lunes, 30 de junio de 2008

Non sancto

En el centro del negocio mundial de la soja y los pesticidas –que van de la mano– hay una multinacional norteamericana especializada en alta toxicidad. Una serie de investigadores denuncia a por el sistema con que opera, que deja un tendal de monocultivo, deformaciones genéticas y enfermedades, y que quiere hasta patentar los chanchos.

“Hace más de veinte años que recorro el mundo, y en todas partes he oído hablar de esta multinacional norteamericana, a decir verdad bastante mal. Quise entender de qué se trataba y navegué por Internet durante meses. Es así como he descubierto que Monsanto representa una de las empresas más controvertidas de la era industrial, porque siempre ocultó la extremada toxicidad de sus productos. ¿Qué pasa hoy? ¿Nos dicen la verdad sobre esos OGM? ¿Podemos creerles cuando nos dicen que las biotecnologías resolverán el problema del hambre y de la contaminación del medio ambiente? Para responder a esas preguntas, retomé mi bastón de peregrina y viajé a lo largo y a lo ancho de tres continentes. Hoy estoy segura de que no debemos dejar que esta empresa se apodere de las semillas, vale decir, de la alimentación mundial.”

La autora de esas palabras, Marie-Monique Robin, ya había tomado su bastón de peregrina para ocuparse, entre otras cosas, de la presencia en nuestro país de la OAS, la organización paramilitar argelinofrancesa que a través de la Triple A exportó a la Argentina sus escuadrones de la muerte. Hace unos pocos meses Robin publicó un libro decisivo, El mundo según Monsanto, de la dioxina a las OGM, una empresa que nos desea el bien, y realizó un documental donde cuenta la historia de estos no menos espeluznantes escuadrones. Según sus declaraciones, los telefonazos insultantes recibidos a raíz de su primer texto fueron juego de niños en comparación con los aprietes que le valieron meterse con Monsanto.

No es la primera vez que se denuncia a esa empresa, pero sí es la primera en que el desenmascaramiento llega, por fin, a una cadena televisiva de tanta difusión como la francoalemana Arte, que transmitió hace poco el filme de Robin. Ya en el año 2000, Isabelle Delforge había publicado, en Bruselas, Alimentar al mundo o el agrobusiness, donde revelaba el engranaje oculto de Monsanto. Para escribir estas líneas me he guiado por los trabajos de Robin, de Delforge y del investigador Raoul Marc Jennar, de la Urfig/Fundación Copernic, que, como nuestro Premio Nobel Alternativo, el doctor Raúl Montenegro, tampoco se queda corto al analizar todo lo que en Monsanto resulta non sancto.

¿Merece Monsanto la calificación de “necroempresa” con que muchos la adornan? El siguiente relato parecería confirmarlo. Si a principios del siglo XX, los “mercaderes de la muerte” fueron la compañía alemana Krupp, la británica Vickers y la francesa Schneider-Creusot, Monsanto los reemplazó simbólicamente en 1945. En primer lugar, al asociarse, dentro de la Chemagrow Corporation, con la IG Farbenfabriken que había sostenido financieramente al nazismo en los años treinta y fabricado el gas para Auschwitz diez años después. Es cierto que una empresa no tiene por qué meterse a fisgonear en lo que han hecho sus socios, antes de haberlos frecuentado en carne y hueso; sobre todo si esa empresa está basada en un criterio de rentabilidad, acaso incompatible con el de humanidad, como el que el propio Edgar Monsanto Queeny, presidente de Monsanto desde 1943, manifestó con una sinceridad casi conmovedora: “I am a cold, granitic believer in the law of the jungle”.

Esta sociedad transnacional comenzó a hacerse célebre por ella misma, y no por sus malas compañías, durante la guerra de Vietnam y a causa de su tristemente célebre “agente naranja”. Destinado a desherbar la selva para impedir que los vietcong se escondieran entre sus vericuetos, el agente naranja, fruto de la combinación de los elementos 2,4-D y 2,4,5-T, fue difuminado en dosis gigantescas desde las avionetas norteamericanas. Pequeño problema, al fabricar este herbicida surge un producto derivado conocido como TCDD o dioxina, “impureza” que no puede ser eliminada y que provoca malformaciones del feto, transformaciones genéticas y cáncer. La hierba vietnamita murió, en efecto, de un solo saque, pero los seres humanos siguen muriendo de a poco hasta el día de hoy. En 1988, diecisiete años después del bombardeo desherbante, las sustancias tóxicas seguían presentes en la fruta y la verdura repletas de dioxina. “No nos nacen bebés sino monstruos”, exclamó un médico partero, el doctor Le Diem Huong, al tomar entre sus manos a un recién nacido de cuya carita salían los órganos genitales.

Penetrar los entretelones de Monsanto no es tarea difícil. Convencida de su derecho a llenarse los bolsillos, y fiel a la sinceridad de su fundador, la empresa no se traga la lengua. “Nuestro objetivo es la captación de toda la cadena alimentaria”, declaran sin ambages sus máximos representantes, refiriéndose a una dominación que les asegura el control absoluto de las distintas poblaciones por su lado más débil, el vientre. Las predicciones de Aldous Huxley y de Georges Orwell quedan reducidas al tamaño de un poroto, obviamente de soja, al lado de esta posesión de lo comestible que se manifiesta por medio de una curiosa idea: patentar la vida.

¿Cómo se obtiene la patente de algo que, con inconmensurable ingenuidad y en nuestra calidad de seres vivos, hemos creído nuestro? Desde la semilla “Terminator” (admitamos que el nombre es un hallazgo) hasta la producción de pesticidas y herbicidas, de hormonas de crecimiento y de organismos genéticamente modificados, altamente tóxicos y cancerígenos (¿pero acaso un “granítico frío” se achicaría ante tan nimio detalle?), se trata de inventar y de producir todo lo susceptible de ser comercializado en forma óptima, vale decir, sin el menor prejuicio de carácter ético. Ejemplo: crear especies vegetales Monsanto que resistan a los pesticidas y herbicidas Monsanto, y sólo a ellos. Dependencia asegurada: para garantizar la producción, no queda más remedio que desherbar y apestar con esas sustancias específicas y no con otras. Cada semilla genéticamente modificada es propiedad de su inventor, patentada y protegida por las reglas de la Organización Mundial del Comercio. La modificación genética puede ser tan ínfima y, por ende, tan insospechable, que el campesino que compra una semilla cualquiera, y la siembra sin suponer siquiera quién está por detrás, se expone a una persecución judicial. Es lo que acaba de sucederles a los campesinos mexicanos que sembraron maíz, tal como lo vienen haciendo desde mucho antes de Moctezuma. Un buen día les cayó encima Monsanto, a quien desde ese momento no me extrañaría que le llamaran Mondiablo. “Esa semilla es nuestra –les dijeron–. Ustedes no tienen derecho a utilizarla porque está... patentada.”

Terminator se llama así porque termina con las hierbas salvajes, y también con todo intento de autonomía agrícola. Gracias a la introducción de un gene autodestructor, la dichosa semillita sólo germina una vez, de modo que el campesino está obligado a comprarse otras todos los años, en vez de tomarlas de su cosecha anterior como lo tuvo por costumbre desde siempre. Aunque Monsanto haya anunciado que retira del mercado su semilla con nombre de juego electrónico para adolescente con cerebro lavado, otras firmas la comercializan, en particular su genio creador, la Delta & Pine Land Co. Sin contar con que la tecnología Terminator tiene como treinta patentes distintas, compradas por unas cuantas transnacionales agroquímicas que tampoco se andan con chiquitas. Transnacionales que, con Monsanto a la cabeza, extienden la práctica a todas las especies vivientes que puedan servir como alimento o como medicamento de origen vegetal, pero también animal. Esto último no es broma: Monsanto ha presentado una solicitud de patente para cerdos que, de ser aceptada, le permitiría cobrarle una suma por chancho a cada propietario de chiquero, en la Argentina, en Eslovenia y en Dakota del Sur.

Monsanto, fundada en 1901 por John Francis Queeny y así llamada en homenaje a su esposa, Olga Méndez Monsanto, ha debido enfrentar, y algunas veces perder, unos cuantos procesos. Los veteranos norteamericanos de la guerra de Vietnam, encargados de pulverizar el agente naranja pero incapaces de evitar que el mismo chorro les cayera a ellos; la asociación vietnamita de víctimas del agente naranja, que denuncia a Monsanto y a otros diez fabricantes de herbicidas por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra; una Madre Coraje paraguaya, Petrona Talavera, entrevistada por Robin y cuyo hijo Silverio, como tantos otros Silverios argentinos, brasileños y paraguayos, súbditos de la “República unida de la soja”, murió envenenado bajo una lluvia de pesticidas; o la asociación bretona Aguas y Ríos, que acaba de reaccionar con santa indignación a una página de publicidad donde se exaltan los beneficios del célebre Roundup, causante de la fuerte contaminación de los ríos bretones y enérgicamente denostado, por sus claros efectos cancerígenos, durante el Grenelle del Medio Ambiente que tuvo lugar en Francia hará dos o tres meses; todos ellos han presentado sus quejas y hasta, en raras ocasiones, obtenido justicia. Nada de lo cual detiene a la necroempresa: en la actualidad, Monsanto es el líder planetario en la producción de glifosato, un herbicida total comercializado bajo la citada apelación de Roundup. La semilla de soja genéticamente modificada que le va como anillo al dedo se llama Roundup Ready y es, qué duda cabe, resistente al herbicida del mismo nombre.

Lo cual, de modo indefectible, nos lleva a preguntarnos: ¿y por casa?

Según datos publicados por este mismo diario, en la Argentina de 2007 la cosecha de soja transgénica llegó a los 47 millones de toneladas y abarcó 16,6 millones de hectáreas, rociadas con 165 millones de litros de glifosato. Los agronegocios basados en la soja transgénica desalojaron, en los últimos diez años, a 300.000 familias de campesinos e indígenas que fueron a engrosar los contingentes de las nuevas Villas Miseria. Un número aún indeterminado de peones perdió su trabajo, y su sueldito de hambre, porque el cultivo de la soja no requiere de muchos brazos. El avance de la soja obligó a desmontar 1.108.669 hectáreas de bosques en cuatro años, con el consiguiente empobrecimiento de la tierra en poco tiempo más. Las compañías que se han beneficiado con el negocio sojero son, por supuesto, Monsanto, pero además Dupont, Syngenta, Bayer, Nidera, Cargill, Bunge, Dreyfus, Dow y Basf, entre otras. Mientras tanto, las malformaciones de fetos, los abortos espontáneos, el aumento del cáncer en vastas zonas de nuestro país, y la aridez inexorable para dichas zonas, no regadas con lo mismo que en Vietnam pero casi, apenas si entran en las discusiones que nos agitan desde cien días atrás.

En el libro de Robin, el capítulo dedicado a la Argentina da frío en la espalda. Todo empezó con Menem a principios de los noventa, en medio de un coro de alabanzas oficiales y privadas a las biotecnologías que contribuirían a “ganar la guerra contra el hambre y a proteger el medio ambiente”. Al principio, las “semillas mágicas”, vendidas muy baratas, a pagar después de la cosecha y fácilmente sembradas con siembra directa sobre los residuos de la anterior, tuvieron el efecto de un canto de sirenas. Frente a la crisis de 2001, el boom mundial de la soja transformó el oro verde en “refugio y motor de nuestra economía”. Algunos comenzaron a comprender, lo cual no garantizó la durabilidad de su inteligencia: “Asistimos a una expansión sin precedentes del agrobusiness en detrimento de la agricultura familiar”, se lamentaba en 2005 un Eduardo Buzzi entrevistado por la investigadora. Sin embargo, las ganancias alcanzaban cifras astronómicas y un programa de “Soja solidaria”, implementado en las villas, pretendió taparles la boca a los pocos aguafiestas que entendieron la trampa.

Hoy tampoco son muchos los que lo saben ni los que lo difunden: la aparición de biotipos que ya no son tolerantes al glifosato obliga a aumentar las dosis de herbicidas. Consecuencia (aparte de las muertes fetales precoces): disfuncionamientos de la tiroides, de los pulmones, de los riñones, malformaciones genitales en los varones, nenas de tres años que ya tienen la regla. “Un verdadero desastre sanitario”, según el doctor Darío Gianfelici, médico de un pueblito entrerriano que ve lo que sucede y que se anima a decírselo, por lo menos, a una francesa, felizmente dispuesta a meter sus narices donde nadie la llama. ¿Habrá previsto el doctor en 2005 que sus palabras nunca serían escuchadas tal como hoy lo son las de un comprovinciano suyo, autor de la mejor frase acuñada en la Argentina en lo que va del siglo, “las vacas morirán de pie”, y para quien, frente a las cámaras, pibe más, pibe menos que nazca enfermo no es un tema que importe?

¿Pero para quién lo es? De memoria sabemos que el productivismo frenético del campo acrecienta la hambruna y la desnutrición en los países pobres, provoca el éxodo rural, la desertificación, la destrucción de los ecosistemas, introduce enfermedades por ahora incurables en las plantas, los animales y los seres humanos, y produce una “contaminación genética” de consecuencias imprevisibles. Con todo, es necesario machacarlo: cuando los responsables políticos sienten la más olímpica indiferencia hacia la seguridad sanitaria de sus respectivas poblaciones, y cuando la investigación científica se ve obligada a venderse al poder privado, la organización mercantilista del mundo gana por varios tantos.

Por sentido de la equidad, y porque el enriquecimiento desorbitado de un puñado de gente me da dentera, desde el comienzo del conflicto he apoyado las tan cacareadas, baladas o mugidas retenciones; y no puedo menos que felicitarme de que con esa plata, la Presidenta se proponga construir hospitales. Sin embargo, tampoco puedo menos que acongojarme al comprobar que los dimes y diretes entre el Gobierno diz que bifronte, y los cuatro jinetes del Apocalipsis, reunidos al grito de mozo jinetazo ahijuna, no hayan tenido en cuenta que, si se sigue sembrando nuestra tierra con semilla transgénica y espolvoreándola con los pesticidas que son su media naranja, ni los nuevos hospitales darán abasto. Toda redistribución de la riqueza que no le imponga las más draconianas trabas legales a Monsanto y a la sojización del territorio sólo será otro modo, por cierto no exclusivamente argentino, de una sola y misma complicidad.

Alicia Dujovne Ortiz *

(*) Periodista y escritora; su último libro es El camarada Carlos.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-106919.html

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sábado, 28 de junio de 2008

Misas sin cura

Si observamos de cerca, el punto clave de una reforma en profundidad de la Iglesia es la magia y el clero. Lo que representa el virus de la magia en la ideología religiosa, lo representa el estamento jerárquico en su organización: ambas realidades pervierten la médula misma del evangelio Una alternativa a estas dos realidades se están haciendo realidad cada día más en las misas sin cura. Y en A bote pronto se me ocurren estas observaciones:

1.- Como en tantas ocasiones, no esperemos a que nos llegue de arriba algo que depende de abajo. Las comunidades son organismos vivos y no es preciso pedir permiso para vivir. Por otro lado ¿quién puede señalar en el devenir de la iglesia alguna nueva ley, o norma liberalizadora de algo, que no haya sido precedida por una costumbre anterior contra o fuera de la ley. La lengua popular en la liturgia, la comunión bajo las dos especies, o en la mano, la vestimenta civil en curas y religiosos, etc. De modo que lo quiera o no la Jerarquía , acabará aceptando lo ahora inconcebible cuando haya prevalecido la costumbre contraria.

2.- Lo de las misas sin magia y sin cura en teoría es ya realidad práctica aunque todavía tímida y minoritaria. Los obispos saben de sobra que comienzan a proliferar, al igual que los curas casados o que viven en pareja. Y, al parecer, desvían la mirada para otro lado y sólo piden discreción. Últimamente han sido ordenadas como sacerdotes o sacerdotisas católicas unas cuantas señoras. En otras iglesias cristianas el hecho es ya normal; en la nuestra llegará a serlo por mucho que se resista la jerarquía, el movimiento es imparable . Sucederá como con la prohibición de los anticonceptivos, que cualquiera los usa sin problema de conciencia. Me cuesta no sonreír imaginando a Pío IX, Pío X, Pío XII, Juan Pablo II o Benedicto XVI, entre muchos otros, echando una ojeada a la tierra desde el cielo de aquí a unos años. Si ello fuera posible en el cielo se morirían de la vergüenza contemplando el nulo efecto de sus esperpénticos argumentos contra las libertades modernas, la evolución de las especies, los anticonceptivos, matrimonios homosexuales, las leyes de divorcio, el casamiento de los curas, la ordenación de mujeres, las misas sin cura, etc. La lista de despropósitos es interminable hacia atrás en la historia. Ello mismo, a medida que nos despierte el sentido común, impedirá que prosiga hacia delante: el desprestigio de su magisterio tal vez les haga callar.

3.- Lo de la misa sin cura, por muy extraño que parezca es lo que más va a propiciar los cambios de fondo. Estoy constatando que el fenómeno se extiende: se multiplican los casos de eucaristías presididas y animadas por curas casados y, más aún, por “simples” laicos ya sean varones, ya sean mujeres. Son hechos y contra los hechos no valen razones, contra facta nihil. Pero es que además los hechos son portadores de mucho significado.

4.- Es inútil que la jerarquía reaccione asegurando que tales comportamientos se sitúan fuera de la iglesia. Cada día Son más quienes no le creen ni entienden justificados tales criterios sobre la pertenencia a la iglesia o sobre su unidad. No es inteligente, señores, patalear contra el viento. Crece el número de seguidores de Jesús a quien sobran todas las leyes y nos bastan Jesús y los hermanos.

5.- Decía que lo de las misas sin magia y sin cura a mi modesto entender, es lo más significativo de por dónde se van a superar los otros problemas y se van a dejar atrás las metas que hoy todavía perseguimos. Si ya no acudimos al ‘confesor' y ahora dejamos de hacernos problemas en cuanto a esa necesidad de juntarnos entre hermanos para la “fracción del pan”, es decir, para el más bello gesto comunitario de compartir el alimento como símbolo de vida compartida (que en eso consiste la 'presencia real' de Jesús) ¿Qué papel le queda a la jerarquía? Ya ha perdido el poder de dominación del pensamiento y de las conciencias: ¿cuántos cristianos leen documentos papales o pastorales episcopales? (Por cierto ¡menudo esperpento el reciente catecismo universal abreviado!) Pues bien, en cuanto pierdan el poder mágico sobre “el cuerpo y la sangre del Señor”, se habrá acabado el poder sagrado, que eso significa jerarquía.

6.- Todo llegará. Pero que nadie se alarme. Las comunidades cristianas, no menos -¡ni más!- que cualquier grupo humano es realidad viva pero articulada. Jesús rechazó cualquier tipo de poder ¿Lo de los jefes de las naciones? ¡Nada de eso entre vosotros! San Pablo habló de carismas o aptitudes al servicio de la comunidad. Todos tenemos algo en qué servir a los demás. Por eso toda la comunidad organiza sus coordinadores, escucha a sus mayores (sus presbíteros), envía a sus delegados a otras comunidades ....y hasta llegará el día en que alguna buena persona, estilo Dalai Lama, en alguna modesta vivienda, simbolice la unión de todos los cristianos. Pero de ahí a asegurar que la verdad y el poder de Dios, por revelación y disposición suya, se han materializado en un cuerpo de sacerdotes...hay un abismo. No cabe duda que poderes y jerarquías son algo abiertamente en contra del evangelio y el estamento jerárquico, tal como hoy está organizado y funciona, es el colmo de la perversión.

Juan Luís Herrero del Pozo

27.06.2008

http://somac.galeon.com/

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La cúpula vaticana

Pepcastelló

Entre los diversos envíos que regularmente llegan a mi correo hay los PPS de la liturgia dominical que me hace una amiga religiosa, los cuales suelen ser bellas muestras de sensibilidad espiritual y de talento catequético a un tiempo; inspiradas mezclas de imágenes, música, frases de gran contenido humano con fragmentos de evangelios y epístolas mediante las cuales consigue efectos muy emotivos y fuertemente motivadores. Admiro el talento de mi amiga de modo que, aun no compartiendo a veces la totalidad de cuanto en ellos expone, suelo dedicarles unos minutos de atención. De modo que en cuanto tuve un rato de asueto abrí el de esta semana con ánimo de recrearme en él. Estaba dedicado a la celebración de la festividad de los santos Pedro y Pablo. Parecía bonito e interesante, con bella música y fotos de las ruinas de Cesarea de Filipo, donde parece ser que Mateo sitúa la acción que narra.

Todo fue bien hasta llegar a la diapositiva 14, en la cual leo: «Y ahora, también te digo que tú eres Pedro. Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Reino de la Muerte no podrán resistírsele». En la 15, sobre una bella foto de la cúpula de la vaticana basílica de San Pedro leo: «sobre la FE, YO edificaré mi Iglesia». Y en la 16: «Te daré las llaves del Reino del cielo; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Y para acabarlo de redondear, en la 17 veo una multitud de jóvenes, de pie, mirando en una misma dirección, portando en el pecho unos carteles no legibles, algunas religiosas entre ellos y una bandera blanca al fondo; y arriba y debajo de esa imagen, dos inscripciones: «Allí donde seáis comunidad, allí estoy YO, atando lo que atéis», «¿Sabéis que sois cuerpo de Cristo?».

Tengo que confesar que quedé perplejo tras ver y leer lo que acabo de referir. ¿Será verdad que la FE mueve montañas? Porque mayor proeza que mover una montaña le parece a mi mente blasfema sustentar la magnificencia de la cúpula vaticana sobre la idea que los evangelios dan del humilde Jesús de Nazaret.

Debe de ser muy grande y poderosa la FE. Tanto, que con ella se consigue que infinidad de personas inteligentes y honestas den por bueno lo que sin ella tiene tan claras trazas de patraña.

No me cabe duda de que lo mío es falta de FE. Me lo han dicho ya, en diversas ocasiones, personas fielmente católicas. Pero falta de FE en esa macro organización denominada Iglesia Católica Romana, que no en un cristianismo nacido de la bondad del corazón, no sé si ortodoxo pero sí capaz de superar la prueba de «por sus hechos los conoceréis». Una falta de FE que me lleva a mí y a miles y tal vez millones de personas educadas cristianamente a recelar de todos los discursos religiosos. De todos, incluso de los que parecen más inocentes y fiables, vengan de donde vengan. Porque a la vista está, para quienes no miran con ojos cegados por la FE, lo que se ha llegado a construir a partir de ellos.

Pepcastelló

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jueves, 26 de junio de 2008

Europa debe pagar la deuda a los indígenas.

La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) divulgó una nota en la cual pide que los Estados Europeos reconozcan la deuda histórica que tienen con los pueblos indígenas y que se constituya un Tribunal Internacional para el juzgamiento de los delitos económicos y ambientales cometidos, según un comunicado de la agencia Adital.

El pedido surge de la resolución del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), reunido el 15 de mayo en Lima, Perú, que entiende que la deuda fue generada con la invasión, la conquista y la colonización de los territorios desde el siglo XV y que actualmente, la invasión es producida por las grandes empresas transnacionales, que sirven a una minoría y destruyen la tierra, contaminan los ríos, tiran productos químicos en el suelo y contaminan las aguas.

Los indígenas piden que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas designe un Relator Especial, lo más rápido posible, para presentar un informe en la Asamblea General de la ONU, que tenga la "propuesta de mostrar el concepto de deuda ilegítima, ecológica e histórica; así como también la calificación de las violaciones de derechos económicos, sociales y culturales contra las personas y los pueblos, por parte de gobiernos, instituciones financieras y corporaciones multinacionales".

Entre las empresas violadoras se menciona a la Shell, responsable de la represión ilegal a comunidades en Brasil y en Argentina, en Loma de la Lata y en Neuquén. Por la misma práctica, la Shell fue denunciada en Irlanda. La Repsol es responsabilizada por no haber respetado los derechos de los Mapuches, Paynemil y Kaxipayin de Argentina, Bolivia y Ecuador.

La CAOI llama a todos los Estados y Gobiernos de América Latina y del Caribe a: asegurar el acceso rápido y eficiente a la justicia; promover y apoyar, con los recursos necesarios, el sistema judicial, para que investigue y castigue los delitos; y aplicar medidas inspiradas en el principio internacionalmente reconocido "de consenso libre, previo e informado de los actores sociales, comunidades locales y pueblos indígenas".+ (PE)

08/06/26 - PreNot 7455

Agencia de Noticias Prensa Ecuménica

598 2 619 2518 Espinosa 1493.

Montevideo. Uruguay

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miércoles, 25 de junio de 2008

Ciencia y fe.

La investigación sobre lo religioso superó el círculo de la sociología, antropología, filosofía, psicología y pasó hacia los científicos, especialmente la neurociencia, en lo que ya se conoce como "neuroteología" o ciencia de la espiritualidad, para lo que se destina bastante dinero, como los cuatro millones de dólares donados a la Universidad de Oxford para investigar las estructuras mentales que producen la religiosidad.

Hay preguntas conocidas como determinar desde cuando el ser humano es religioso y otras no tan conocidas acerca de si ¿La evolución favoreció un cerebro pro-religioso?

Se asegura que el fenómeno religioso viene desde el Homo sapiens, pasando a ser parte de prácticamente todas las “culturas” que se han investigado, aunque estaría en discusión si es parte de la selección natural en la evolución. La religión respondería a los interrogantes de la interrelación humana y de su relación con la naturaleza-

Según el investigador Gómez Pellón, antropólogo de la Universidad de Cantabria, aparecen tres temas comunes en la religiosidad, “solidaridad, templanza, humildad”; que la religión funcionó como controladora de la “ansiedad del no saber” y la clásica pregunta sobre la muerte, de lo que hay en el más allá..

Parece ser que la utilidad de la religión, cualesquiera sean sus causas, se manifiesta de tal forma que “parece natural”, por lo que un rubro que se investiga con cuidado es la “actitud religiosa” del ser humano, que se complica por la gran variedad de manifestaciones religiosas.

No podía faltar la contraparte, el estudio del porque surge el ateismo, que es más actual que el fenómeno religioso. A primera vista podría pensarse que el ateismo surge con el aporte de la ciencia, pero si bien la relación es harto conocida, igual se investiga ese punto.+ (PE)

08/06/25 - PreNot 7452

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lunes, 23 de junio de 2008

¿Por qué suben los precios?

Los precios están subiendo en todo el mundo. En los países más pobres el alza del precio de los alimentos está provocando una situación dramática: hambre y escasez, "un crimen contra la Humanidad", tal y como lo calificó con toda razón el relator de las Naciones Unidas para los asuntos de la Alimentación, Jean Ziegler. Los precios de materias primas estratégicas como el petróleo se disparan y provocan subidas sucesivas en todos los mercados y suben también los precios al consumidor en casi todos los países.

Se cierne de nuevo el fantasma de la inflación, pero justamente cuando eso ocurre no podemos olvidar dos cuestiones esenciales.

La primera es que la subida de precios, aunque siempre objeto del debate económico, es uno de los fenómenos económicos conscientemente peor y más equivocadamente analizados, pues las explicaciones teóricas de la inflación se utilizan para justificar políticas radicalmente anti sociales.

La segunda, que la inflación no solo tiene causas sino también y sobre todo propósitos porque, en la mayoría de las ocasiones, los grupos con poder pueden mejorar la posición en la distribución de la renta desencadenándola.

Es por estas dos razones que conviene ser inteligentes y no dejarse llevar por los análisis tan sesgados que pueblan los medios y los discursos políticos.

Respecto a los precios al consumo en países europeos como España hay que señalar en primer lugar que su alza no es del todo nueva. La realidad es que se está produciendo desde la entrada del euro, aunque se viene disimulando gracias a la tramposa configuración de los indicadores estadísticos, sucesivamente modificados para evitar que adquiera rango oficial la efectiva sensación de pérdida de poder adquisitivo que sienten los ciudadanos.

Y sobre la subida de los precios de los alimentos, e incluso del petróleo y otras materias primas, no hay que olvidar que justamente se está produciendo cuando los especuladores han tenido que dejar los mercados financieros como consecuencia de la crisis inicial de las hipotecas.

Pero ahora, como siempre, sea lo que sea que esté ocurriendo, cuando los precios suben en mayor o menor medida, las autoridades económicas de signo liberal no tienen en su boca nada más que una misma cantinela: hay que moderar los salarios (porque los precios suben -según dicen- como consecuencia de subidas previas en los salarios) y hay que subir los tipos de interés (porque también dicen que si suben los precios es que hay excesiva cantidad de dinero en circulación y para reducirla hay que subir su precio).

El Banco de España, por ejemplo, ya ha recomendado públicamente la congelación salarial a pesar de que España es el único de los 30 países miembros de la OCDE en el que el poder adquisitivo de los salarios está bajando desde 1995.

Y, por su parte, el Banco central Europeo se empeña en subir los tipos a pesar de las generalizadas voces que indican que eso, en lugar de favorecer a la economía e incluso a los precios, provocará una mayor crisis. Aunque, eso sí, también grandes beneficios para la banca y los propietarios de capital (sólo la subida que se produjo hace unos días como consecuencia de la "indiscreción" de su gobernador, ni siquiera como efecto de una medida formal, provocó un coste de 3.000 millones de euros a las familias hipotecadas, o lo que es lo mismo, un mayor ingreso de esa misma magnitud a los bancos, lo que deja bien claro para quién trabaja y al servicio de quién está el Señor Trichet).

En suma, siempre una misma doble respuesta ante la inflación que se traduce inexorablemente en una mejora de los beneficios y las plusvalías en el conjunto de las rentas y en la mayor explotación y pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Pero las verdaderas causas de las subidas de los precios hay que buscarlas en otros sitios. Veamos, por ejemplo, el caso de los precios y los salarios.

Es verdad que si los salarios subieran de modo continuado eso aumentaría los costes de las empresas. Pero, ¿necesariamente se produciría entonces inflación, es decir, trasladarían inevitablemente las empresas esos costes más altos a los precios de venta? Lógicamente, sólo podrían hacerlo... si pudieran.

No es un juego de palabras. Es que las empresas pueden subir los precios cuando suben los costes sólo si tienen poder de mercado, si se enfrentan a una demanda cautiva (o, como decimos los economistas, muy inelástica, es decir, que apenas disminuye cuando sube el precio). Si eso no ocurre, las empresas que ven subir sus costes salariales (u otros cualquiera) tienen que reaccionar de otro modo si no quieren salir del mercado: mejorando la calidad, las condiciones de venta, la productividad mejorando las técnicas de producción, etc.

¿Qué ocurre en España? Pues que ni siquiera teniendo salarios más bajos las empresas son capaces de hacer frente a las subidas de costes que soportan, y lo que buscan es procurar tener poder de mercado e imponer a los consumidores precios más altos que les proporcionen beneficios extraordinarios.

Los economistas del Banco de España que estudian la inflación, y sus responsables políticos, deberían ser más perspicaces antes de decir siempre lo mismo: que hay que bajar los salarios.

¿Por qué no mencionan en el hecho de que en España, donde se quejan por precios más altos, hay salarios más bajos y que crecen menos, pero beneficios empresariales siete veces más altos que en el entorno europeo? Una muestra indiscutible de que no son los salarios lo que sube los precios, aunque no parece que eso llame la atención la inteligentsia de Banco.

Lo que ocasiona la inflación, al contrario de lo que los poderosos y los economistas a su servicio nos quieren hacer creer, es el mayor poder de mercado de las empresas. Gracias a él influyen en el gobierno para que acepte tarifas más elevadas, para que no combata las estrategias anti competitivas y las que despilfarran millones de euros para fidelizar a los clientes y así disfrutar de una demanda más rígida. Y gracias a él pueden imponer a sus consumidores precios más altos.

Y esto no solo pasa en España con los precios al consumidor.

Los precios de los alimentos o los del petróleo están subiendo por la misma razón de fondo: porque las grandes corporaciones imponen su ley, porque los gobiernos las dejan hacer, porque hablan y hablan de mercados libres y de competencia cuando lo que existe de verdad son mercados sumamente imperfectos, oligopolios con más poder que los gobiernos y con influencia suficiente en los mercados como para imponer precios que constantemente les garantizan beneficios extraordinarios.

Siempre hablan de salarios para explicar las subidas de precios, pero nunca se refieren, por el contrario, a los enormes gastos financieros que imponen bancos que actúan en mercados corruptos, en donde no ha existido competencia prácticamente nunca. No hablan de los despilfarros en publicidad, en financiamiento a grupos de presión, en inversiones irracionales, en los costes que supone la especulación debido al riesgo que lleva consigo y que se trata de conjugar logrando beneficios muy altos en las operaciones exitosas. No se dice, por ejemplo, que si el coste de producción de un barril de petróleo de Arabia Saudí es de unos 6 dólares, la especulación añade un coste de entre 30 y 40 dólares.

Ni, por supuesto, tampoco hablan de los costes que imponen los grandes intermediarios.

Diversas organizaciones agrarias y de consumidores han calculado en España un Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que les ha permitido comprobar que los alimentos se encarecen de media un 436% (y en algunos casos hasta un 900%) desde el campo hasta la mesa.

No se habla, en suma, del PODER para maquinar sobre el mercado, que no es algo que precisamente esté al alcance de los trabajadores, ni de su desigual distribución.

Si quisieran que los precios no subieran como están subiendo donde habría que actuar es sobre ese poder antisocial, desigual y nefasto. Lo demás son excusas con un único propósito: hacer que los beneficios suban sin cesar.

Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa

Altereconomía - 22 06 08

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69192&titular=%BFpor-qu%E9-suben-los-precios?-

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Es increíble la irracionalidad del mundo

Es increíble la irracionalidad del mundo. Pero el hombre persiste. Sigue rigiendo la ley del dinero. Más dinero, más poder. Así de sencillo. Por ejemplo, que los alimentos del mundo estén en manos de un núcleo de personas surgidos en su mayoría de los dueños de la tierra. En un mundo con limitaciones –y las conocemos con respecto a las reacciones de la naturaleza y a eso que llaman la bolsa y la ruleta de las acciones o las altas y bajas de las divisas– las grandes líneas a seguir no las dictan los que defienden la vida a ultranza, ni siquiera los políticos elegidos en las urnas, sino los que tienen el verdadero poder. Lo vemos actualmente en Europa. Hoy el diario Frankfurter Rundschau –lo cito porque es un órgano que a veces, muy pocas veces, lástima– se atreve a decir basta. Hoy, viernes, le dedica toda su tapa, toda, a denunciar la inhumana política europea con respecto a los seres humanos del tercer y cuarto mundo que buscan refugio en Europa, los denominados “ilegales”, que llegan de todos los países pobres. En la tapa de ese diario está en grandes letras la palabra Europa atravesada con alambres de púa. Y luego, en letra pequeña, este párrafo: “Con toda dureza, los estados europeos proceden contra los que buscan refugio. Europa se comporta así como si sólo tuvieran derecho a una vida en dignidad los que nacieron en el continente correcto. Cómo ese apartheid hace ricos a los nuevos contrabandistas de personas, arroja cadáveres a las costas españolas y lleva a que los chechenos perseguidos no encuentren protección, informamos en la edición de hoy, el Día de los Refugiados”.

Sí, Europa ha decidido hacer ya en un tono leguleyo lo que lleva a cabo Estados Unidos en sus fronteras con los “latinos”. Es el sistema. Esa Europa que estableció después del “descubrimiento” la esclavitud y la explotación de sus colonias africanas y americanas no se hace responsable por ello. Pero eso sí, sigue aprovechando el comercio con las elites de esos países que dominan sus economías y producen la pobreza, y por tanto la violencia.

Cuando uno lee las noticias de la Argentina, comprueba que la Sociedad Rural acompañada por otras organizaciones, que en conjunto siguen siendo dueños y señores de la tierra (algunos más, otros mucho menos, pero están juntos), hacen un “paro” patronal. La tierra, que significa el pan, que no tendría que pertenecer a nadie sino a todos, es de ellos. Esa tierra que tendría que ser de todos, como la sombra de los árboles en verano, como los caminos, como los ríos, como el derecho a la enseñanza, como el derecho a la salud. Causa hasta vergüenza que ninguno de nuestros gobiernos haya ido a golpear a la puerta de la Sociedad Rural y les haya preguntado: ¿de dónde tienen ustedes la tierra, quién se las otorgó, cómo llegaron a ella? La pregunta que tendríamos que hacerles todos a los estancieros, los latifundistas. ¿Cómo es posible que ningún Congreso nacional en toda su historia haya tratado el tema de los títulos de la propiedad de las pampas increíblemente fértiles e interminables o haya nombrado una comisión que estudiara a fondo cómo llegaron esos señores a la posesión de tales extensiones? No, no se hizo nunca. Se aceptó a libro cerrado esa historia terriblemente injusta y cruel. De eso no se habla. Y todos concurrieron a inaugurar el monumento a Julio Argentino Roca, el que dictaminó la muerte al “salvaje o bárbaro”. Y cómo después va a comenzar el otro capítulo, el de la explotación de los verdaderos trabajadores de la tierra, los “peones en negro”, como es habitual. Peones y sirvientas no entran por la puerta del Derecho.

Es hora de llamarlos a rendir hoy cuentas de cómo sus antepasados obtuvieron esas tierras. Sin ninguna duda, la mayoría fue después de la campaña de Roca, con el exterminio de los habitantes originarios. Lo dice toda la documentación histórica. Fue la Sociedad Rural presidida por José Martínez de Hoz –apellido bien conocido por los argentinos– quien va a apoyar y promover la campaña de Roca, por ejemplo, ofreciéndoles las “mejores caballadas” de los estancieros. Después del genocidio se otorgaron más de 41 millones de hectáreas a 1843 estancieros, entre ellos a la familia Martínez de Hoz, que recibió nada menos que 2.500.000 hectáreas. Y luego en la lista de beneficiarios estaban los Anchorena, Leloir, Temperley, Atucha, Ramos Mejía, Miguens, Unzué, Llavallol, Señorans, Martín y Omar, Real de Azúa, Luro, etc. Todos apellidos de la “aristocracia” de la tierra. El general Roca se quedará con 65.000 hectáreas, para “empezar”, y se otorgarán otras 7.450.000 hectáreas a los militares autores del genocidio. Lo dice el propio Domingo Faustino Sarmiento, en el diario El Censor del 18.XII.1885, textual: “Es necesario llamar a cuenta al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos. El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del Crédito Publico órdenes directas, sin expedientes ni tramitaciones inútiles, para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas”. Por eso, durante la Década Infame, los conservadores levantaron el monumento a Roca en la Diagonal Sur de la Capital. Y ahí estaban todos, en primera fila los miembros de la Sociedad Rural. El mismo Roca aprobará la Concesión Grünbein, por la cual se otorgaron miles de hectáreas en la Patagonia principalmente a ingleses provenientes de las islas Malvinas. Que financiaron a los “cazadores de indios”. Una libra esterlina por par de orejas de tehuelches. La Sociedad Rural también apoyó firmemente la represión de los peones rurales patagónicos en la matanza de 1921 para no hablar de su influencia en la política de los centros provinciales.

¿Cómo es posible que jamás en la Argentina se haya intentado una reforma agraria? Seguimos aceptando un régimen que pertenece al medievo. Se tiene que dictar una ley poniendo una valla a la posesión, un máximo de hectáreas y dar preeminencia a las cooperativas de productores. Para ello, crear escuelas en cada ciudad del interior de más de cincuenta mil habitantes sobre administración del campo, ciencias agrícolas y ganaderas, para que los hijos de los trabajadores de la tierra puedan ya ser los técnicos futuros del campo.

Nada se arregla ahora con bajar o subir las retenciones, sino que la única solución es democratizar la posesión de la tierra. Y que sean esas mismas cooperativas las que se encarguen de la comercialización de sus productos.

Es lamentable que la Federación Agraria, aquella del Grito de Alcorta, no haya continuado su lucha de hace un siglo y que hoy busque como aliados a quienes están en la vereda de enfrente. Me viene a la memoria el movimiento del campo iniciado por integrantes de la Federación AgrariaLa Tierra, en febrero de 1975, en el gobierno de Isabel Perón. Las otras organizaciones patronales del campo –Sociedad Rural, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas– repudiaron las acciones de protesta. También Carbap, a través de su titular, Jorge Aguado, tuvo palabras muy duras contra el citado movimiento. Más tarde, en septiembre, del mismo año, sí, la Federación Agraria se plegó al movimiento de reivindicaciones de las Confederaciones Rurales Argentinas, a la que pertenece Carbap. Por lo que el periódico El Auténtico dirá: “La falta de una adecuada política económica tendiente a garantizar el precio de las cosechas, que hace que los pequeños y medianos productores queden a merced de los grandes monopolios exportadores, explica la decisión de la Federación Agraria de plegarse a una huelga hegemonizada totalmente por la más rancia oligarquía”. Hace treinta y tres años. y apoyado por su diario

El diario La Prensa, por supuesto, apoyó el movimiento de la oligarquía del campo señalando que “De hecho, los gobiernos han mantenido una incoherencia sistemática respecto de la agricultura... que puede expresarse como desprecio por la merecida consideración de esa actividad productiva en el conjunto de los intereses nacionales”. Intereses nacionales.

La verdadera solución llegará cuando se lleve la verdadera democracia a la tierra. Ni terratenientes ni siervos. Que la alimentación de las ciudades no dependa de un triunvirato todopoderoso de los dueños de la tierra. Ojalá que la Iglesia Católica tome como modelo al obispo Angelelli, aquel que dijo en el púlpito, en ocasión de la muerte de un leñador y después de ver con sus propios ojos cómo sus compañeros llevaban el cuerpo sin vida sobre los hombros y lo enterraron así porque no les alcanzaba el dinero para comprar un ataúd: “En qué país vivimos que ni siquiera los leñadores pueden lograr la madera que abrace y contenga a sus seres queridos a la hora de la muerte”.

Al día siguiente, Angelelli yacía sin vida tirado en el suelo de una tierra por la que tanto luchó. Realidades constante

Osvaldo Bayer

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viernes, 20 de junio de 2008

Lo que espera de los cristianos un “no creyente”

Pepcastelló

Leyendo el artículo de Manolo González, “La última cena, ¿una Eucaristía laica?”, que me llegó por el boletín PANAMAPROFUNDO, me ha venido a la memoria otro que leí hace poco, escrito por Ray McGovern con motivo del viaje de Benedicto XVI a Washington, en el cual el autor recuerda unas palabras de Albert Camus en su visita al monasterio dominicano de Latour-Maubourg en 1948. La evocación me ha venido posiblemente por contraste, pues en tanto que McGovern señala que los dominicanos querían saber lo que un no creyente pensaba sobre los cristianos a la luz de su conducta durante los años treinta y cuarenta, una plausible actitud que en mi opinión debiera tomar como ejemplo el mundo católico actual en el sentido de tratar de verse con los ojos del otro, en el artículo de González observo un muy loable afán de darle un significado humano a la Eucaristía pero sin salirse de madre en ningún momento.

El discurso de Manolo González, con todo y verlo lleno de excelente intención y buenos deseos, me ha recordado aquel canto que en las celebraciones eucarísticas en lengua catalana entonan a veces los fieles antes de darse la paz: Ai, quin gran goig, quina joia, quan els germans s’estimen! (¡Ay, que gozo, que alegría, cuando los hermanos se aman!). Y me ha hecho pensar que tal vez desde una óptica eclesial sea muy conveniente pedir que haya paz entre los fieles católicos, pero visto desde fuera, como yo lo veo, mejor sería que esa multitud de fieles que compone la Iglesia Católica tuviesen un poco menos de beatífica fidelidad corporativa y un poco más de humano sentido de rebeldía; de esa rebeldía que Camus expresa con estas palabras:

Lo que el mundo espera de los cristianos es que los cristianos deberían pronunciarse, fuerte y claro, y que deberían expresar su condena de tal manera que nunca pudiera aparecer una duda, ni la más ligera duda, en el corazón del hombre más simple.

Lo que sé y a veces crea en mí un profundo anhelo es que si los cristianos se decidieran a hacerlo, millones de voces, millones digo, en todo el mundo se sumarían al llamado de un puñado de individuos aislados, quienes, sin ningún tipo de afiliación, interceden actualmente casi por doquier e incesantemente por niños y otra gente.

No sé si esto sería ahora tal cual él dice, pues los tiempos han cambiado mucho de entonces acá y la pasividad de las gentes es hoy escandalosa, pero veo que coincide bastante con lo que más recientemente escribió Pagola y publicó “ecleSALia” en noviembre del 2006: «La Iglesia atraerá a la gente cuando vean que nuestro rostro se parece al de Jesús, y que nuestra vida recuerda la suya».

Desde donde yo me encuentro, un lugar al cual los complicados malabarismos mentales de la teología no alcanzan pero sí la sabiduría popular que expresa el viejo refrán «quien calla, otorga», la pasividad de la feligresía católica frente a la conducta de sus jerarcas no puede ser vista sino como complicidad. Una complicidad culpable por omisión, según señalaba entre otros Martin Luter King cuando decía: «La historia tendrá que registrar que la mayor tragedia de esta época de transición social no es el estridente clamor de los malos, sino el asombroso silencio de los buenos». De los buenos católicos, se me ocurre añadir.


Pepcastelló

Para quienes se interesen por los citados artículos de Manolo González, Ray McGovern y José Antonio Pagola ofrecemos los siguientes enlaces:

http://eclesalia.blogia.com/2006/112201-de-la-verdad.php

http://bibliotecadelgrillo.blogspot.com/2008/06/la-ltima-cena-una-eucarista-laica.html

http://bibliotecadelgrillo.blogspot.com/2008/06/y-la-guerra-papa-benedicto-cundo-va.html


Comentarios y FORO…

La última Cena: ¿una Eucaristía laica?

Todas las religiones se fundamentan en lo sagrado. Todas tienen lugares sagrados, tiempos sagrados, ritos sagrados, cosas sagradas – imágenes, reliquias - personas sagradas - sacerdotes, hechiceros, brujos- que hacen intermediarios entre Dios y el resto de los seres humanos.

Con lo sagrado se intenta aplacar a Dios y tenerlo propicio. Dios aparece como un ser lejano, trascendente, responsable de lo que nos sucede, airado por los pecados que contra él cometemos e imprevisible, temiendo siempre lo peor.

Lo que aplaca a Dios son las oraciones, rogativas, actos de culto y sobre todo los sacrificios. Los sacrificios en el A. T. los realizaban los sacerdotes en el Templo, matando animales y ofreciendo a Dios su sangre. El sacrificio más importante en la Iglesia es la santa misa. Un sacrificio realizado por ministros ordenados, en templos consagrados y rodeado de una liturgia llena de signos y ritos sagrados. Un sacrificio de valor infinito porque lo que en ella se ofrece es Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

Con Jesús se da por terminada esta etapa histórica. Jesús fue un laico. Vivió rodeado siempre de hombres y mujeres laicas. En su grupo no hubo sacerdotes. Todo lo contrario su actividad estuvo marcada de continuo por un serio conflicto con la clase sacerdotal y su tinglado religioso.

Se presentó en contacto con la divinidad, pero no a través de lugares, personas y ritos sagrados. El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, no es el Dios de Jesús. La Torá , el Templo, los sacerdotes, los sacrificios y ritos sagrados no tienen lugar en el Reino que él anunciaba. Su vida y su mensaje se desarrollan en el ámbito de lo profano. Nos religamos con Dios no mirando hacia arriba, sino mirando hacia el lado, hacia el prójimo que nos necesita. No hay otro camino.

LA CENA PASCUAL FUE UNA COMIDA PROFRANA EN LA QUE SE REALIZÓ UNA NUEVA ALIANZA ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES…

Su última cena reviste para todos nosotros una gran importancia. De hecho es haciendo el memorial, el recuerdo y la repetición de aquella comida, como le recordamos cuando nos reunimos para celebrar la eucaristía.

En la última cena Jesús se reunió con los suyos para celebrar la pascua judía, la fiesta de la liberación de Egipto, el acontecimiento más importante del pueblo judío. En ella se recordaba la Alianza que Dios hizo con su pueblo.

En el Éxodo se nos describe esta Alianza: se hizo un altar de piedra, que representaba a Dios, y Moisés cogió el Libro de la Ley y lo ofreció al pueblo diciendo: “esta es la Ley de nuestro Dios, la que tenéis que obedecer”. Y el pueblo aceptó, afirmó que quería obedecer esa Ley. Después mataron un cordero, echaron la sangre en un caldero, y la rociaron con un hisopo sobre el altar y sobre el pueblo, creando así la alianza, un parentesco entre Dios y su pueblo.

Esta Alianza de Dios con su pueblo la renovaban los judíos cada año en la cena pascual. En ella se leían unas lecturas recordando la liberación de Egipto con las plagas, el derramamiento de sangre, la muerte de los primogénitos… Y después con ritos y oraciones se comía el cordero con las yerbas amargas y se bebían las copas. Era una cena sagrada.

Marcos nos cuenta como Jesús en la última cena sustituyó de forma radical y definitiva esta Alianza por la Nueva Alianza por él inaugurada. . Jesús, no leyó las lecturas y salmos de costumbre, sino que hizo una acción de gracias al Padre. Después no cogió el libro de la ley, ni el cordero inmolado, sino un trozo del pan que estaban comiendo y dijo: tomad y comed esto es mi cuerpo. Después cogió la copa del vino que estaban bebiendo y dijo: tomad y bebed, esta es mi sangre, la Nueva Alianza. Cuando, al celebrar la eucaristía, hacemos el memorial, el recuerdo y la repetición de esta cena, estamos, como Jesús hizo, dando por finiquitada la Antigua Alianza con su templo, sus sacrificios sangrientos, sus sacerdotes, sus ritos sagrados. Y realizamos la Nueva y Definitiva Alianza. Un cambio radical en la forma de entender a religarnos con Dios.

SIGNIFICADO DEL CUERPO Y LA SANGRE EN LA MENTALIDAD SEMÍTICA.

El cuerpo. En la mentalidad semítica distinguían en el hombre como una unidad, no constituido por partes, sino aspectos desde los que se le podía mirar.

? La spique o alma, en cuanto el hombre es un ser inteligente y libre. ? El cuerpo - .soma-, en cuanto ese mismo hombre es identificable, activo y comunicativo, su trayectoria histórica. Es el sentido que toman los sinópticos. ? Y la carne, en cuanto ese mismo hombre es débil, transitorio y mortal, sujeto al miedo y al dolor. Es así como lo entiende Juan cuando dice: el que come mi carne… ”

La sangre. La sangre significaba la misma persona en cuanto se entregaba de forma violenta.

Tomad y comed esto es mi cuerpo, es decir, mi trayectoria histórica, todo lo que yo he hecho en este tiempo que he estado con vosotros. Tomad y bebed, esta es mi sangre, es decir, mi entrega hasta el final, hasta la muerte violenta como un testaí, como un subversivo, clavado en una cruz.

El mensaje de Jesús era claro. Comer su cuerpo es renovar nuestro compromiso personal con Jesús. “Esforzaros por ser como yo he sido, vivid como yo he vivido, tened los pensamientos que yo he tenido”. Beber el vino significa “vivid como yo he vivido y ello hasta el final, nunca digáis hasta aquí, nunca os echéis atrás”. Cuerpo= compromiso. Sangre=sin condiciones.

La primera eucaristía la realizó Jesús –un laico- en un lugar profano - una casa grande- de una forma laica - sin sacerdotes, sin altar, sin ritos sagrados- . La eucaristía, tal como Jesús la entendió en aquella cena pascual, no es un acto religioso. Es un acto profano, laico, con el que tratamos de crear un compromiso vital con Jesús, es una opción fundamental en la que afirmamos: quiero tener a Jesús como referente de mi vida, quiero vivir como él vivió y ello sin condicionamientos, hasta el final.

Juan, además, al describir la cena, nos explica de una forma gráfica como debe ser la actitud fundamental del que quiere vivir como vivió Jesús. El lavar los pies es una forma grafica de manifestar la actitud ser servicio que debe reinar entre los que se reúnen. Y la tentación que de forma incondicional debe vencer: el poder, cualquier clase de poder, de un modo especial el poder religioso que es le que crea un mayor dominio sobre los demás

LA SEGUNDA Y DEFINITIVA ALIANZA SE REALIZO EN UNA COMIDA

La cena se hizo también en mitad de una comida. Una comida más, de las muchas que Jesús tuvo con los suyos. Algo profano también. El comer junto se consideraba en su cultura algo llamado a crear fraternidad. Y fue con este signo, la mesa compartida, como él quiso que le siguiéramos recordando

Se puede comer como acto animal, porque tengo hambre. Cuando tomo un helado, lo hago porque me gusta, el comer pasa a un registro humano. Y al comer en común, la comida, tal como la entendió Jesús, se hace vehículo de igualdad entre los comensales, de amistad y hermandad entre los que participan de ella, y crea la necesidad de compartir lo que tenemos, lo que sentimos, lo que somos

Jesús no inventó un nuevo rito religioso. Cogió el signo - profano - que ya existía y le dio un significado nuevo, más profundo. Al comer el pan y beber el vino nos comprometemos vivir con las opciones fundamentales que él tuvo en su vida y además potenciamos aun entre los reunidos lazos de igualdad y fraternidad, dado que lo que de verdad estamos realizando es un compromiso personal con el, una opción por que nuestra vida sea un vivir con y para los demás. Una eucaristía que no potencia entre los asistentes lazos de unión, fraternidad, amistad, no es la cena del Señor.

Manolo González

http://www.panamaprofundo.org/boletin/compromiso-fe/la-ultima-cena.htm

Y la guerra, Papa Benedicto? ¿Cuándo va a enfrentar la cara ensangrentada de la historia?

El Papa Benedicto XVI llegó la semana pasada a Washington sobre un telón de fondo macabro que incluye informes de tortura, ejecución, y guerra. Prefirió no darse cuenta.

Tortura: Nuevos informes de ABC de fuentes informadas describieron a los asesores más importantes de George W. Bush (Cheney, Powell, Rumsfeld, Ashcroft, Rice, y Tenet) reuniéndose docenas de veces en la Casa Blanca durante 2002/03 para decidir la combinación más eficiente de técnicas de tortura para terroristas capturados.

Inicialmente, cuando ABC intentó aislar al presidente de esta sórdida actividad, Bush alardeó abruptamente que lo sabía todo al respecto y la aprobaba. Ese comentario y el memorando de acción que Bush firmó el 7 de febrero de 2002 disiparon cualquier duda restante sobre su responsabilidad personal por la autorización de la tortura.

Ejecución: Mientras tanto la Corte Suprema con una mayoría de jueces que se llaman católicos, deliberaba abiertamente sobre si un gramo, o dos, o tal vez tres de este o aquel producto químico será el modo preferido para ejecutar a seres humanos. El siempre pintoresco laico católico Antonin Scalia se quejó, impaciente: ¿Dónde dice en la Constitución que las ejecuciones tengan que ser indoloras?

Scalia no parecía preocupado en absoluto por la posibilidad de que el Papa pudiera recordarle a él y a sus colegas católicos la enseñanza de la Iglesia sobre la pena capital, es decir, que los casos en los que la ejecución es una necesidad absoluta son muy raros, si no prácticamente inexistentes.

Eso bastó para que este estudiante de historia alemana (y residente allí durante cinco años) recordara vívidamente su visita a sitios donde se realizaban precisamente esos tipos de tortura y políticas de ejecución a altos niveles similares del círculo íntimo de Hitler sí, incluyendo a jueces.

Guerra: ¿Puede el Papa posiblemente estar tan sumido en su marca peculiar de teología que haya olvidado lo que sucedió cuando era joven, durante el Tercer Reich?

¿Es posible que asesores papales hayan olvidado decirle que, después de la Segunda Guerra Mundial, el Tribunal de Nuremberg describió una guerra de agresión no provocada, del tipo que lanzaron el Tercer Reich y George W. Bush, como el supremo crimen internacional, diferente de otros crímenes de guerra sólo en que contiene el mal acumulado del conjunto? ¿Pueden haber dejado de contar al Papa que se codearía con criminales de guerra, torturadores, y los cobardes del Congreso que les confieren poderes y se niegan a sacarlos de sus puestos?

Para este católico fue un espectáculo profundamente triste profundamente triste. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial cuando los obispos del Reich hicieron juramentos personales de lealtad a Hitler (como lo hizo la Corte Suprema alemana y los generales del ejército) han actuado el papado y los obispos de una manera tan zalamera, poco cristiana. Durante los años treinta, con muy pocas excepciones, los obispos (católicos y luteranos evangélicos) colaboraron con los nazis. Mientras tanto Pío XII, como Hamlet, trató permanentemente de decidir si debiera exponer a la Iglesia Católica a un cierto riesgo, mientras los judíos eran asesinados a mansalva.

Albert Camus

En 1948, a la sombra de esa monstruosa guerra mundial, el autor/filósofo francés Albert Camus aceptó una invitación del monasterio dominicano de Latour-Maubourg. Hay que decir a su favor que los dominicanos querían saber lo que un no creyente pensaba sobre los cristianos a la luz de su conducta durante los años treinta y cuarenta. Las palabras de Camus parecen tan terriblemente relevantes hoy en día, que es difícil recortarlas:

Durante mucho tiempo en esos años espantosos años esperé que se alzara una gran voz en Roma. Yo ¿un no creyente? Precisamente. Porque sabía que el espíritu se perdería si no articulaba un grito de condena.

Desde entonces me han explicado, que la condena fue ciertamente expresada. Pero lo fue en el estilo de las encíclicas, que no es tan claro. La condena fue expresada y no fue comprendida. ¿Quién podía dejar de sentir dónde se halla la verdadera condena en este caso?

Lo que el mundo espera de los cristianos es que los cristianos deberían pronunciarse, fuerte y claro, y que deberían expresar su condena de tal manera que nunca pudiera aparecer una duda, ni la más ligera duda, en el corazón del hombre más simple. Que deberían apartarse de la abstracción y enfrentar la cara ensangrentada que la historia ha asumido hoy en día. [Énfasis agregado]

Puede ser... que la Cristiandad insista en mantener un compromiso, o en dar a su condena la forma oscura de la encíclica. Posiblemente insistirá en perder de una vez por todas la virtud de revuelta e indignación que otrora le perteneció.

Lo que sé y a veces crea en mí un profundo anhelo es que si los cristianos se decidieran a hacerlo, millones de voces millones, digo en todo el mundo se sumarían al llamado de un puñado de individuos aislados, quienes, sin ningún tipo de afiliación, interceden actualmente casi por doquier e incesantemente por niños y otra gente. [Énfasis agregado]

(Extractado de Resistencia, Rebelión y Muerte: Ensayos)

¡Hace sesenta años!

Tal vez los monjes dominicanos tomaron en serio a Camus; los monjes tienden a escuchar. Los funcionarios del Vaticano, por otra parte, tienden a saberlo todo y habitualmente advierten al Papa que sea discreto. Eso se vio la semana pasada con el Papa en Washington y Nueva York, cómo perdió la oportunidad de seguir el mandato bíblico de decir la verdad al poder de pronunciarse claramente, como insistió Camus, con toda la autoridad moral que pueda invocar.

Católicos por todas partes

Pensemos en la semana pasada y en los numerosos católicos destacados que se agruparon para ver al Papa muchos de ellos directivos con considerable influencia en el poder judicial y legislativo, y también importantes protagonistas en el poder ejecutivo.

Ahí estaban, con sus familias, los cinco jueces católicos de la Corte Suprema, recién salidos de detalladas deliberaciones sobre cómo implementar de la mejor manera los asesinatos patrocinados por el Estado, ejecuciones que están prohibidas en virtualmente todo país civilizado.

El juez Scalia baboseó audiblemente sobre cuánto producto químico letal debía ser inyectado a las venas de un condenado, y con qué rapidez. (Para los que tengan estómagos resistentes, C-SPAN grabó los procedimientos. )

Me siento avergonzado de reconocer que, como yo, Scalia es el producto de una educación jesuita (Xavier High School en Manhattan y Georgetown College). A pesar de su propugnación de técnicas blandas de tortura como ser la introducción de clavos bajo las uñas, Scalia todavía es venerado por igual por muchos jesuitas y obispos.

En la Cámara de Representantes

La presidenta Nancy Pelosi, que fue decana de la Arquidiócesis de Baltimore y ahora de San Francisco y el líder de la minoría John Boehner (Republicano de Ohio) también católico parecen estar a punto de asignar otros 100.000 millones de dólares para la muerte y la destrucción en Iraq y Afganistán por los motivos políticos más reprensibles y crasos la próxima elección. El congresista Jim McGovern (Demócrata de Massachussets) trató la semana pasada de rizar el rizo, señalando que Pelosi ahora insiste, en boca de McGovern, en que: Somos una parte igual del gobierno, ya no somos una cita barata. Es un hecho.

Por desgracia, parece que los funcionarios clave de Pelosi en Apropiaciones de la Cámara (ambos católicos) van a ceder una vez más. No es que no conozcan la forma correcta de proceder. Hace sólo seis meses el presidente de Apropiaciones Dave Obey (Demócrata de Wisconsin) declaró: No me propongo devolver con su informe en algún momento durante esta sesión del Congreso ninguna solicitud [de financiamiento] si sólo sirve para continuar el status quo.

El presidente del subcomité John Murtha (Demócrata de Pensilvania) lo dijo con aún más fuerza un año antes que Obey, y llegó cerca de decir que la ocupación de Iraq es una causa perdida y lo es, por cierto. Pero no es político decir eso antes de la elección. No importan los soldados en la línea del frente.

Obey y Murtha cedieron la última vez. Consideraré particularmente devastador si Obey vuelve a ceder ahora, porque siempre le he considerado uno de los mejores legisladores del Congreso. Y ya que es de Wisconsin, Obey reconoce mejor que la mayoría de los otros la demagogia maccartista de gente como el republicano de Texas, Michael Burgess, en el sentido de que cualquier cosa que dé al presidente todo el financiamiento de la guerra que exige es básicamente dar ayuda y alivio al enemigo. Pelosi también ha sido excepcionalmente franca al admitir que es política electoral, pura y simple, lo que explica su resistencia a responsabilizar al presidente George W. Bush y al vicepresidente Dick Cheney por crímenes y faltas graves mediante el procedimiento regulado que nos fue legado por los Padres Fundadores [de la nación] precisamente con ese propósito la recusación en la Cámara de Representantes; el juicio en el Senado.

Si, como se espera en general, aprueban el financiamiento para la guerra, es probable que mueran varios cientos de soldados estadounidenses más para no hablar de cuántos iraquíes antes de que se pueda inyectar un poco de sentido común en la política de EE.UU. el año próximo.

Iraq está en la ruina. Dos millones de iraquíes han huido al extranjero; otros dos millones son refugiados en el interior. ¿Soy el único que considera macabro el furioso debate sobre si el ataque y ocupación de Iraq han resultado en un millón o sólo 300.000 iraquíes muertos?

Al parecer, el Papa no tuvo ninguna opinión sobre la guerra de Iraq. ¿Y sobre la Tortura?

Seguramente el Papa se pronunciaría contra el tipo de tortura por la que se ha hecho famoso nuestro país: Abu Ghraib, Guantánamo, los sitios ocultos de la CIA tanto más ya que Jesús de Nazaret fue torturado hasta la muerte. El Papa prefirió el silencio, lo que presumiblemente fue un alivio agradable para el aprendiz de torturador de cinco estrellas, el general Michael Hayden, actualmente jefe de la CIA. La Casa Blanca ha dejado en claro que Hayden está listo para instruir a sus torturadores que vuelvan a utilizar el submarino, con la aprobación del César.

Hayden demostró su brío cuando fue jefe de la Agencia Nacional de Seguridad [NSA]. Saludó con elegancia cuando el presidente y el vicepresidente le dijeron que hiciera caso omiso de la Ley de Inteligencia en el Exterior y Vigilancia y de su juramento de defender la Constitución Uno de los predecesores de Hayden como director de la NSA afirmó que Hayden debiera haber sido sometido a un consejo de guerra. Pelosi fue informada tanto sobre la vigilancia ilegal como sobre la tortura, pero no hizo nada.

Después de demostrar su fidelidad al presidente, Hayden fue escogido para dirigir la CIA. Al general le gusta alardear sobre su formación moral y sus credenciales católicas. En la audiencia para su nombramiento, señaló que gozó de 18 años de educación católica.

Y todo el tiempo quedó bien en claro que estaba positivamente ansioso de estar a cargo del submarino y de otras técnicas de tortura ¡lo que usted diga, jefe! Me sentí algo alicaído después de sumar mis propios años de educación católica sólo 17. Evidentemente me perdí las Técnicas reforzadas de interrogatorio 301.

Siga así, general; Concentrémonos en los pecados de otros.

El sábado, en la ONU, el pontífice pontificó sobre los derechos humanos dados por Dios y masivos abusos contra los derechos humanos, pero en general eso fue todo. El Washington Post informó que al Papa le faltaron datos específicos y se explayó sobre temas generales. Pero hubo algo específico. Aquí en EE.UU., el Papa prefirió volver a ocuparse una y otra vez del escándalo de la pedofilia excluyendo casi todo lo demás. Hay que aplaudirlo por haberse reunido con víctimas de abusos sexuales del clero y por expresar su profunda vergüenza, pero los medios le dieron toda la libertad del mundo para ocultar su propio papel en el intento de encubrir todo el asunto.

Mientras todavía era el Cardenal Joseph Ratzinger, encabezó la Congregación para la Doctrinala Fe la oficina del Vaticano que dirigió la Inquisición. En esa capacidad, envió una carta en mayo de 2001 a todos los obispos católicos extendiendo una cortina de secreto sobre los extensos abusos sexuales por clérigos, advirtiendo a los obispos de severos castigos, incluyendo la excomunión, por revelar secretos pontificales. de

Abogados que representaban a los abusados sexualmente acusaron a Ratzinger de clara obstrucción de la justicia.

Muy pocos obispos estadounidenses han sido castigados. Y cuando el cardenal Bernard Francis Law fue sacado de Boston por no proteger a niños contra sus sacerdotes depredadores, le dieron una cómoda sinecura en Roma; muchos creen que debería estar entre rejas.

En una entrevista con el Servicio Católico de Noticias en 2002, Ratzinger estigmatizó a la cobertura en los medios del escándalo de la pedofilia como una campaña planificada... intencional, manipulada, un deseo de desacreditar a la Iglesia.

Es bueno que el Papa haya cambiado ahora de opinión. Y mejor todavía en su caso ya que se encontró con la atmósfera congenial de Washington, donde desde hace mucho tiempo no se ha responsabilizado a bellacos poderosos.

¿Y qué otra cosa esperabas?

Ojalá mis amigos dejaran de preguntármelo.

Aunque fue bueno que el Papa encarara directamente el tema de la pedofilia, pareció como si él y sus asesores políticamente astutos hubiesen tomado una decisión considerada de dedicarle un tiempo y una energía desmesurados. Y un beneficio colateral demasiado familiar de ese enfoque en temas sexuales fue que posibilitó que el Papa hablara con una gloriosa generalidad sobre otros temas importantes la guerra, la tortura, la pena de muerte en todos los cuales, como hemos visto, están involucrados muchos de los fieles involucrados de manera embarazosa. ¿O soy el único que se siente embarazado?

Yo había esperado de modo ingenuo, según resultó que el Papa podría alentar a sus hermanos obispos a encontrar el coraje de decir de llano lo que 109 obispos de la fe metodista, la tradición de George W. Bush, declararon el 8 de noviembre de 2005:

Nos arrepentimos de nuestra complicidad en lo que consideramos la injusta e inmoral invasión y ocupación de Iraq. Ante la precipitación del gobierno de EE.UU. hacia una acción militar basada en información engañosa, demasiados de nosotros mantuvimos el silencio.

Confesamos nuestra preocupación por el realce institucional y las agendas limitadas mientras hombres y mujeres estadounidenses son enviados a Iraq a matar y ser muertos, mientras miles de iraquíes sufren y mueren innecesariamente.

Había pensado que tal vez los obispos católicos de EE.UU. adoptarían el tipo de resolución que 125 obispos metodistas firmaron el 9 de noviembre de 2007. Diciendo la verdad al poder, los metodistas pidieron una retirada inmediata de las tropas de Iraq y el cambio de cualesquiera planes para establecer bases militares permanentes en ese país.

La resolución de los obispos metodistas señaló: Cada día que continúa la guerra, más soldados y civiles inocentes son muertos sin que se vea un fin de la violencia, el derramamiento de sangre, y la carnicería. El obispo Jack Meadors resumió sucintamente la situación:

La guerra de Iraq no es un problema político o un problema militar. Es un problema moral. [Énfasis agregado]

Museo del Holocausto en Jerusalén

Al visitar el verano pasado Yad VaShem, el museo del Holocausto en Jerusalén Oeste, experimenté recuerdos dolorosos de lo que sucede cuando la iglesia permite ser capturada por el Imperio. Una iglesia aquiescente, es obvio, pierde todo residuo de autoridad moral que pueda haber tenido.

A la entrada del museo, una cita del ensayista alemán Kurt Tucholsky establece un tono universalmente aplicable:

Un país no es sólo lo que hace es también lo que tolera.

Palabras aún más convincentes provinieron de Imre Bathory, un húngaro que puso su propia vida en grave peligro al ayudar a salvar a judíos de los campos de concentración. Explicando el motivo, Bathory dijo lo siguiente:

Sé que cuando esté ante Dios el Día del Juicio Final, no me harán la pregunta posada a Caín: ¿Dónde estabas cuando la sangre de tu hermano clamaba a Dios?

Bush, la Biblia y la Religión

Según el ex presidente George H. W. Bush, George W. Bush ha leído toda la Biblia dos veces. Tal vez se saltó ese pasaje demasiado rápido; o tal vez es altamente selectivo en cuanto a quienes considera como hermanos.

Sin embargo, eso no excusa a Benedicto; él lo sabe mejor. Y sin embargo, optó por desperdiciar su gloriosa oportunidad de pronunciarse y marcar la diferencia. El obispo metodista Meadors tiene razón; la guerra es un problema moral. Pero el presidente Bush se ha negado una y otra vez a reunirse con sus obispos metodistas. Y ahora tiene el imprimátur del Papa.

Lo esencial es provocador: hasta el punto de que hay que introducir a las discusiones sobre la guerra, las ejecuciones, la tortura consideraciones sobre lo que está bien y lo que está mal, lo que es moral o inmoral bueno, encarémoslo. Sólo estamos nosotros.

¿Estamos a la altura de nuestra responsabilidad? ¿Vamos a pasar la pelota, como Benedicto? ¿Nos comportaremos como alemanes obedientes, esperando, como a Godot, una conducción moral desde arriba, la que, sabemos en nuestros corazones, nunca llegará?

San Agustín escribió:

"La esperanza tiene dos hijas maravillosas: la ira y el valor. La ira por como son las cosas y el valor para cambiarlas."

Los Padres Fundadores nos dieron obsequios increíblemente preciosos que no nos atrevemos a despilfarrar. Siento mucha cólera; confío en que podamos reunir el coraje necesario. ¿Y tú?

Ray McGovern(1)

(1) Ray McGovern trabaja con Tell the Word, el brazo editor de la ecuménica Iglesia del Salvador en el centro de Washington DC. Forma parte del Grupo Director de Profesionales Veteranos de Inteligencia por la Sanidad (VIPS). Colaboró en Imperial Crusades: Iraq, Afghanistan and Yugoslavia, editado por Alexander Cockburn y Jeffrey St. Clair (Verso).

Este artículo apareció primero en Consortiumnews. com.

http://www.counterp unch.org/ mcgovern04222008 .html

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