son sino elocuentes manifestaciones del poder eclesiástico!

Quienes quieran cerciorarse del contraste que acabamos de señalar, no tienen más que detenerse en su regreso a casa a visitar la catedral de Albi, dedicada a Santa Cecilia (siglos XIII al XVI), impresionante mole de ladrillo rojo, con más aspecto de fortaleza que de templo, construida para conmemorar la victoria de la Iglesia Católica Romana sobre la herejía cátara, exterminada a fuego y filo de espada, y advertir del fin que les esperaba a quienes irreflexivamente intentasen apartarse de sus enseñanzas. Por si la gran estructura no fuese suficientemente elocuente, el interior majestuosamente decorado es un rendido homenaje escultórico y pictórico a los poderes temporales y a la gloria de los elegidos, los cuales, como es de esperar, son los poderosos de turno fieles a la Iglesia y quienes les obedecían. En esa visita y en otras a similares monumentos podrá ver, quien tenga ojos y los quiera usar, qué derroteros tan poco evangélicos ha recorrido la Iglesia a lo largo de los siglos. Ante semejantes manifestaciones de prepotencia, tan comunes y tan frecuentes en los grandes templos católicos y tan presentes en todas las manifestaciones de la alta jerarquía eclesiástica desde los más remotos tiempos hasta el presente, una pregunta surge de lo más hondo de mis entrañas: ¿abandonará algún día la Iglesia Católica Romana su intolerancia doctrinal y ese gran apego al poder que le impiden hoy colaborar en el proceso de evolución humana que tanto necesita el mundo y en especial nuestra civilización occidental cristiana?

Por supuesto que no tengo respuesta para esta pregunta, pero a fuer de sincero debo decir que no espero que eso ocurra, pues son muchos los intereses personales y colectivos que atenazan a esa macro organización religiosa. No hay nada que me anime a esperar ningún cambio de conducta en quienes la rigen y quienes les rodean, sino al contrario, que persistan hasta el final en la misma obcecada cerrazón que ahora muestran. Ya vimos el pasado siglo XX que la curia pudo más que el papa Juan XXIII, de modo similar a como casi dos mil años antes el poder religioso había podido más que el mensaje humano de Jesús de Nazaret. Cabe esperar no obstante, pues a ello nos lleva el conocimiento que tenemos del devenir humano a lo largo de los tiempos, que con creencias religiosas diversas o sin ellas siga habiendo en el mundo personas que evolucionen hacia cotas cada vez más elevadas de humanidad, para su bien y el del universo entero. Y cabe esperar también −¿cómo no?− que nuestro ánimo pueda permanecer hasta el final en esta remota, tenue y peregrina esperanza. A ello contribuyen, entre miles y millones de personas diversas, la Comunidad de Taizé y quienes con ella colaboran.

[1] http://www.taize.fr/es

Artículos anteriores relacionados con el presente:
I -
Taizé, peregrinación y encuentro
http://lahoradelgrillo.blogspot.com/2009/08/taize-peregrinacion-y-encuentro.html


PepCastelló


Comentarios y FORO...

jueves, 27 de agosto de 2009

La actitud práctica con respecto a los símbolos y mitos religiosos

Marià Corbí

Los símbolos y mitos nacen y se sostienen en un contexto cultural preindustrial determinado. Su validez significativa es intemporal. Continúan teniendo fuerza significativa más allá del contexto cultural en el que nacieron y vivieron. Por consiguiente, los símbolos y mitos en los que se vertió el lenguaje de las grandes religiones teístas, continúa teniendo fuerza expresiva capaz de transmitir la experiencia espiritual que nuestros antepasados vivieron. Pueden transmitirnos la noticia de la dimensión absoluta de lo real y, al transmitírnosla, nos inician a ella. De una manera semejante a cómo la poesía de Homero puede transmitirnos la emoción poética e iniciarnos a la experiencia estética que él tuvo.

Para que eso ocurra, nuestra mente y nuestro corazón tienen que revivir, rehacer la experiencia de nuestros antepasados, sean religiosos, sean poetas. Tenemos que llegar a pensar sentir como un miembro de las sociedades agrícolas-autoritarias o ganaderas, o como un aqueo, pero situándolos en su tiempo, de lo contrario no comprenderíamos ni sentiríamos lo que ellos vivieron; y, a la vez, generaríamos en nuestra cabeza y en nuestro sentir multitud de conflictos éticos, mentales e incluso espirituales.

Reviviendo lo que ellos vivieron, puedo heredar su legado. Ese legado me abre los ojos y el corazón, me inicia a la experiencia espiritual o estética, me advierte de errores graves, me indica el camino y cómo andar en él, a pesar de las diferencias culturales.

Pero con ese legado tenemos que trabajar nosotros, ya en unas condiciones culturales radicalmente diversas de nuestros antepasados. Ya no somos miembros de sociedades agrario-autoritarias, ni ganaderos, tampoco somos aqueos. Nuestro pensar y sentir está estructurado de forma diferente, lo mismo que nuestras organizaciones y nuestros modos de vida.

Una de las diferencias más radicales consiste en que ya no podemos leer y vivir los símbolos y mitos religiosos desde una epistemología mítica. Por consiguiente, nuestro sentir, además del desplazamiento que supone no ser preindustriales sino miembros de las sociedades de conocimiento globalizadas, está el hecho que nuestro sentir no puede dar como real lo que le mente dice que es puro símbolo, situado, además, en unas condiciones culturales que ya no son la nuestras.

El sentir sigue a lo que la mente da por real. Ya no podemos sentir los símbolos del pasado, sólo podemos vislumbrar en ellos, con nuestra mente y también con nuestro sentir, aquello a lo que apuntan.

Por consiguiente, podemos aprender de esos símbolos, mitos y rituales, pero no podemos usarlos en nuestro propio camino espiritual. Podemos admirar las obras que se hicieron con ellos, y aprender de esas creaciones a conocer la espiritualidad y la belleza, pero no podemos construir con esos materiales, porque no somos miembros de las sociedades agrario-autoritarias, ni somos ganaderos, ni somos aqueos.

Los mitos, símbolos y rituales, como la poesía, en su fuerza expresiva, significativa, iniciadora, transmisora y pedagógica, son eternos; pero en sus posibilidades de uso práctico en la vida espiritual de los pueblos, están sujetos al espacio y al tiempo. De forma semejante a como el sistema de bóvedas, columnas y contrafuertes de la arquitectura románica, a pesar de su gran belleza, no se puede utilizar para edificios de cemento armado, aluminio, cristal y nuevos materiales.

A los símbolos, mitos y rituales no se puede entrar sólo con el sentir, con una especie de sentir a-temporal; se ha de entrar con el sentir y con la cabeza, en el contexto cultural en el que se vive.

Los mitos, símbolos y rituales, construidos en los primeros siglos del cristianismo, en época agrario-autoritaria, no pueden, sin más ser usados y asumidos por quienes viven en sociedades plenamente industrializadas, democráticas, sociedades de conocimiento globalizadas. Se puede recibir su legado de sabiduría, pero luego hay que construir esa sabiduría en nuestras propias condiciones culturales, sin epistemología mítica.

Símbolos tales como “Dios” o “Madre de Dios” o “Asunción de María”, pueden ser comprendidos y recibidos en su profundidad espiritual, pero difícilmente, muy difícilmente, pueden ser usados en el propio caminar espiritual, y menos en la forma en la que los vivieron y usaron nuestros antepasados.

Para poder usar, en nuestro propio quehacer espiritual, esos símbolos, mitos y rituales, tendríamos que asumir la totalidad del sistema mítico-simbólico en el que están integrados. Es imposible usar el símbolo “Dios” sin asumir todo el sistema que le acompaña. Tampoco podemos usar el símbolo “Madre de Dios” sin asumir, simultáneamente las nociones de “Padre, Hijo y Espíritu Santo” y también las nociones de “Encarnación”, el “Hijo de Dios enviado para salvar el mundo” etc. Los símbolos y mitos no tienen sentido aislados del conjunto del sistema en el que se integran. Además, arrastran, de por sí, una epistemología mítica y un sistema de creencias, porque con esa pretensión programática fueron construidos.

Para usar esos símbolos, mitos y rituales en nuestro propio quehacer espiritual, en las actuales condiciones culturales, tendríamos que tener el programa de mente y de sentir que ellos tuvieron y tendríamos que ser religiosos y creyentes. Nada de eso podemos hacer, aunque quisiéramos.


Marià Corbí
http://www.cetr.net/modules.php?name=News&file=article&sid=994&newlang=catala

Comentarios y FORO...

miércoles, 26 de agosto de 2009

El problema no es Dios sino la Iglesia

PepCastelló

Dios será lo que será según cada cual crea, piense o sienta a lo largo de su vida, pero la Iglesia Católica Romana no ofrece lugar a dudas. Es un organismo allegado al poder que nació del trasvase de las primigenias creencias cristianas a una religión gestada según las conveniencias del Imperio Romano. Y ahí ha seguido siempre más, al servicio de los emperadores, los reyes y las gentes poderosas que en todos los tiempos han ocupado la cumbre de la pirámide social.

Por si alguien no lo tenía suficientemente claro, no paran de darse día a día sucesos en los que la vergüenza cae sobre esa internacional del pensamiento único religioso que con sede en el Vaticano actúa en todo el mundo a través de sus embajadas y su bien organizada red de servidores y voluntariado diversos. El último de estos acontecimientos es la reciente declaración del cardenal Jorge Urosa Sabino, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, que a propósito de la nueva Ley Orgánica de Educación surgida en Venezuela el pasado 15 de agosto, con tono melodramático afirma que «Dios se fue de la escuela». Pues no, que no se confunda su eminencia, que Dios no se va a ir de parte alguna. Quienes se van a ir de la escuela son los clérigos y su equipo de difusión de su doctrina católica clasista y antidemocrática.

La actuación de la derecha católica venezolana con su máxima autoridad al frente no deja lugar a muchas dudas referente a de qué parte está la Iglesia Católica Romana. Resonaban todavía en el aire las ignominiosas declaraciones del cardenal Oscar Rodríguez Madariaga en favor de los golpistas hondureños, las cuales nos trajeron a la memoria las ya lejanas actuaciones de tantos ilustres prelados en América Latina y tantas otras partes del mundo donde a punta de bala los ejércitos se habían adueñado del poder para proteger a las clases sociales más privilegiadas y someter a la población pobre rebelde. Estas recientes actuaciones de la jerarquía católica en Honduras y Venezuela no dejan duda alguna de que el Vaticano sigue alineado al lado de la máxima potencia mundial los EE.UU. de América del Norte, como bien sentado lo dejó Su Santidad Juan Pablo II.

Hogaño como antaño el Imperio se expande con la ayuda de la Iglesia Católica Romana. Que nadie me salga con el cuento de que no es la Iglesia sino la jerarquía eclesiástica, porque le responderé que ésta nada puede sin toda la población católica que le da soporte. «Iglesia somos todos» suelen decir las buenas gentes interponiéndose como escudos humanos para defender a su Santa Madre Iglesia cuando sienten que se la acusa. Pues sí, razón tienen; Iglesia son también ustedes y tan culpables por tanto como los de más arriba, ya que sin su incondicional apoyo esos hombres ambiciosos, cuyo discurso falaz cala en tantas pobres mentes en todo el mundo, no tendrían ningún poder.

No es Dios ni el cielo lo que les mueve a ellos y a quienes les dan apoyo, sino su afán de privilegio social y de dominio de su identidad religiosa sobre las demás. El Dios del Jesús de los evangelios y el que la misma Iglesia Católica predica, no necesita de militares golpistas, ni de gobiernos de derechas. Quienes de todo eso necesitan son los ricos del mundo, los que establecen las normas sociales y con todos los medios a su alcance las imponen sobre los demás. Esos sí que necesitan llevar a cabo acciones políticas y militares y campañas catequéticas a lo largo y ancho del planeta Tierra.

Señoras y señores de la derecha católica, dejen ya de una vez por siempre de sembrar esa semilla de discordia y agresión que tanto tiempo llevan cultivando. Deténganse a pensar un poco desde una perspectiva ética y humana. Acallen su ambición y contemplen el sufrimiento que esa doctrina imperialista ha esparcido por todo el mundo y sigue esparciendo. Y si algún ápice de compasión les queda dentro del alma, plantéense si deben seguir dándole soporte.

Atrévanse a cuestionar a sus “pastores” eclesiásticos y su endiablada actividad política. Y si alguna duda les queda acerca de su bondad, echen mano de la Biblia y vean que dice: «por sus hechos los conoceréis». Pues ahí están los hechos. Saquen sus conclusiones.


PepCastelló

Comentarios y FORO...

martes, 25 de agosto de 2009

“Dios se fue de la Escuela”. La nueva Ley de Educación en Venezuela

Marcelo Colussi

“Dios se fue de la Escuela”. Con esta sensacionalista y sensiblera declaración el cardenal Jorge Urosa Sabino, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, reaccionó ante la aparición de la nueva Ley Orgánica de Educación surgida en Venezuela el pasado 15 de agosto, marcando así la matriz con la que toda la derecha del país valoró la nueva norma jurídica.

Se contribuye así a dividir, una vez más, toda la sociedad entre “chavistas” y “antichavistas”, reafirmando que las luchas de clases (que siguen al rojo vivo) se expresan en todos los campos, también el educativo. Reacción, por cierto, enteramente visceral, absolutamente cargada de tirria ideológica, que indica que: o ni siquiera se ha leído a profundidad el texto de la nueva normativa jurídica (dudoso), o que el odio de clase en juego no permite ser objetivo (nos inclinamos por esto). Reacción, por otro lado, que además de movilizar en bloque a la más conservadora y retrógrada derecha local, hizo reaccionar a lo más conservador y retrógrado de la derecha del mundo. Para muestra, la nota publicada en el católico reino hereditario de la real casa de los Borbones –más conocido como España– por el diario El País, titulado “Las trampas de Chávez”, apenas unos días después de conocida la nueva ley, y que marca el talante en juego: “El presidente Hugo Chávez sigue adelante con la progresiva demolición del Estado de derecho en Venezuela en nombre del socialismo del siglo XXI. (…) El texto no sólo se dirige a regular los programas educativos y los centros de enseñanza, sino también a formar a los ciudadanos de la sociedad que se propone construir la revolución bolivariana”.

¿Acaso una ley nacional no está para eso, para regular? ¿Acaso la educación, cualquiera sea, no se dirige justamente a formar a los ciudadanos sobre los que actúa? ¿Podría ser de otra manera quizá? ¿Por qué esta reacción? ¿Qué tiene de tan “maléfica” la nueva ley? En realidad: nada. Es un instrumento que se enmarca enteramente en los lineamientos contemporáneos acerca de la educación como bien público, como derecho humano que impulsan los organismos rectores en la materia (por ejemplo, el Manifiesto “Educación para Todos” de la UNESCO, Dakar, Senegal, del 26-28 de abril de 2000: “La educación es un derecho humano fundamental, y como tal es un elemento clave del desarrollo sostenible y de la paz y estabilidad en cada país y entre las naciones, y, por consiguiente, un medio indispensable para participar en los sistemas sociales y económicos del siglo XXI, afectados por una rápida mundialización”). Es decir, la ley está lejos de ser un arma de adoctrinamiento socialista como se la presenta desde la visceral y maniquea visión del mundo de la Guerra Fría, que evidentemente no ha desaparecido de la cabeza de mucha gente, especialmente los ideólogos de la derecha.

La ley, en verdad, ni siquiera habla de formación socialista; de hecho, en ningún lado tan siquiera roza la ideología marxista; muchos menos se la menciona en forma explícita. Muy claramente, en su artículo 1 dice que la educación se realizará “de acuerdo con los principios constitucionales y orientada por valores ético humanistas” –¡humanistas!, lo cual es tan amplio que puede dar para todo; humanistas, pero no socialistas, nótese bien–. Se entiende que hay una preocupación social, una búsqueda de igualdades, pero en ningún lado se habla de abolición de la propiedad privada, de construcción revolucionaria de un nuevo orden, de abierta lucha anticapitalista ni antiimperialista, de pueblo en armas defendiendo sus conquistas o algo que pudiera erizar la piel para alguien no familiarizado con un discurso de izquierda. Por el contrario, es una ley bastante “neutra” en términos políticos. Una vez más: ¿por qué esa reacción tan visceral desde la derecha católica?

Dos de los tres elementos que pudieran ser el núcleo de esa abierta oposición de la derecha conservadora: la educación privada y la enseñanza religiosa, se respetan íntegramente. En ningún lugar de la nueva ley queda abolida la enseñanza privada. En todo caso queda claramente dicho que el Estado habrá de regular el ámbito de la educación, incluidos los centros privados, tal como cualquier Estado capitalista hace en cualquier parte del mundo con cualquier empresa privada (¿para qué otra cosa está el Estado sino para fijar normas de funcionamiento? ¿O apostamos por la mano invisible del mercado como principio ordenador supremo?) A propósito: ¿quién reaccionó por la “socialista” medida de la actual administración de Washington cuando recientemente el Estado salió a auxiliar bancos privados en bancarrota o a la quebrada General Motors Company en el medio de la crisis financiera? En materia de educación son más estatistas muchas constituciones de países europeos, por ejemplo, que la de Venezuela. De hecho el Estado venezolano sigue subsidiando a los colegios y universidades privadas con un entre 40 y 70% de su presupuesto general, y la nueva ley no cambia esa situación. ¿Por qué entonces esta reacción de desaprobación?

En cuanto a la enseñanza religiosa, de ningún modo queda condenada ni se promueve un presunto ateísmo de Estado. En todo caso, siguiendo una tendencia moderna y progresista de la humanidad, “el Estado mantendrá en cualquier circunstancia su carácter laico en materia educativa, preservando su independencia respecto a todas las corrientes y organismos religiosos. Las familias tienen el derecho y la responsabilidad de la educación religiosa de sus hijos e hijas de acuerdo a sus convicciones y de conformidad con la libertad religiosa y de culto, prevista en la Constitución de la República”, según puede leerse en el artículo 7 de la ley. Laicidad, valga remarcar, que está constitucionalmente garantizada en el artículo 59. En Venezuela como en cualquier parte del mundo, una ley de educación debe garantizar que cualquier persona pueda acceder sin discriminación de ningún tipo, ni religiosa, ni étnica, ni de género, ni de nivel socio-económico, a una educación digna, de buena calidad, rigurosa y veraz. Ese carácter universal del derecho a la educación implica que la enseñanza debe ser laica, por ser esa la única opción neutral no imbuida de conceptos religiosos de signo alguno que, en todo caso, pueden derivar en fundamentalismos. Una educación laica y objetiva es garantía, quizá la única, de una sociedad más equilibrada. Y eso es lo que hace la nueva ley, no otra cosa. Que es lo que hizo ya la Revolución Francesa hace más de 200 años atrás, sin ser socialista precisamente.

El tercer elemento de discordia para esta visión conservadora de la derecha que ahora protesta airada no es, en realidad, en modo alguno objetivo sino que asienta en un profundo odio de clase. Así de simple. Ese otro elemento que hace parte del ataque está dado por la ya monotemática acusación de autoritarismo antidemocrático del gobierno bolivariano encabezado por el presidente Hugo Chávez. Dado que la ley toca directamente los medios de comunicación social, a los que incluye como elementos educativos en tanto servicios públicos buscando su regulación, eso es la gota que derrama el vaso y transforma el nuevo instrumento jurídico, según la crítica de toda la derecha, en una demostración de fascismo, de autoritarismo supremo, que sólo servirá para el adoctrinamiento castro-comunista transformando cada alumno venezolano en un potencial pichón de terrorista internacional. Dice la ley en su artículo 9 que “los medios de comunicación social públicos y privados en cualquiera de sus modalidades, están obligados a conceder espacios que materialicen los fines de la educación. [Y además que] orientan su programación de acuerdo con los principios y valores educativos y culturales establecidos en la Constitución de la República, en la presente Ley y en el ordenamiento jurídico vigente”. ¿Es eso fascismo autoritario? ¿No debe marcar líneas el Estado? ¿Para qué está, si no?

“La Ley Orgánica de Educación –dice en la referida nota el diario “El País”– pone de manifiesto más que otras medidas hasta qué punto el proyecto chavista es tributario de las ideologías autoritarias del pasado, por más que se escude en las invocaciones al futuro. Desde esta perspectiva, no son nuevos los disparates que contiene la nueva norma. La educación no puede ser un instrumento para que los ciudadanos encajen a la fuerza en una sociedad diseñada desde el poder, sino para que sean libres en la sociedad en la que viven”. Hay ahí una (fingida) incomprensión de los procesos sociales (la educación enseña siempre los valores de las clases en el poder, “la ideología dominante es la ideología de la clase dominante”, eso no puede ser de otra manera. Y los medios de comunicación social, ¡ni se diga!). Pero además, en la reacción de la derecha se evidencia su profundo y nada enmascarado odio social, de desprecio por el pobrerío que ahora, mal que bien con la Revolución Bolivariana comienza a levantar la voz, aunque esa preocupación se disfrace de “democrática”: ¿protesta así esa derecha por la propaganda de la Coca-Cola? ¿Protesta esa derecha por las interminables transmisiones de fútbol que ya, por lejos, pasaron a ser la principal droga social, el nuevo “opio” tecnológico con el que se maneja a las masas planetarias? ¿Protesta esa derecha por la descarada propaganda ideológica de CNN? La comunicación de masas, un instrumento que día a día se transforma en uno de los principales agentes de educativos de las sociedades, ¿debe funcionar también regida por la mano invisible del mercado? Dicho sea de paso, según estimaciones de la UNESCO, en pocas generaciones los medios audiovisuales irán reemplazando a la escuela formal en la tarea educativa. ¿Apostamos por la absoluta liberalización del asunto dejando que cada empresa privada de comunicación (léase: las grandes cadenas televisivas básicamente) sean las que eduquen a las futuras generaciones? ¿Optamos por la desaparición del Estado entonces?

La nueva ley, además, contiene importantes mejoras en las relaciones laborales de los trabajadores de la educación. Al respecto, en su Artículo 42 se establece que: “El personal docente adquiere el derecho de jubilación con veinticinco años de servicio activo en la educación, con un monto del cien por ciento del sueldo y de conformidad con lo establecido en la ley especial [de regulación laboral en el ámbito educativo]”, lo cual representa un paso adelante en términos sociales. ¿Es contra eso que adversan quienes se oponen a la nueva normativa? Seguramente dirán que no, pero en definitiva el espíritu de toda la normativa, enmarcada en el proceso político que vive el país, apunta a eso: al mejoramiento de las condiciones sociales de las grandes masas siempre excluidas. Cuando decíamos más arriba “odio de clase”, pues a esto nos referíamos. ¿Quiénes son los que salen airados a protestar y manifestar en las calles contra esta ley?: por supuesto no son los sectores pobres, los que nunca llegaron a las universidades, los que miran resignados que otros van a centros privados de excelencia. ¿De qué autoritarismo hablamos entonces: el del “dictador” Chávez o el de la dictadura del mercado que mantiene en el límite de la pobreza a grandes masas históricamente marginadas?

En definitiva, la nueva ley de educación surgida en la República Bolivariana de Venezuela, sin ser una abierta declaración anticapitalista, es un paso firme para la construcción de más espacios de participación popular, y el hecho que los medios de comunicación queden más sujetos a control del Estado es, en todo caso, una buena noticia para el campo popular, porque puede facilitar mayor profundización del proyecto revolucionario, en beneficio de los más y no de los menos, obviamente. Si alguien reacciona ante eso… como dicen que dijo don Quijote (cita que realmente no figura en el texto cervantino, pero que vale igualmente): “ladran Sancho, señal que cabalgamos”.

Marcelo Colussi
http://www.argenpress.info/2009/08/dios-se-fue-de-la-escuela-la-nueva-ley.html

Comentarios y FORO...

viernes, 21 de agosto de 2009

Juventud divino reflejo

Eduardo Pérsico

Los años transcurridos suelen ser un ideal de dicha reinventada, difícil de esquivar. Nada es imprevisto en la nostalgia; época juvenil, templo a ritmo de imaginarnos todo y desamores con sabor a tragedia. Y a reiniciar camino con mirada más amplia porque el crecimiento debe ser eslabón, fin de etapa dorada; y a culparse si la vida nos viene despareja…

Hoy se reitera un manual a recitar aunque el teatro de la divina juventud se asoma sin aula ni trabajo. Una representación quizá poco novedosa, pero a puro personaje de víctimario y víctima más cuadros juveniles corridos por el hambre, sobran protagonistas que actúan de inmediato y con violencia. Según los datos tomados de las villas, mientras en otras clases no hay registro ni encuesta sobre la adolescencia. La barata desidia que vincula a pobreza con delito pero a sus hijos nunca.

Se agitan los lamentos porque murió un cantante y fulgura la rubia que se durmió desnuda, pero sobran olvidos con los dientes del hambre deshaciendo la especie. No es ninguna noticia que tantos doblegados cambiando de manada nos vuelven al primate, y nadie se hace cargo. Informar ya es tendencia y joven delincuente quebrado para siempre, un ente que respira, luce mucho más útil baleando embarazadas en el noticiero de la noche. Y algo más recurrente: ese chorrito resultará didáctico para santificar la propiedad en todos los canales que sirven al sistema. Los crímenes del hambre por el ocio obligado son efecto previsto del proyecto económico, algo institucional y registrado Por más que los publicistas del Poder cínicamente instauren las frases del papa y los obispos por la ‘calamidad del hambre’ y ahí acaben su parte. Y en Argentina hasta copiaran esos rezos los agropecuarios, adictos evasores de impuestos y a ocupar changarines en negro; renglones de la farsa.

El cambio del modo y el ropaje es lógica juvenil de toda historia, pero hoy la pendejada archiva su conjuro y parece aterrada de emprender la existencia. El reflejo del modo expoliador tiene formas y rostros; están entre nosotros y soltando discursos de moralismo fácil. No hay bondad que soporte entre calles de hierro con peldaños de niebla y sombra interminable, ni hay ser vivo que aguante empezar cada día a comer como sea. Esa etapa de vida no es fábula estadística si puede desgajarla el terror miserable, y aunque la juventud traiga crisis que agraven su trayecto, - ver a Freud y cofrades- es condena ya mismo. ‘Con recital y ruido los jóvenes resisten’, otra alienación de darlos vuelta al vacío y la nada donde algunos no intuyen ni lejano el mundo donde habitan. Un desenganche más del que sobran los datos y no sólo entrevistas: ignoran ‘la pelea’ entre soldados del Bien y narcotraficantes terroristas que cumplen décadas en luchas fragorosas de asociar el negocio y apropiarse las hembras de países vencidos. Y digamos, estudiantes terciarios; con más una juventud perpetua que repite el libreto que el Poder nos reinventa y no los involucra. Los expulsados del mapa de madrugada y fábrica, del despliegue social más valedero, ambulan los arrabales del sistema sin ninguna respuesta. Y ni curten preguntas de hacernos cada tanto; a quién rezan los curas cuando rezan y si han de ganar los buenos algún día.

Eduardo Pérsico, escritor, nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.

Comentarios y FORO...

jueves, 20 de agosto de 2009

Taizé, peregrinación y encuentro

PepCastelló

Una vez más he cumplido con mi peregrinación anual a Taizé, ese oasis de paz y concordia ecuménica hecha posible mediante la acogida fraterna exenta de imposiciones doctrinales, el trabajo desinteresado, la vida sencilla y austera y una plegaria en común centrada en el canto y en el silencio. Quienquiera que allí vaya podrá respirar esa atmósfera de abierta fraternidad que lleva a la cumbre de la espiritualidad inherente a la humana natura. Da igual el credo que se profese o incluso el no credo, porque el camino está abierto a quien lo quiera transitar.

Siempre mis estancias en ese bendito lugar han comportado intensas experiencias emocionales que han dejado huellas reconocibles en mi memoria. Piedras apiladas al azar entre las muchas que una a una han ido edificando la estructura de mi pobre persona. Brisa que vivifica y renueva. Viento que arrastra y lleva lejos el polvo de viejos caminos recorridos en el extravío de búsquedas infructuosas.

Aunque pensado para jóvenes, Taizé es un lugar reconfortante para quienes, adultos ya, amamos la vida austera, la música, la paz, la fraternidad y el silencio, entendido éste en el más estricto sentido interno, ya que el entorno de gente joven es un permanente gorjeo que no da reposo a los tímpanos excepto durante las plegarias y el descanso nocturno.

Somos muchas las personas que año tras año llevamos a cabo ese peregrinaje. Procedentes de diversos países, hablando diversas lenguas que la Comunidad de Taizé tiene buen cuidado en recoger y usar fraternalmente en las plegarias, compartimos unos días de búsqueda interior favorecida por el silencio y la cálida compañía. El gesto amical, la ayuda espontánea a cualquier esfuerzo que alguien realice y la buena disposición para el entendimiento constituyen el lenguaje mayormente usado, el que sirve para comunicar las buenas intenciones que anidan en el corazón de quienes se encuentran y para difundir los principios de solidaridad que animan sus almas.

Expresión a la vez de Buena Nueva cristiana y de sabiduría humana común a las más variadas culturas, Taizé ofrece todos los ingredientes para un encuentro con la propia persona, para ejercitarse en la bondad, para hallar formas de acercamiento humano por encima de intereses, creencias e identidades. Frente a una civilización ruidosa y frenéticamente activa, allí se encuentra tiempo para el silencio, la meditación y el goce de la paz del alma. Frente a la primitiva agresividad que heredamos de nuestros antepasados primates, eufemísticamente denominada ahora “competencia”, que rige como principio de vida en nuestra civilización occidental cristiana, individualista y egocéntrica, sin otros valores que el bienestar material y el éxito personal sinónimo de fracaso ajeno, allí se encuentra colaboración y solidaridad a raudales.

Bien podemos decir que Taizé es singular por cuanto acabamos de ver y por bastantes cosas más. Pese a ello, no es un lugar donde se produzcan milagros, ni creo que nadie vaya allí a buscarlos. Cada cual llega con su propio bagaje de creencias, certezas, convicciones, afectos... No parece que nadie vaya allí con la intención de cuestionar sus propias seguridades sino de afianzarlas, de adquirir más de lo mismo. Y no obstante, el contraste entre el modo de vida que allí se sigue y el que tenemos en nuestros respectivos entornos cotidianos es una buena invitación a cuestionarnos en profundidad lo que pensamos, lo que creemos, lo que hacemos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos con el resto del mundo, algo a lo que no está dispuesta la mayor parte de la población creyente y no creyente de nuestro opulento mundo occidental.

El mundo está plagado de injusticia; la opulencia del mundo rico la están pagando con sufrimiento y miseria millones de seres humanos en el mundo pobre; nuestra forma de vida está al borde de agotar los recursos del planeta; pero la mayor parte de la gente le sigue el juego a la ambición capitalista y aun las buenas personas creyentes viven sin analizar su forma de vida a la luz del evangelio ni de la más elemental ética. La espiritualidad cristiana está tan centrada en el culto y en el goce íntimo de la relación personal con Dios que ni por asomo invita a sus fieles a pensar que con nuestra forma acomodada de vivir estemos atizando el infierno en que viven la mayor parte de los seres humanos. Con los ojos puestos en el más allá y en el «Cordero de Dios que quita los pecados del mundo», esperan que sus almas sean acogidas en la gloria por los siglos de los siglos con solo seguir las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, que para nada se opone a que otros paguen el gasto. ¿Para que marearse si la esperanza en un más allá feliz nos permite seguir viviendo con el mundo por montera? Bendita santidad que acepta tener esclavos con tal de no verlos y puede comer carne tranquilamente porque manos ajenas sacrifican las reses.

Cada año mi estancia en Taizé estimula mi reflexión y renueva mis inquietudes religiosas y políticas. En esta ocasión me he ocupado en contemplar ese bello lugar desde diversas perspectivas, (educativa, religiosa, política, social...) las cuales me propongo compartir en sucesivos escritos con quienes leen esta página. Talvez mis puntos de vista no coincidan con los de quienes me lean, pero para eso está el diálogo y el sitio previsto para comentarios.

Hasta pronto, pues, si nada me lo impide.

PepCastelló

Comentarios y FORO...

ETIQUETAS

Acción solidaria (14) Adolfo Pedroza (2) Adolfo Pérez Esquivel (3) América Latina (62) Amor (3) Análisis de la comunicación (18) Antiglobalización (3) Antiimperialismo (13) Apostasía (3) Ateísmo (1) Cambiode paradigma (4) Ciencia (3) Colaboraciones (227) Cristianismo (55) Cultura (2) Derechos Humanos (55) Diálogo (1) Domingo Riorda (2) Ecosociología (37) Ecumenismo (1) Eduardo Pérsico (20) Educación (14) Emma Martínez Ocaña (1) Enrique Carfagnini (1) Equidad (58) Espiritualidad (26) Estructuras sociales (18) Ética y Sociedad (138) Filosofía (2) Geopolítica (19) Gonzalo Haya Prats (9) Hambre (10) ICR (86) Iglesia (15) II-SP (1) Imperialismo (9) Irina Santesteban (1) Iris M. Landrón (1) J.J.Tamburini (1) Jaime Richart (4) José Comblin (1) José M. Castillo (33) Juan Masiá (1) Leonardo Boff (23) Libertad (1) Libertad de expresión (2) Lorena Aguilar Aguilar (2) Luis (1) Luis Alemán (2) Marcela Orellana (6) Marcelo Colussi (1) Marià Corbí (2) Maya Lambert (3) Mística (1) Mujer (1) Oscar Taffetani (2) P. Luis Barrios (3) Paz Rosales (4) Pelota de Trapo (6) Pepcastelló (94) Pere Casaldàliga (2) Pobreza (3) Poesía (13) Psicología (1) Rafael Fernando Navarro (64) Recomendamos (3) Religión (20) Religión y Ciencia (9) Religión y Cultura (3) Religión y política (49) Religión y sociedad (20) Sabiduría popular internáutica (2) Sergio Ferrari (2) Solidaridad (4) Susana Merino (1) Taizé (3) Teología de la Liberación (5) Thelma Martínez (2) Utopía (10) Veca Muelle (1) VIDALOGÍA (1) Violencia (6) Violencia de género (1) Walter Dennis Muñoz (7)