martes, 31 de marzo de 2009

La filosofía puede ayudarnos

Leonardo Boff

Paul Krugman, premio Nóbel de economía 2008 y uno de los más agudos críticos de la evolución de la economía mundial, escribió recientemente en un editorial del New York Times que los próximos tres a cuatro meses serán posiblemente los más importantes de toda la historia de Estados Unidos. Yo añadiría que tal vez los más importantes para el futuro de toda la humanidad. Es el momento de definir el curso de las cosas. De repente, la humanidad se ve ante la pregunta que tuvo una enorme resonancia en el Foro Social Mundial de Belém: «¿cómo construir una sociedad en la cual todos podamos vivir juntos, naturaleza incluida, en este pequeño y ya viejo planeta?».

La cuestión es demasiado grave para dejarla únicamente en manos de los economistas. En lo que afecta a todos, todos tienen derecho a manifestarse y ayudar a decidir.

En los medios intelectuales crece la convicción de que el paradigma de la modernidad occidental, hoy globalizado, ha entrado en crisis por agotamiento propio y por efecto de la implosión. Es semejante a un árbol que ha llegado a su clímax y entonces cae fatalmente por haber agotado su energía vital. Así, digamos su nombre, el capitalismo ha alcanzado su fin en un doble sentido: fin como realización de sus virtualidades y fin como término final y muerte.

Lógicamente si seguimos las discusiones internas de los grupos organizados por la ONU -con nombres notables como Stiglizt, premio Nóbel de economía, y otros- para pensar alternativas a la crisis, nos damos cuenta de la perplejidad general. La tendencia es a reanimar a un moribundo con el neo-keynesianismo, forma suave del neoliberalismo, con una presencia más orgánica del Estado en la economía. Otros intentan la vía del ecosocialismo muy presente en el FSM de Belém. Es una opción prometedora, pero todavía no ha dado, a mi modo de ver, el giro completo que implica una nueva concepción de la Tierra como Gaia y la superación del antropocentrismo, confiriendo también ciudadanía a la naturaleza. Quieren, con razón, un desarrollo ecológicamente respetuoso de la naturaleza, pero todavía en el marco del desarrollo. Ahora bien, ya conocemos la lógica voraz del desarrollo. O mejor, necesitamos más una retirada sostenible que un desarrollo sostenible. Sería el comienzo de la realización del ecosocialismo.

Es decir, con los recursos técnicos, financieros y con la infraestructura material creada por la globalización, tendríamos posibilidades de socializar un modo de vida sostenible para todos. La Tierra, puesta en descanso sabático, podría autorregenerarse y sostenernos a todos. Viviríamos más, con menos. Pero, como somos culturalmente bárbaros y éticamente sin piedad, no estamos tomando esta decisión política. Preferimos tolerar que mueran millones antes que cambiar de rumbo. Y así, gayamente, continuamos consumiendo sin conciencia de que bien pronto, por delante, nos espera un abismo.

Podemos y merecemos un destino mejor. Éste no sólo es posible, sino necesario. Y es aquí donde los filósofos pueden ayudarnos. Hace decenas de años muchos de ellos vienen afirmando que la excesiva utilización de la razón en función del lucro y de la mercantilización de todo, a costa del saqueo de la Tierra, nos ha llevado a la crisis actual. Para recuperar la salud de la razón necesitamos enriquecerla con la razón sensible, estética y cordial, en la cual se fundamenta la ética, y con una visión solidaria de la vida. Es lo que más se adecúa a la nueva fase del encuentro de culturas y de unificación de la historia humana. O proseguiremos por un camino trágico y sin retorno.


Leonardo Boff
http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=316

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lunes, 30 de marzo de 2009

El desafío de América Latina

Noam Chomsky

Hace más de un milenio, mucho antes de la conquista europea, una civilización perdida floreció en un área que conocemos ahora como Bolivia.

Los arqueólogos están descubriendo que Bolivia tenía una sociedad muy sofisticada y compleja, o, para usar sus palabras, uno de los medios ambientes artificiales más grandes, extraños y ecológicamente más ricos del planeta… sus poblaciones y ciudades eran grandes y formales, y eso creó un panorama que era una de las obras de arte más grandes de la humanidad.

Ahora Bolivia, junto con buena parte de la región, desde Venezuela hasta Argentina, ha resurgido. La conquista y su eco de dominio imperial en Estados Unidos están cediendo el paso a la independencia y a la interdependencia que marcan una nueva dinámica en las relaciones entre el norte y el sur. Y todo eso tiene como telón de fondo la crisis económica en Estados Unidos y en el mundo.

Durante la pasada década, América Latina se ha convertido en la región más progresista del mundo. Las iniciativas a través del subcontinente han tenido un impacto significativo en países y en la lenta emergencia de instituciones regionales.

Entre ellas figuran el Banco del Sur, respaldado en 2007 por el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz, en Caracas, Venezuela; y el Alba, la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, que podría demostrar ser un verdadero amanecer si su promesa inicial puede concretarse.

El Alba suele ser descrito como una alternativa al Tratado de Libre Comercio de las Américas patrocinado por Estados Unidos, pero los términos son engañosos. Debe ser entendido como un desarrollo independiente, no como una alternativa. Y además, los llamados acuerdos de libre comercio tienen sólo una limitada relación con el comercio libre, o inclusive con el comercio en cualquier sentido serio del término.

Y ciertamente no son acuerdos, al menos si las personas forman parte de sus países. Un término más preciso sería acuerdos para defender los derechos de los inversionistas, diseñados por corporaciones multinacionales y bancos y estados poderosos para satisfacer sus intereses, establecidos en buena parte en secreto, sin la participación del público, o sin que tengan conciencia de lo que está ocurriendo.

Otra prometedora organización regional es Unasur, la Unión de Naciones de América del Sur. Modelada en base a la Unión Europea, Unasur se propone establecer un Parlamento sudamericano en Cochabamba, Bolivia. Se trata de un sitio adecuado. En 2000, el pueblo de Cochabamba inició una valiente y exitosa lucha contra la privatización del agua. Eso despertó la solidaridad internacional, pues demostró lo que puede conseguirse a través de un activismo comprometido.

La dinámica del Cono Sur proviene en parte de Venezuela, con la elección de Hugo Chávez, un presidente izquierdista cuya intención es usar los ricos recursos de Venezuela para beneficio del pueblo venezolano en lugar de entregarlos para la riqueza y el privilegio de aquellos en su país y el exterior. También tiene el propósito de promover la integración regional que se necesita de manera desesperada como prerequisito de la independencia, para la democracia, y para un desarrollo positivo.

Chávez no está solo en esos objetivos. Bolivia, el país más pobre del continente, es tal vez el ejemplo más dramático. Bolivia ha trazado un importante sendero para la verdadera democratización del hemisferio. En 2005, la mayoría indígena, la población que ha sufrido más represiones en el hemisferio, ingresó en la arena política y eligió a uno de sus propias filas, Evo Morales, para impulsar programas que derivaban de organizaciones populares.

La elección fue solamente una etapa en las luchas en curso. Los tópicos eran bien conocidos y graves: el control de los recursos, los derechos culturales y la justicia en una compleja sociedad multiétnica, y la gran brecha económica y social entre la gran mayoría y la elite acaudalada, los gobernantes tradicionales.

En consecuencia, Bolivia es también ahora el escenario de la confrontación más peligrosa entre la democracia popular y las privilegiadas elites europeizadas que resienten la pérdida de sus privilegios políticos y se oponen por lo tanto a la democracia y a la justicia social, a veces de manera violenta. De manera rutinaria, disfrutan del firme respaldo de Estados Unidos.

En septiembre pasado, durante una reunión de emergencia de Unasur en Santiago, Chile, líderes sudamericanos declararon su firme y pleno respaldo al gobierno constitucional del presidente Evo Morales, cuyo mandato fue ratificado por una gran mayoría, aludiendo a su victoria en el reciente referéndum.

Morales agradeció a Unasur, señalando que por primera vez en la historia de América del Sur, los países de nuestra región están decidiendo cómo resolver sus problemas, sin la presencia de Estados Unidos.

Estados Unidos ha dominado desde hace mucho la economía de Bolivia, especialmente mediante el procesamiento de sus exportaciones de estaño.

Como el experto en asuntos internacionales Stephen Zunes señala, a comienzos de la década de los años 50, en un momento crítico de los esfuerzos de la nación para convertirse en autosuficiente, el gobierno de Estados Unidos obligó a Bolivia a utilizar su escaso capital no para su propio desarrollo, sino para compensar a ex dueños de minas y repagar su deuda externa.

La política económica que se impuso a Bolivia en esa época fue precursora de los programas de ajuste estructural implementados en el continente 30 años más tarde, bajo los términos del neoliberal Consenso de Washington, que ha tenido por lo general efectos desastrosos.

Ahora, las víctimas del fundamentalismo del mercado neoliberal incluyen también a países ricos, donde la maldición de la liberalización financiera ha traído la peor crisis financiera desde la gran depresión.

Las modalidades tradicionales del control imperial –violencia y guerra económica– se han aflojado. América Latina tiene opciones reales. Washington entiende muy bien que esas opciones amenazan no sólo su dominación en el hemisferio, sino también su dominación global. El control de América Latina ha sido el objetivo de la política exterior de Estados Unidos desde los primeros días de la república.

Si Estados Unidos no puede controlar América Latina, no puede esperar concretar un orden exitoso en otras partes del mundo, concluyó en 1971 el Consejo Nacional de Seguridad en la época de Richard Nixon. También consideraba de importancia primordial destruir la democracia chilena, algo que hizo.

Expertos de la corriente tradicional reconocen que Washington sólo ha respaldado la democracia cuando contribuía a sus intereses económicos y estratégicos. Esa política ha continuado sin cambios, hasta el presente.

Esas preocupaciones antidemocráticas son la forma racional de la teoría del dominó, en ocasiones calificada, de manera precisa, como la amenaza del buen ejemplo. Por tales razones, inclusive la menor desviación de la más estricta obediencia es considerada una amenaza existencial que es respondida de manera dura. Eso va desde la organización del campesinado en remotas comunidades del norte de Laos, hasta la creación de cooperativas de pescadores en Granada.

En una América Latina con una flamante autoconfianza, la integración tiene al menos tres dimensiones. Una es regional, un prerrequisito crucial para la independencia, que dificulta al amo del hemisferio escoger países, uno después de otro. Otra es global, al establecer relaciones entre sur y sur y diversificar mercados e inversiones. China se ha convertido en un socio cada vez más importante en los asuntos hemisféricos. Y la última es interna, tal vez la dimensión más vital de todas.

América Latina es famosa por la extrema concentración de riqueza y de poder, y por la falta de responsabilidad de las elites privilegiadas con respecto al bienestar de sus países.

América Latina tiene grandes problemas, pero hay también desarrollos prometedores que podrían anunciar una época de verdadera globalización. Se trata de una integración internacional en favor de los intereses de pueblo, no de inversionistas y de otras concentraciones del poder.

Noam Chomsky
http://www.telesurtv.net/noticias/opinion/775/el-desafio-de-america-latina/

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El que mata, ¿tiene que morir?

Azul Rodríguez

Decapitación, electrocución, ahorcamiento, inyección letal, fusilamiento, lapidación. El tema que se adhirió instantáneamente a la pantalla y a todos los medios en general, en los últimos días, fue la pena de muerte, lamentablemente salido de la boca de una “diva” que se vio tocada de cerca por uno de los costados de la inseguridad. Esto nos hace traer aquí el asunto, pero no ya para impugnar a esta persona por hechos delictivos en los que se vio envuelta (autos para lisiados, juegos por teléfonos en sociedad con el padre Grassi y Galimberti), y su consiguiente falta de autoridad moral, sino para profundizar el tema en sí, desde sus aspectos más filosóficos, históricos, teóricos si se quiere.

En primer lugar, estamos hablando de algo viejo (no la diva, sino el tema) que data, como Ley, de años inimaginables: siglo XVIII antes de Cristo. La estableció por aquellos tiempos el rey Hammaurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 diferentes crímenes. Dicho código de la antigua Mesopotamia oriental es uno de los primeros conjuntos de leyes que se han encontrado y en breves términos se refiere a la conocida frase «ojo por ojo, diente por diente»[1].

Es decir, saldar un agravio con otro del mismo tipo. Pero, ¿para qué nos serviría esto como sociedad? ¿Se resarcen así los dolores? ¿Se previenen delitos? ¿Qué dice de nuestra posibilidad de cambio el no dar lugar a un arrepentimiento ni “conversión”?


Nulo efecto disuasivo

Vayamos aclarando para empezar, como explicó el clásico del derecho, Cesare Beccaria, que la pena capital no tiene eficacia como política contra la criminalidad[2]. Por caso, estudios realizados recientemente en cárceles de México también sacan como conclusión que endurecer las penas no disminuye los delitos porque, entre otros elementos, no logra incidir previamente en los potenciales criminales.

A la vez, podemos comparar qué pasa donde rige esta pena y donde no: está el caso de Estados Unidos, donde en 2004, la media anual de asesinatos en estados donde existe, era de 5.71 por 100 mil habitantes, mientras que, en Estados libres de la pena capital, el porcentaje era tan sólo de 4.02 por 100 mil habitantes. Para 2006, por ejemplo, los datos del FBI concluyeron que, diez de doce Estados sin pena de muerte tenían índices de homicidios inferiores al promedio nacional.

Para reforzar este punto, recurriremos al propio titular de Amnistía Internacional en Argentina, Rafael Barca, quien aclara que “no hay estadísticas que demuestran que la pena de muerte haya servido para bajar el delito”[3], esto refiere a que no sucedió en ningún lugar del planeta.


Un “error” sin retorno

Si esto no es suficiente para ver la “falta de operatividad” de esta política, viéndolo como si de lo que se habla fríamente no fuera de vidas humanas, recordemos los miles de inocentes condenados a tal castigo.

Cabe señalar por ejemplo que desde 1973, 124 presos estadounidenses condenados a la pena capital pudieron sortear de ese destino porque surgieron pruebas que demostraron que eran inocentes de los delitos que se les imputaron. Hubo seis de esos casos en 2004, dos en 2005, uno en 2006 y uno hasta mayo en 2007. Algunos estuvieron a punto de ser ejecutados tras pasar muchos años condenados a muerte. Otros presos estadounidenses han sido ejecutados a pesar de existir serias dudas sobre su culpabilidad[4].

Todos estos “malentendidos” del sistema, se pueden dar por varios factores, pero en reiteradas ocasiones se deben a una representación legal inadecuada; al desempeño “incorrecto” por parte de la Policía y de la Fiscalía; a perjurio y testimonios erróneos por parte de testigos oculares; a prejuicio racial (las minorías étnicas son las que más los sufren); a testimonios poco confiables obtenidos de prisioneros que comparten la misma celda con el acusado; a supresión de pruebas atenuantes y/o mala interpretación de las mismas; o bien a presión política o de sectores de la comunidad[5].


Adivinemos quién iría primero

Hasta aquí suponemos “el error como excepción” en la aplicación de una política que es igual para todas y todos. Pero claro que no podemos relajarnos en ese placebo, ya que como lo demuestra la realidad día tras día, la política es siempre favorable a determinados intereses, así como las medidas económicas, las leyes y su aplicación. O sea que, así como es habitual encontrar las cárceles llenas de personas de escasos recursos (y llenas en su pleno sentido, con hacinamiento, torturas y tratos humillantes) no sería una extravagancia ver dirigirse la aplicación de una pena como la de muerte a los sectores de la sociedad que más molestan, que más ruido hacen al poder. Ya sea para dejar “tranquilas” a las clases favorecidas por el ordenamiento social y otras no tanto que, gracias a los medios machacosamente presentes, en la desesperación buscan “soluciones rápidas” y sin visión sistémica ni largoplacista; o bien para la eliminación política de “elementos no deseados”, empleando una terminología tan caduca como la idea.

Entonces bien, ¿qué daños saldaríamos con este “remedio” (si nos atenemos a ignorar por un momento el carácter de clase de la discusión)? Ninguno. Engendrar muerte como “justicia” siempre generará más descomposición en la sociedad, más resentimiento, ya que, no sólo el dolor no se va de la persona que sufre un hecho calificado como delito, sino que además origina nuevos sufrimientos en el núcleo social de la persona que lo causó.


Nuestro rumbo

Tampoco aporta a entendernos como sociedad, a conocer nuestro funcionamiento, a intentar cambiarlo para bien, por caso atendiendo las profundas desigualdades y carencias que sufre una buena parte de la población.

Además, si “el que mata tiene que morir”, ¿Deberían morir los legisladores que aprobando una ley de presupuesto dejan fuera de la vida digna a millones, y envían a la muerte por enfermedades curables a 20 mil argentinos por año? ¿Deberían morir los responsables de la muerte por desnutrición de 30 chicos argentinos por día, en un de los principales países productores de alimentos del mundo? ¿Deberían morir los dueños de las empresas contaminantes instaladas con aval político sin que nadie sea llamado siquiera a declarar? ¿Deberían morir entonces los que arrebatan tierras, reprimen y matan a los habitantes de los pueblos originarios? Este conjunto de crímenes provocados por funcionarios del Estado y empresarios, verdaderos mayoristas de la muerte, comportan un genocidio social innegable. Mas sus alevosías están naturalizadas y no hay diva que reclame sus cabezas.

Aún así, no es nuestra opción la pena de muerte, reclamo instalado en las conciencias por los oligopolios mediáticos. La transformación social que urge, la distribución equitativa de los bienes y de las posibilidades de desarrollo, una revolución que asesine al desamparo y a la opulencia, ese es nuestro camino. Una sociedad justa para la vida plena: ese es nuestro rumbo.


Azul Rodríguez
www.agenciawalsh.org

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Celebrando a Mons. Romero.

Jon Sobrino

Homilía del 24 de marzo en la capilla de la UCA

En muchos lugares se está celebrando el XXIX Aniversario del asesinato-martirio de Monseñor Romero. El sábado 21, en una vigilia popular. Hoy a las 12:00, en una misa en Catedral, presidida por el arzobispo José Luis Escobar, y a las 5:30 en otra misa en la Cripta, presidida por Monseñor Rosa. Ahora, en esta eucaristía le recordamos en la Capilla de la UCA. Le pedimos que nos bendiga. Le pedimos también que nos anime a ser una universidad como él la quería, y a convertirnos cuando, por acción o por omisión, no lo somos. Y le pedimos que profesores, administrativos, trabajadores y alumnos siempre recuerden su nombre, le recuerden y le honren.

Para hacerlo hoy presente entre nosotros, he elegido dos lecturas. El evangelio es el del buen pastor, pues la universidad, con todo lo que tiene, conocimientos y recursos, debe pastorear de manera universitaria al pueblo salvadoreño. Debe alimentar ante todo a las mayorías hambrientas de pan y de trabajo, de justicia y de verdad. Y debe defenderlas de los mercenarios, los poderosos de todo tipo, que no las apacientan sino que, muchas veces, las devoran, como denunciaba el profeta Oseas. Y en esa defensa la universidad debe correr riesgos como el buen pastor. Muy bien nos lo recuerdan nuestros compañeros aquí enterrados.

La segunda lectura nos dice quién es ese buen pastor: Jesús de Nazaret. En palabras bellas y bien pensadas se dice de él que "pasó haciendo el bien, curando a los oprimidos". Y se añade, a modo de confesión, lo que no solemos tener tan en cuenta: "que Dios estaba con él".

Ahora queremos recordar al Monseñor Romero buen pastor, a partir de tres cosas muy suyas: el Hospitalito, la Catedral y su caminar con el pueblo, defendiéndolo, hasta el final.

1. En el Hospitalito a solas con Dios

Es sabido que, nombrado arzobispo, la oligarquía quiso ganárselo y le ofreció un palacio episcopal con las habituales comodidades mundanas. Pero Monseñor lo rechazó y se fue a vivir a una modesta habitación junto al hospital de La Divina Providencia. Allí recibió, muchas veces de noche, a personas de todo tipo. Allí preparaba los sábados sus homilías dominicales. Y allí sobre todo, como Jesús junto al lago o en el huerto, oraba al Dios que ve en lo escondido. Contaba la hermana Teresa que a altas horas de la madrugada a veces veía luz en las habitaciones de Monseñor, y le llevaba un zumo de naranja. Lo encontraba rezando.

En el hospitalito Monseñor Romero vivía solo y sin seguridad en tiempos de graves riesgos. Las personas más cercanas eran mujeres, enfermas de cáncer incurable, pobres todas ellas, con la angustia añadida de no saber qué sería de sus hijos una vez muertas ellas. Monseñor -tan indiferente a honores mundanos- confesó que le hubiese gustado ganar el premio Nobel de la paz de 1978 para, con el importe del premio, aliviar la suerte de las mujeres enfermas.

Sólo Dios que ve en lo escondido sabe bien quién era el Monseñor del Hospitalito y qué significaba Dios para él. Pero algo podemos barruntar. Poco antes de su muerte, en los momentos más difíciles del pueblo salvadoreño, Monseñor les habló de "Dios":

"Ningún hombre se conoce mientras no se ha encontrado con Dios. Quien me diera, queridos hermanos, que el fruto de esta predicación fuera que fuésemos a encontrarnos con Dios" (Homilía del 10 de febrero de 1980).

Y a estas palabras más reflexivas, añadió otras más entrañables. Con humildad decía: "mi más íntimo deseo es que yo no sea un estorbo en el diálogo de ustedes con Dios". Y con gozo añadió: "me alegra mucho cuando hay gente sencilla que encuentra en mis palabras un vehículo para acercarse a Dios" (Homilía del 27 de enero de 1980). Sin sectarismo alguno, sino con sincero respeto a todos, dijo que "sin Dios no puede haber liberación" (Homilía del 2 de marzo de 1980). Y con Dios, consolaba a la gente: "Dios va con nuestra historia. Dios no nos ha abandonado" (Homilía del 9 de diciembre de 1979).

A todos, también UCA e Iglesia, nos pregunta y nos invita Monseñor a "estar a solas con Dios". Y a quienes no mencionen ese nombre les pregunta e invita a estar a solas, indefensamente y en entrega total, con aquello bueno que vean como último: la compasión, la justicia, la verdad. "A solas". Sin poder ir más allá.

2. En Catedral con su pueblo

El Monseñor de Catedral es más conocido. Es el Monseñor de las homilías, de los pobres y de las víctimas, de los horrores de la represión y de la esperanza de justicia. Es el Dios de las organizaciones populares, de los sacerdotes perseguidos y asesinados, de los innumerables mártires, sin que Monseñor dejara a ninguno de ellos y de ellas sin nombre. Es el Dios del pueblo salvadoreño. Quienes tuvimos la suerte de escucharlo lo recordamos muy bien. Vamos a citar algunas palabras suyas, pero quizás lo más importante es saber cómo preparaba las homilías -honda leccion para la Iglesia, la UCA, los medios, y todas las instituciones y organismos que quieren servir al pueblo. La víspera de su asesinato dijo Monseñor:

"Le pido al Señor, durante toda la semana mientras voy recogiendo el clamor del pueblo y el dolor de tanto crimen, la ignominia de tanta violencia, que me dé la palabra oportuna para consolar, para denunciar, para llamar al arrepentimiento"(Homilía del 23 de marzo de 1980).

De ahí surgía la denuncia y la profecía, y por surgir del dolor y clamor del pueblo iban más allá de declaraciones éticas o de la doctrina social:

"Yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Éste es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable. ¡Y ay del que toque ese alambre de alta tensión! Se quema". "Vivimos en un falso orden, basado en la represión y el miedo". "El robar se va haciendo ambiente. Y al que no roba se le llama tonto". "Se juega con los pueblos, se juega con las votaciones, se juega con la dignidad de los hombres". "Estamos en un mundo de mentiras donde nadie cree ya en nada". Y como un Amós o un Miqueas decía: "esto es el imperio del infierno". La exigencia es como ser Iglesia y universidad de ciencia y de profecía.

En los últimos meses Monseñor Romero fue todavía más duro, si cabe, en decir la verdad. Y la razón era la compasión; la verdad estaba a favor del pueblo, que muchas veces sólo tenía la verdad en su favor. De ahí que la denuncia profética subió de tono. Pero es importante recordar también unas palabras, llenas de honradez y muy de Monseñor, que ojalá todos las tengamos presentes: "hay que comenzar por casa".

"Todo el que denuncia debe estar dispuesto a ser denunciado y, si la Iglesia denuncia las injusticias, está dispuesta también a escuchar que se la denuncie y está obligada a convertirse… Los pobres son el grito constante que denuncia no sólo la injusticia social, sino también la poca generosidad de nuestra propia Iglesia" (Homilía del 17 de febrero de 1980).

3. En medio del pueblo y en su defensa hasta el final

Monseñor se mantuvo firme en la compasión y en la denuncia, sin componendas. Su compasión y su profecía no fueron flor de un día, ni fueron palabras política y eclesiásticamente correctas. En la sociedad no encontró facilidades, por decirlo muy suavemente, pero tampoco encontró facilidades en la Iglesia en cuanto institución jerárquica; a veces todo lo contrario. Se mantuvo firme, y hasta el último momento defendió a las víctimas, aun sabiendo que él podía ser la próxima. Y así fue.

Monseñor Romero tomó en serio las palabras de Puebla. A los pobres Dios "los ama y los defiende". Lo primero le llevó a desgastarse en una pastoral a favor de la justicia, la esperanza y la vida de los pobres. Lo segundo a enfrentarse con quienes los oprimían y reprimían. Puso a su Iglesia en esa dirección de defensa y enfrentamiento, de modo que, sin intenciones idealistas, llegó a ser una "Iglesia de los pobres". Eso significó riesgos y enfrentamientos. "Por defender al pobre la iglesia ha entrado en grave conflicto con los poderosos de las oligarquías económicas" (Discurso de Lovaina, 2 de febrero de 1980. Ya antes había constatado las consecuencias, y emitió un juicio que nunca se emite, desorbitadamente evangélico: "Sería triste que en una patria donde se está asesinando tan horrorosamente no contáramos entre las víctimas también a los sacerdotes. Son el testimonio de una Iglesia encarnada en los problemas del pueblo" (Homilía del 24 de junio de 1979).

Hasta el día de hoy, en un mundo mal llamado de globalización y que en realidad vive en trance de cruz, que pretende quitar aristas al horror de la realidad y silencia a millones de crucificados -en Irak, en el Congo, en Gaza, en Haití-, hacer presente a Dios en la historia es seguir a Jesús cargando con la cruz. No con una cruz abstracta y sin historia, sino concreta, salvadoreña. "Cristo es Dios majestuoso que se hace hombre humilde hasta la muerte de los esclavos en una cruz y vive con los pobres… así debe ser nuestra fe cristiana" (Homilía del 17 de febrero de 1980). Monseñor lo intuyó desde el principio. En Aguilares el 19 de junio de 1977 comenzó la homilía con estas palabras: "a mí me toca ir recogiendo atropellos y cadáveres". Palabras para la UCA, para la Iglesia y para todos.

Monseñor mantuvo la defensa de su pueblo hasta el final, y con ello la esperanza. Dos eran sus pilares, como lo intuyó Ignacio Ellacuría: Dios y el mismo pueblo. Sin ninguna rutina, en las horas más trágicas de El Salvador no se cansó de repetir el Emmanuel. "Dios va con nuestra historia. Dios no nos ha abandonado. Ningún cristiano debe sentirse sólo en su caminar, ninguna familia tiene que sentirse desamparada, ningún pueblo debe ser pesimista, aun en medio de las crisis que parecen más insolubles". Es el "consolad, consolad a mi pueblo" de Isaías. Y a ese pueblo le dio dignidad. "Ustedes son el divino traspasado" dijo en Aguilares a unos campesinos aterrorizados, el día que fue a celebrar la eucaristía cuando los soldados, un mes después de haberlo tomado y ocupado, abandonaron el pueblo. El Monseñor que decía: "esto es el imperio del infierno" decía también: "sobre estas ruinas brillará la gloria del Señor".

Las amenazas iban en aumento. En su última homilía confesó: "Esta semana me llegó un aviso de que estoy en la lista de los que van a ser eliminados la próxima semana". Y automáticamente, como si se hubiese convertido en segunda naturaleza, Monseñor puso su muerte en relación con la salvación del pueblo: "que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad".

Y en relación con el pueblo, en un supremo esfuerzo para impedir mayores atrocidades, pronunció las palabras finales de su última homilía, hito insuperable en la historia del país, de la Iglesia y de cualquier lugar donde quede un rastro de humanidad.

"En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!" (23 de marzo de 1980).

Nunca antes se habían escuchado semejantes, ni nunca después se han vuelto a escuchar. Fueron recogidas con un estruendoso aplauso, nunca antes escuchado ni nunca después vuelto a escuchar:

Con la muerte de Monseñor no murió su palabra. Pocos días después de su asesinato, en una misa celebrada en la UCA, el Padre Ellacuría dijo: "Con Monseñor Romero Dios pasó por El Salvador". Las hemos repetido muchas veces, y hoy nos volemos a preguntar: ¿es verdad? Sí, y en muchos lugares. Baste recordar algunas cosas de estos días.

El 2 de marzo, Noam Chomsky, prominente pensador estadounidense, luchador de causas nobles, muchas de ellas "perdidas", acosado de muchas formas por los poderes establecidos, acababa de cumplir 80 años. El diario El País le hizo una entrevista sobre temas conocidos profesionalmente por el autor: la situación de la política internacional, los medios, internet… Pero, rompiendo la lógica de la profesión, la entrevista termina con una pregunta personal: "A su edad, ¿qué le hace seguir luchando?". Y esto es lo que dijo:

"Imágenes como ésa [Chomsky indica un cuadro que cuelga de su despacho en el que se ve al ángel exterminador junto al arzobispo Romero y seis intelectuales jesuitas asesinados en El Salvador en los ochenta por los escuadrones de la muerte]. Uno de mis fracasos es que ningún estadounidense sepa qué significa ese cuadro".

El 15 de marzo algo muy nuevo ocurrió en El Salvador. El partido Arena, que nunca había pronunciado oficialmente el nombre de Monseñor Romero - pienso que por miedo y por una especie de insuperable parálisis fonética, perdió las elecciones. Por el contrario, el vencedor, Mauricio Funes sí lo pronunció. Analistas hay y habrá que juzguen sobre convicciones e intenciones. Pero remitirse a Monseñor Romero en ese momento y presentarlo como lo más entrañable que ha producido y tiene este país, indica que Monseñor Romero sigue vivo.

En la vigilia del 21 de marzo, durante la marcha y ante Catedral, muchos salvadoreños y salvadoreñas, sintieron una vez más la presencia de Monseñor. Con sentido humano y cristiano -y con exquisito sentido teológico- no expresaron esa presencia, al menos no en lo fundamental, porque tuvieran ahora en sus manos "más poder", sino que la expresaron en un sentimiento de dignidad, esperanza y alegría. Con Monseñor podían seguir trabajando y caminando. Y celebrando la vida.

[El día 26 de marzo por primera vez en la historia del país se instauró un tribunal de justicia restaurativa para que, tras el desentenderse de tanto crimen, por vileza o por la ley de amnistía, el Estado reconozca su culpa y pida perdón; para que las víctimas recuperen dignidad; y para que después de muchos años se de pasos de reconciliación. En los esfuerzos denodados de muchos profesionales por instaurar el tribunal, y sobre todo en la palabra de los testigos, familiares de las víctimas y a veces víctimas ellos mismos, en la dignidad, el alivio, la mano tendida que expresaban esas palabras, Monseñor Romero pasaba por El Salvador].

Terminamos por donde comenzamos. Estamos en la Capilla de la UCA. Les invito a todos a hacer realidad aquello a lo que, ante Monseñor, se comprometió el Padre Ellacuría cuando, en 1985, la UCA le otorgó un Doctorado Honoris Causa.

1. Una auténtica inserción en la realidad nacional, lacerada, casi herida de muerte, sacudida hoy por diez asesinatos al día, sin ceder a la tentación de distanciarnos de ella, y menos, como si fuera beneficioso para la excelencia académica.
2. No caer en la neutralidad falaz y concretar el bien común desde el bien de las mayorías pobres y oprimidas, de las víctimas; es decir, hacer una opción libre por los pobres de este país y mantenernos firmes en ella.
3. Tras la guerra, propiciar y defender de todas las formas posibles una paz verdadera, los derechos humanos y la reconciliación real; frenar el desangramiento del país y trabajar para que no sean necesarias las migraciones inhumanas.
4. No cejar en la esperanza de construir un futuro mejor, más humano y humanizado. Especialmente, devolver palabra, consuelo, dignidad y reparación a las víctimas. Y dejarnos salvar por ellas.
5. Que no se tambalee sino que se robustezca la inspiración cristiana que movía todo el actuar de Monseñor Romero. El Monseñor que vivía de la fe en Jesús mueve a dar la vida por los que sufren como hemos leído en el evangelio.

Pidamos a Dios que esta universidad con humildad y con decisión, con convicción y con gozo sea fiel seguidora de Monseñor Romero.


Jon Sobrino
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=37955

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Aumenta la crítica al Papa

Agencia de Noticias Prensa Ecuménica

Las criticas al Papa aumentan día a día luego de las declaraciones de BXVI sobre los preservativos y el Sida efectuadas en su gira africana. La oposición es tanto desde dentro como de fuera del seno de la Iglesia Católica Romana y alcanza a la curia vaticana

Según medios europeos en Francia y Alemania crece el uso de la palabra “dimisión” asociado a B XVI, algo que pocos años hubiera sido inconcebible de pensar. Vaticanistas como Giancarlo Zizola reconocen la capacidad intelectual del Papa alemán pero que no le alcanza para gobernar y que dentro del Vaticano cada vez es menor el número de personas que apoyan a B XVI al punto que se rumorea la posibilidad de que el Cardenal Rodríguez Maradiaga, de Honduras, podría substituirlo.

Entre las críticas a la gestión de Papa se encuentra la de que está alejado de los Episcopados Nacionales, aún cuando los recibe en sus visitas obligatorias. La conclusión es el poder es cada vez más cerrado a un círculo vaticanista que deja de lado el universalismo de la Iglesia Católica Romana. Por cierto, esa tendencia no es nueva sino que tiene siglos de existencia. Se asegura que en la actualidad se reproducen los enfrentamientos por el poder y aumentan las conspiraciones internas clásicas en otras épocas de la historia del Vaticano.

La serias dificultades para cambiar el ambiente vaticanista, cerrado, centralizado, es un dato que acompaña a la ICR como realidad que supera a las intenciones papales. Wojtyla se escapaba viajando, Ratzinger refugiándose en la biblioteca, es una comparación que se formula para ejemplificar la imposibilidad de modificar el estilo de lo que es el riñón y corazón de la ICR, el Vaticano. La Carta a los Sacerdotes que B XVI emitiera semanas atrás es una señal de su debilidad para enfrentar la maquinaria vaticana.

De todas formas B XVI no es una víctima del sistema sino que es parte de él y lo ha fomentado y fortalecido desde que estaba a cargo de la vigilar la fe y limpieza expositiva de los sacerdotes, obispos, profesores desde la comisión de la Doctrina de la Fe. Por cierto, es novedoso que las críticas publican lleguen a tener como meta posible la dimisión del Papa.+ (PE)


09/03/30 - PreNot 8052
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=3632

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La Inseguridad de los dioses y la pena de muerte

Darío Balvidares (*)

Cuando Prometeo desobedeció a Zeus (entre otras desobediencias que ya había tenido con su padre), cuenta el mito, tuvo -digámoslo así- un castigo ejemplar.

La condena respondía al acto “delictivo” que Prometeo había realizado, hurtando el fuego de los dioses para devolvérselos a los hombres.

¿Un acto irracional? Sin embargo, los dioses no necesitaban del fuego y los hombres sí para no morir.

Cabe preguntar: ¿a qué le temió Zeus para administrar tal castigo?, ¿su poder decrecía?, ¿la desobediencia lo exponía al ridículo frente a los otros dioses de la corporación? O tal vez, gestionar el sufrimiento de Prometeo le otorgara cierto placer, después de Freud, podríamos decir, perverso.

Lo probable es que Zeus haya sentido inseguridad, aún encerrado en el Olimpo junto a otros dioses y deidades menores. La cosa es que optó, a pedido de una diosa, por la pena de muerte. Una pena de muerte eterna -claro los dioses son eternos- condenando a Prometeo a que un águila le comiera el hígado durante la noche; se le regenerarse durante el día para comenzar otra vez el ciclo.

La muerte y la regeneración de las pasiones (seguramente habría dicho Freud); la represión del cuerpo a través del disciplinamiento continuo (podríamos arriesgar con Foucault).

La historia era más densa porque antes que Zeus y su corporación, es decir en la historia preolímpica, Cronos había asesinado a su padre, Urano, cortándole los testículos y tirándolos al Océano de donde surge Afrodita, la diosa de la sexualidad, la que pidió la pena de muerte. La historia es incorregible, recién habían aparecido los dioses, todavía no existíamos los mortales y ya se gestaba lo que mucho más adelante se denominó intrigas palaciegas; pero ese es otro cuento al interior de la familia.

La cuestión central es que la corporación olímpica encabezada por Zeus, acompañado de Poseidón, Ares, Hera, Dioniso, Apolo, la mismísima Afrodita y algunas otras deidades que por allí estaban sintieron inseguridad por lo que habían creado. Sí, por lo que habían creado: los mortales.

También es cierto que algunas deidades menores que no estaban de acuerdo con lo solicitado por los dirigentes de la corporación no tuvieron repercusión olímpica.

De los dioses míticos a los dioses artificiales

No hay lugar a dudas que los dioses y diosas artificiales de la modernidad líquida pueden existir en el olimpo pantallesco corporativo y no van a tener un Hesíodo que los historice, algunos de esos dioses y diosas quedaran atrapados en cintas y videos dignos del Hades (el inframundo).

Cuando los dioses y diosas contribuyen a cortar todo lazo de solidaridad, cuando expresan una pedagogía de la opresión, cuando aparecen públicamente desde sus espacios cerrados -debería decir privados- cuando todo el avance discursivo es por una sociedad cada vez más encerrada, más individualista; pues, entonces, cada vez más contribuyen a la exclusión, contribuyen a la competencia hobbesiana; al decir de Bauman, contribuyen a que “los sólidos que se están derritiendo en este momento de la modernidad líquida, son los vínculos entre las elecciones individuales y las acciones colectivas …”

Los dioses y diosas artificiales parecen no advertir que son parte del simulacro de lo real, no de lo real sino del simulacro (Baudrillard), que sí confiscan, alienan (Marx) lo real.

Los re-fritados programas, degradados como fotocopias cada vez más alejadas del original, que por lo general las diosas y dioses de la corporación artificial no se cansan de reproducir, con concursos, juegos, competencias que incluyen el simulacro de la humillación, el desprecio; en fin, el quiebre de la subjetividad conjuntamente con todos los valores (líquidos) que enuncian en el momento que se ven amenazados en su propiedades, posesiones, éxito… todo es parte de la distorsión que la artificialidad produce, es decir, producción de subjetividad artificial para sentir seguridad.

Punto y aparte

Natalia Mechaluca, rosarina de 27 años, una de las tantas maestras -que lejos del simulacro- en Abra Pampa, Jujuy, está contaminada con plomo en sangre al igual que sus alumnos y la mayor parte de la población.

José Soto, un trabajador del ajo (de los 17.000 que no son un simulacro), en Mendoza gana $20 por jornadas de trabajo de 14 horas y denunció que además hay trabajo infantil durante la cosecha.

Marcela Crabbe es una de las vecinas de Chilecito, La Rioja, -que tampoco es un simulacro- golpeada por el dispositivo represivo policial, el último 19 de febrero durante el acto del aniversario de esa localidad por pronunciarse, junto a otros vecinos, contra la explotación del cerro Famatina.

Alfredo Mamani –que es real-, es uno de los 10 costureros sometidos a trabajo esclavo en un taller de ropa ubicado en la Ciudad de Buenos Aires.

Eleuterio Toribio, miembro de la comunidad Wichi de Lomitas; Formosa, el 14 de octubre de 2008 fue víctima, junto a otros miembros de la comunidad, de un fuerte accionar represivo…

En ellos, como en la novela de Saramago, Todos los Nombres, justamente porque como en la novela no hay nombres, estos nombres nunca van a registrarse en el Olimpo.

Mientras los dioses y diosas del simulacro y deidades menores pidan la pena de muerte; los mortales seguiremos pidiendo por la vida, los derechos humanos y el fin de la explotación…

Los dioses y las diosas del artificio dirán que no tienen nada que ver con lo que le pasa a esa pobre gente, quizás hagan un programa con simulacro social desde el Olimpo mediático, para tener más rating y acumular más ganancias…

Antes del fin…

Dijo el filósofo: “dios ha muerto”

Un mortal tiene pena porque la muchacha ojos de papel se suicidó…+ (PE/Argenpress)


Darío Balvidares (*)
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=3631

(*) Darío Balvidares es Profesor y Licenciado en Letras (UBA). Docente de Educación Media CaBA Como Investigador publicó el ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” (2005) con prólogo de Osvaldo Bayer y decenas de artículos desde 1996. Dio charlas y seminarios sobre Educación en el marco de los debates en Capital Federal, provincia de Buenos Aires y Neuquen (Capital, Cutral – Có y San Martín de los Andes). Es colaborador y columnista de programas radiales.

09/03/30 - PreNot 8051
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
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Los medios y el variable sentido de cada palabra

Eduardo Pérsico

Cada palabra se jerarquiza o envilece según desde donde se pronuncie. En ámbitos como podría ser el profesoral o académico hasta cuenta la altura que asume el dicente, y sería ocioso abundar con otras establecidas convenciones. Así bien vale decir que por ‘palabra’ comprendemos los idiomas y dialectos para la comunicación, talvez desde que la especie humana se agrupara en manadas donde además del hambre, el mayor factor de integración resultara la palabra. Su buen o mal uso devino en convivencias, separaciones, luchas, descubrimientos y postergaciones. En la difusión del conocimiento sólo la palabra enlaza los nuevos conceptos con los ya existentes en la estructura del individuo, y de ahí en más si ella se traiciona o malversa puede acarrear significados siniestros a la sociedad toda. Y volviendo a la posición desde dónde y cómo se pronuncian las cosas, Napoleón Bonaparte aseguró ‘un Idioma es un dialecto con un ejército detrás’. Una clara definición del Poder de la fuerza armada en este caso, para la construcción de pensamiento de las comunidades, un asunto tan bien ilustrado por la adopción del castellano en Sudamérica en desmedro de las lenguas nativas. Un logro del poder militar afín a la infinidad de púlpitos del invasor sobre quienes aquí vivían; brutal invasión del norte al sur cruzando el Ande hacia la inmensidad de la pampa sureña, indiscutible verdad que nos fuera escamoteada durante siglos aunque por fortuna, hoy muchos españoles aceptan desde dónde y con qué palabras el Poder supo contarnos la historia.

Últimamente se diría que a la universal estafa urdida en Wall Street para zafar a USA de su pantano entre producción y consumo, hoy los impagos se llaman ‘activos tóxicos del sistema’, los despedidos son ‘aspirantes a un seguro social’, las familias masacradas en Medio Oriente por los yankis ‘daños colaterales no deseados’, y en Argentina, - esta misma de sentirnos ingenuamente ajenos a toda manipulación ideológica- las corporaciones informativas malversan y trastornan sin piedad al pensamiento colectivo. Falseando, extrapolando y denunciando improbables atentados de los malos contra los buenos, bien maniquea la cosa, esas corporaciones fabricantes de opinión retomaron un rol decisivo en nuestra disputa interna, favorecidas hoy por la demorada disputa entre una parte del sector agropecuario y el gobierno constitucional. Sin reparos, la mayoría de radios, televisoras y diarios tradicionales machacan como noticias sus opiniones haciendo estas indiscutibles, un antiquísimo ardid que descubriera al diputado socialista Alfredo L. Palacios allá por 1905, al desafiar en la calle a un escriba que no explicitara bien sus dichos ‘usted no repitió mis palabras exactas y como eso es una injuria personal, debería prepararse’.

Hoy principalmente los canales televisivos compiten para pronunciar la frase más descomedida contra el gobierno constitucional, adversario a quien aspiran a decapitar usando cualquier recurso ante la inminencia de ser presentado ante el Congreso Nacional, por cuenta del Poder Ejecutivo, una nueva ley de radiodifusión que suplantaría otra sancionada hace décadas por un gobierno militar de facto. Ese cambio que si es bien intencionado, democrático y culturalmente actualizado, lo merece todo país organizado en lo institucional, pero cayó como un baldazo entre los tradicionales dueños de los medios de comunicación en Argentina. En principio por el riesgo que implica sacudir las sábanas de recientes fantasmas nacionales, como la desaparición de personas donde tantos responsables aguardan turno para desfilar ante Tribunales. Para ellos donde no falta gente de los medios, curarse en salud y diluir esa realidad que puede acosarlos no sólo económicamente sino en jurídicamente personal, es primordial. Así que de inmediato surgió la descalificación sin debatir y el ataque frontal contra esa ley, encabezada por los más conocidos locutores televisivos que dicen todo con esa sonrisa diluida de quien lo están violando pero dólares más o menos, les gusta.

Así las cosas, es notorio en el conflicto gobierno-ruralistas la supresión de términos inteligibles para la comprensión del relato. Además del trasnochado ‘quienes cortan las rutas son asambleístas autoconvocados’ y ‘los camioneros ajenos que quieren pasar son provocadores del poder sindical’, renglones para inquietar con un próximo enfrentamiento social, también es poco visible la mescolanza conceptual que todos soslayan en el conflicto. ¿En qué sistema económico estamos insertos? Mostrando su Capitalismo puro y sin discusión, los dueños de la tierra suelen exhibir en su tranquera ‘Propiedad privada. No pasar’. Doctrina bien opuesta al Estado Benefactor keynesiano, dirían sus economistas contrarios a toda semblanza socializante aunque hoy como siempre junto a los dueños de la tierra, tan liberales y capitalistas, si pierden exigen el auxilio del Estado y en sí, de la comunidad íntegra. Si los sacude la sequía, bajan los precios internacionales o deben pagar retenciones a las exportaciones, - cargas impositivas dentro del Capitalismo iguales al acrecentamiento de los controles cuando se vende al exterior y evitar mayor evasión tributaria- cada productor rural se enrola contra al Estado por su no intervención a favor de ellos y sin cambiar de monta, silencian su ideología Capitalista como buenos patrones de la tierra, para que el Estado Benefactor le atempere sus pérdidas. sus pérdidas. Cuando si fueran en verdad Capitalistas, según discursearon siempre, ante las pérdidas irreparables venderían sus tierras y a otra cosa. Algo que debe hacer cualquier productor de otro ramo: si pierde con su explotación la vende porque no puede cargar su fracaso a la comunidad toda. En el Capitalismo, gane o pierda, nadie tiene derecho sobre los demás; así como ninguno tomaría ese campo del que hablamos, por tratarse de una propiedad privada. Algo que por omisión o escamoteo, en ningún medio jactancioso de su pluralidad informativa se dice. Qué lamentable, ¿no?

Eduardo Pérsico, escritor. Nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.

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domingo, 29 de marzo de 2009

amor con Ñ

Marcela Orellana

Un día no sé cuándo empecé a usar sistemáticamente la palabra cariÑo. La escribo así, con una mayúscula Ñ en el medio como un pequeÑo homenaje a la bellísima lengua espaÑola . Esta simpática palabra que sabe a "te recuerdo" , a " Namaste " , a tibia ternura cierra los mensajes de texto, los correos y las cotidianas despedidas no gráficas.

Es la única forma posible de decir amor con Ñ. Tiene sabor a otros tiempos, al decirla aparecen las voces de mujeres que se despedían con ella. Evoca en su oxigenante abrazo ese espacio que ocupa en nuestro corazón el otro. Lo evoca y se lo muestra con suavidad, sin invadir.

Marcela Orellana
http://lenguaclick.blogspot.com/2009/02/amor-con-n.html

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Decálogo del artista

Gabriela Mistral

1. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el universo.

2. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

3. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.

4. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

5. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la belleza es virgen, y la que está en las ferias no es ella.

6. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

7. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.

8. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.

9. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

10. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios que es la Naturaleza.


Publicado por Marcela
Suministrado por Manuel López Quiroga
http://lenguaclick.blogspot.com/2009/03/bellisimo.html

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sábado, 28 de marzo de 2009

América Latina y los desafíos de la izquierda revolucionaria

Camilo Moreno

Para nosotros no se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva...
Nuestro grito de guerra ha de ser siempre: ¡la revolución permanente!
(C. Marx. Mensaje a la Liga Comunista. 1850)

Introducción:

Muchos líderes y analistas de izquierda cometen un grave error de percepción al sobrevalorar los cambios políticos ocurridos en América Latina en los últimos años. Sus planteamientos van desde aquellos que perciben los triunfos electorales de la centro izquierda como "avances revolucionarios" , hasta los que, menos optimistas, plantean sin embargo que América Latina ofrece nuevas oportunidades para transformar profundamente las relaciones de dependencia y miseria privilegiando la vía institucional y aprovechando "las puertas que se han abierto" desde la democracia burguesa. Esto trae como consecuencia la subvaloración de la importancia de la lucha extra institucional y antisistémica, la movilización y organización popular y la creación de poder alternativo local.

El complejo y contradictorio proceso que vive desde hace años América Latina requiere, sin embargo, análisis más abarcativos para no dejarse engañar por las ilusiones que, aunque haciendo llamados a la movilización de masas, plantean la lucha electoral privilegiadamente como el único camino posible y "sensato" para la izquierda.

La izquierda revolucionaria tiene como desafíos plantearse estrategias capaces de construir verdaderas alternativas de poder y recuperar la movilización de masas en decadencia. Esto pasa por reconocer, más allá de los triunfalismos, algo que ya hoy es evidente: el reflujo de la movilización social en América Latina y el resurgir de la derecha.

Crisis del neoliberalismo a inicios de siglo y triunfo electoral de centro izquierda:

Después de la contraofensiva neoliberal de los años 90, a finales de la década e inicios de siglo su derrota en el plano económico desacreditó a la derecha tradicional, creó conmociones sociales y produjo una crisis que derrocó varios gobiernos de la región por vía de la movilización popular: la revuelta derrocó tres presidentes en Ecuador, varios en Argentina y dos en Bolivia. Los movimientos sociales fueron los grandes protagonistas de las jornadas rebeldes que dejaron decenas de muertos como saldo y pusieron temporalmente en jaque la institucionalidad dominante. Indígenas, campesinos cocaleros, trabajadores mineros, piqueteros y masas urbanas empobrecidas desarrollaron jornadas de protesta social demostrando en ciertos países gran capacidad de acción y voluntad de sacrificio.

Las revueltas desataron una crisis de institucionalidad que, sin embargo, no logró ser capitalizada por los movimientos sociales para crear verdaderas alternativas de poder.

Aunque de manera desigual, la crisis y las protestas permitieron en ciertos casos la llegada al gobierno de candidatos de centro izquierda que capitalizaron la revuelta social para desplazar a la derecha tradicional (Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Ecuador). En otros casos surgieron líderes de los propios movimientos sociales (Bolivia), y un militar bolivariano que obtuvo popularidad por encabezar un golpe fallido a un gobierno corrupto de derecha (Venezuela)

A pesar de los matices (no es lo mismo Venezuela, Bolivia y Ecuador que el resto de la región del cono sur) ninguno de los gobiernos de centro izquierda en la región logró desarrollar o consolidar cambios estructurales profundos, ni plantear alternativas reales al proyecto neoliberal. Venezuela es una notable excepción en este caso, cuyo proceso revolucionario aun tiene inmensos desafíos por delante, y donde seguramente la acción decidida de las organizaciones de base clasistas será un factor decisivo en la profundización de los avances.

Los gobiernos de centro izquierda encauzaron la rebeldía popular por vías institucionales, hicieron un llamado a la "mesura" y no aprovecharon la capacidad de movilización para desarrollar poder alternativo real. Con discurso progresista estos gobiernos en la mayoría de casos desmovilizaron a los movimientos sociales, desligaron varios de sus líderes minando la autonomía y capacidad de respuesta de éstos, al tiempo que nombraron en puestos claves de los ministerios a neoliberales ortodoxos para lograr un equilibrio de poder y garantizar así la gobernabilidad.

Política exterior y distanciamiento de EEUU: Máscara anti-imperialista, fondo neoliberal

Muchos análisis de izquierda se centran en la oposición que los nuevos gobiernos de centro izquierda hacen respecto a la hegemonía Norteamericana: el rechazo al ALCA principalmente es tomado como una muestra del carácter antiimperialista de los mismos. Excluyendo a Cuba y Venezuela, y aunque en algunos casos el rechazo al establecimiento o continuidad de las bases norteamericanas es una muestra de dignidad nacional, el distanciamiento de las políticas norteamericanas responden más bien a un contexto interno y externo que vale la pena analizar (sobre todo en los países del cono sur): En el plano externo la diversificación de los mercados internacionales y el alza en los precios de las materias primas a inicios de siglo permitieron cierta flexibilidad y capacidad de maniobra de los gobiernos y restaron importancia a las políticas del FMI y el BM; esto creo las condiciones en el plano interno para el surgimiento de una clase agro minera exportadora

local y extranjera que aprovechó los altos precios de las materias primas para buscar mayores ventajas en otros mercados. Esta clase domina las finanzas, ejerce presión sobre los estados, y exige, al mismo tiempo, junto a los gabinetes de gobierno, mayor liberalización del mercado norteamericano (oposición al ALCA). En la mayoría de casos no se plantea, en último análisis, una oposición al neoliberalismo, sino más bien relaciones de mercado más competitivas y menos unilaterales por parte de EEUU. Esto evidentemente debilita la política norteamericana acostumbrada al saqueo incondicional y a tener regímenes clientes totalmente sumisos a sus designios. Estos gobiernos buscan y firman tratados de libre comercio con otras naciones más favorables a la entrada de sus productos (UE, países Asiáticos y comercio local y regional). Sin embargo, al mismo tiempo se avanza poco en un proyecto verdadero de integración solidaria (ALBA) y desarrollo
endógeno.

Fortalecimiento de la derecha, debilitamiento de los movimientos sociales

En la mayoría de países donde triunfó electoralmente la centro izquierda, ésta tuvo que buscar alianzas para conseguir gobernabilidad. La reprimarización de la economía condujo a estos gobiernos a basar su política económica en consolidar el sector agro minero del cual obtenían grandes dividendos y les permitía llevar a cabo programas sociales tendientes a superar la crisis social de inicios de siglo. El equilibrio de poder constituido por la centro izquierda basada en sus alianzas con los grandes productores y exportadores agro mineros y sectores financieros por un lado, y la base electoral compuesta por la clase trabajadora urbana y rural de clase media y baja por el otro, terminó por desplazar la correlación de fuerzas hacia la derecha agro minera con mucha influencia en la economía [1].

La incapacidad para adelantar cambios estructurales profundos, para modificar las relaciones de propiedad de la tierra, para organizar efectivamente al movimiento popular como motor estratégico de cambio, trajo como resultado un debilitamiento de la centro izquierda y un fortalecimiento creciente de la derecha, ahora a la ofensiva. Los movimientos sociales se debilitaron, perdieron influencia y en algunos casos militantes.

En resumen, los gobiernos de centro izquierda, por falta de voluntad o incapacidad, adelantaron una "revolución pasiva" funcional a la supervivencia del sistema capitalista cuya crisis orgánica a inicios de siglo era evidente [2]. Esto es, con consignas progresistas resignificadas (cambiando algo, para que nada cambie), administraron la crisis neoliberal, aceitaron los engranajes del sistema, y devolvieron la legitimidad a las instituciones. En última instancia, concientes o no, reconstruyeron la hegemonía dominante y dieron paso al resurgimiento de derechas.

La derecha retoma la ofensiva

Al contrario de la izquierda tradicional que solo se moviliza en tiempos de campaña electoral y privilegia la lucha parlamentaria, la derecha en cambio, con sus grandes recursos, utiliza todos los medios a su alcance para recuperar su hegemonía. En todos los países controla los grandes medios de comunicación que desarrollan fenómenos mediáticos pro fascistas (Colombia), campañas de descrédito multimillonarias (Venezuela, Ecuador); han logrado proyectos separatistas (Bolivia) donde la oligarquía agro minera controla varias provincias ricas en recursos; han promovido iguales proyectos en el estado de Zulia (Venezuela), con la infiltración creciente de grupos paramilitares colombianos, y en Guayaquil (Ecuador). En Brasil, la oligarquía agro exportadora, las inmensas inversiones extranjeras en megaproyectos de agro combustibles y exportación agrícola, con la complicidad del gobierno, han desplazado miles de campesinos, debilitado y perseguido a los Sin Tierra (MST) y deforestado millones de hectáreas. En Argentina, la oligarquía agraria ha movilizado miles de personas en un paro que buscaba concesiones sobre los impuestos de exportación gubernamentales.

Así mismo, la derecha ha logrado constituir una base social fuerte en varios países y ha combinado la lucha parlamentaria con la movilización callejera de manera efectiva. Ha utilizado la movilización masiva para consolidar proyectos de ultra derecha (Colombia), avanzar sobre campañas de derrota a las políticas progresistas (referéndum en Venezuela), bloquear carreteras y parar la economía (Argentina) y consolidar proyectos separatistas (Bolivia).

En la mayoría de países la embajada norteamericana y agencias como la National Endowment for Democrcy (NED) han gastado miles de dólares en financiar partidos de oposición, dar asesoría sobre propaganda electoral, promover candidatos de derecha y desestabilizar gobiernos adversos a sus intereses, al tiempo que reactivan la IV flota caribeña y dan millones de dólares en ayuda militar a gobiernos terroristas como el colombiano.

De igual forma, la derecha ha promovido la violencia callejera y el terrorismo en varios países. Ha creado grupos de choque para hostigar simpatizantes del gobierno central en Bolivia y Venezuela, grupos armados privados para desplazar campesinos en Brasil y Colombia, y consolidar así megaproyectos agro mineros y energéticos.

El mito del reformismo: Nuevos ropajes, viejas ilusiones

Contrario a lo que sucedió con la socialdemocracia europea "de fines del siglo XIX y las primeras seis décadas del XX, en países beneficiados por un desarrollo económico, político y social capitalista basado en la explotación colonial y neocolonial, que les permitió acumular excedentes y redistribuir una parte de ellos entre los grupos sociales subordinados"[3] ;en America Latina la transnacionalización y desregularización de las economías, su creciente dependencia respecto al capital financiero internacional, y el Nuevo Orden Mundial impuesto, creó un mecanismo de seguridad que restringía aún más a los gobernantes la toma decisiones de manera autónoma o el desarrollo de proyectos de reforma progresista. Así mismo, después de la pacificación y la derrota política sufrida por la izquierda en las décadas anteriores, donde se instauraron dictaduras de "seguridad nacional"y el imperialismo usó la intervención directa y la lucha contrainsurgente para destruir los movimientos revolucionarios de los años sesenta y setenta, se abrió en los noventa un escenario donde el imperialismo reconstruyó la hegemonía burguesa, instaurando la "democracia neoliberal" como forma única de gobierno en la región De esta manera, el imperialismo puede "tolerar" ciertos gobiernos de centro izquierda, siempre y cuando respeten las reglas del juego, puesto que puede garantizar que, aunque en las urnas se vote por un candidato de izquierda, la economía siempre va a estar sujeta a las políticas de mercado. Esto restringe enormemente las posibilidades de llevar a cabo reformas progresistas en la región. Los gobiernos de centro izquierda tienen enorme dificultad para implementar cambios de fondo, redistribución de tierras y en pocos casos renacionalización de empresas. Las elites agro mineras se niegan a compartir o redistribuir sus enormes dividendos obtenidos de los altos precios de las materias primas y presionan a los gobiernos para desregularizar la economía y profundizar el neoliberalismo. Al tiempo que el imperialismo sigue desarrollando una política contrainsurgente en Colombia y amenazando con una intervención en Venezuela, donde la recuperación de la empresa estatal petrolera ha permitido al gobierno llevar a cabo proyectos alternativos "intolerables" para los poderosos.

En resumen, ni hoy, ni nunca han existido las condiciones para adelantar en América Latina un proyecto reformista equiparable al de la socialdemocracia europea (ni siquiera en la etapa desarrollista de mitad del siglo pasado). Más aún, reformas progresistas básicas de hoy se topan con el obstáculo de la hegemonía neoliberal.

Los sectores de izquierda que pretenden reeditar hoy, incluso con lenguaje marxista, las viejas ilusiones reformistas del pasado, o aquellos que hacen un llamado al "realismo", o a construir un "capitalismo nacional", abandonan en la práctica el proyecto estratégico de la revolución a largo plazo y terminan, en última instancia, siendo funcionales a la reconstrucción de la hegemonía capitalista.

Los desafíos de la izquierda revolucionaria: construcción de poder alternativo, lucha por la hegemonía socialista

La relación entre la estrategia y la táctica políticas ha sido siempre un problema que ha generado debates en la izquierda a través de la historia. Sin embargo, la historia misma ha demostrado que los movimientos políticos de izquierda exitosos han logrado percibir los momentos tácticos en su relación dialéctica con el objetivo estratégico (sin nunca perderlo de vista); han tenido presente siempre la categoría de totalidad a la hora de analizar las tareas políticas inmediatas; han percibido, más allá de los fenómenos superficiales del momento, los aspectos generales de tendencia de una época, y se han preocupado en todos los casos por incentivar la iniciativa política directa del campo popular como motor de transformación revolucionaria.

En la práctica, sin embrago, muchos movimientos políticos se pierden en las tareas del día a día, caen en el rutinarismo, tienden a desligarse de los movimientos sociales, y poco a poco se dejan arrastrar por el chantaje institucional.

Si la izquierda revolucionaria se caracteriza por promulgar el socialismo como la alternativa política a conquistar por el campo popular, por plantearse la lucha por el poder como el objetivo estratégico a lograr, en la mayoría de casos esa estrategia práctica se diluye de facto. Por ejemplo, si un objetivo primordial para avanzar sobre el proyecto revolucionario es lograr una apertura democrática nacional, la izquierda se pierde en las tareas más o menos inmediatas de la lucha electoral-parlamentaria o en las coaliciones electorales; no las percibe en la práctica como un momento táctico, aunque importante en ciertos casos, siempre dependiente de una totalidad más abarcativa de la lucha social: descuida o abandona la creación de poder alternativo extra institucional, la organización y movilización popular, y en último análisis, la lucha antisistémica y la organización revolucionaria.

Desde la institucionalidad burguesa es imposible construir una contra-hegemonía socialista. Aunque, tal como lo percibía Gramsci, los espacios de la democracia burguesa son un campo de batalla que pueden permitir ganar ciertas posiciones ("guerra de posiciones"), la creación y consolidación de una hegemonía socialista se desarrollan principalmente desde la organización y la lucha social.

La educación y organización política de base, el impulso y reconstrucción de los movimientos sociales, la articulación de las luchas parciales hacia los objetivos comunes, la lucha por la hegemonía , el desarrollo de poder dual (poder local alternativo que le dispute el poder a la burguesía) y la relación indisoluble entre dirigentes y movimientos sociales serán factores decisivos que permitan desbalancear la correlación de fuerzas a favor del campo popular y consolidar proyectos alternativos duraderos.

En la actualidad, los crecientes costos en el nivel de vida de la población, la crisis alimentaria producto de los nefastos proyectos de agro combustibles, la crisis mundial capitalista y el creciente descontento popular son condiciones que posibilitan retomar la ofensiva, siempre y cuando la izquierda revolucionaria sea capaz de organizar al campo popular, más allá de la lucha electoral, y de impulsar la rebeldía hacia la lucha por el socialismo.

Referencias:

1. Las paradojas del desarrollo en América Latina. Petras, James.
2. Crisis orgánica y revolución pasiva: el enemigo toma la iniciativa. Kohan, Nestor.
3. La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿sujeta a la hegemonía neoliberal o construyendo una contra hegemonía popular?


Camilo Moreno
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=37952

Comentrios y FORO...

Organizaciones realizan acto en San Pablo

Adital

Diversas organizaciones sociales de todo el mundo realizan a partir de mañana (28) diversas actividades para celebrar la Semana de Movilización Global contra la Guerra y el Capitalismo que se extenderá hasta el 4 de abril. En San Pablo, sindicalistas, mujeres, sin-tierras, jóvenes y otros movimientos sociales participan de una marcha en defensa de los derechos laborales y sociales, pidiendo el fin de los despidos, la reducción de los intereses e inversiones públicas.

La programación de la Semana de Movilización fue discutida por la Asamblea de los Movimientos Sociales, durante el Forum Social Mundial de Belem, Pará, Brasil. Están previstos tres grandes momentos: mañana (28), habrá movilizaciones alrededor de la reunión del G-20, que se reunirá en Londres, a comienzos de abril; el lunes (30), será el día de movilización contra la guerra y la crisis y de solidaridad con el pueblo palestino; el día 4 de abril, habrá actividades en protesta por los 60 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

El lunes (30), la Marcha Mundial de las Mujeres participa del acto unificado en defensa de las trabajadoras y de los trabajadores, al lado de las entidades más representativas del movimiento sindical, estudiantil y popular. Bajo el lema "¡Trabajadores y trabajadoras no pagarán la crisis!", la marcha comenzará en la Avenida Paulista y seguirá hacia el centro de la ciudad. El acto estará acompañado por acciones y demostraciones en ciudades de todo el país.

"Pasaremos por la Fiesp, donde protestaremos contra los despidos y en contra de las condiciones de trabajo. Después partiremos en dirección del Banco Central, donde demandaremos un cambio en la política económica, con la reducción de la tasa de intereses. Por fin, llegaremos a la Bolsa de Valores, donde los movimientos sociales vamos a presentar una plataforma de lucha", afirma Sonia Coelho, de la Marcha Mundial de Mujeres.

El día 30 de marzo también es simbólico, pues en esta fecha se recuerda la defensa de la tierra Palestina, la solidaridad contra la política terrorista del Estado de Israel, por la soberanía y autodeterminación de los pueblos. "Queremos enfocar la cuestión de la guerra en estas manifestaciones. La guerra, de una manera particular, afecta directamente la vida de las mujeres, principalmente en la cuestión de la violencia sexual y de la sobrecarga de trabajo, cuando las mujeres se quedan con la responsabilidad de cuidar a los enfermos, a los ancianos y a los niños", destaca Sonia.

Ciudades de todo el mundo realizarán manifestaciones en contra de la crisis y en contra de la guerra. En Europa, las manifestaciones tendrán lugar principalmente en Londres, en razón de la reunión del G-20, y en Estrasburgo, a causa del encuentro de los miembros de la OTAN. En Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Cataluña, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda (Países Bajos), India, Italia, Noruega, País Vasco, Pakistán, Québec, Kenia y Reino Unido (Escocia e Inglaterra) también se realizarán manifestaciones.

"En este momento de crisis financiera, que también es alimentaria y energética, sólo hay una salida: unidad de lucha de los movimientos sociales. Es importante que diversas miradas constituyan un proceso común de lucha, pues un solo sector no puede dar una respuesta efectiva a esta crisis. Tenemos que mostrar nuestro descontento en las calles, porque las grandes empresas siempre son socorridas, pero el trabajador común no recibe ayuda", resalta la militante feminista.


Adital
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=37942

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Por qué no me callo

Julio Herrera

El amargo desconcierto que el nuevo rumbo de los procesos sociopolíticos mundiales deja en los espíritus solidarios y progresistas; la frustración de quienes han visto la esterilidad de sus sacrificios y de su vida, consagrada a la redención de la plebe alienada y subyugada; la tristeza infinita que la vileza del vulgo genuflexo deja en las conciencias inflexibles; la cólera inaudita de quienes han creído en el apostolado de los ideales, en el sacerdocio de la solidaridad, y ven de repente su credo y su evangelio pisoteados por los tumultos despavoridos ante el “!sálvese quien pueda!” de la hora actual; el desaliento invasor, la desconfianza que cae en el ánimo tras el naufragio de fortalezas sociopolíticas que creíamos monolíticas; la impotencia ante el despotismo; la nostalgia de tiempos épicos…, ...todo eso sume el alma en una quietud funeral..., todo eso tiende a arrojar el alma estupefacta en el limbo inmutable del desdén, ...del desprecio... y del silencio.

Pero el silencio no es la solución, porque el silencio no combate la decadencia ni la decrepitud de la humanidad. El silencio es el sello definitivo de la muerte, y la muerte, aunque nos libera de las miserias cotidianas de la vida, no combate la iniquidad ni la decrepitud de los seres vivientes. Es a causa del marasmo y del silencio que muere nuestro corazón en la hipertrofia y que los pueblos mueren en la ignominia de su muda resignación. Sólo el combate por una vida digna de ser vivída salva de la decrepitud y de los despotismos. Sólo el combate crea la vida, porque la vida es un combate: el de la supervivencia. Resignarse, es decir capitular, es morir.

Sí. Luchar o morir es el dilema de la hora actual. Pero si optamos por la vida no debemos concederle tregua al desaliento ni a la resignación. Es sólo cuando nos resignamos cobardemente a la derrota que estamos definitivamente vencidos. Porque aunque estemos intimidados por los sicarios de las tiranías para la acción justiciera, no estamos amordazados para decir la verdad acusadora.

Por eso no callo, porque callarse es abdicar, es capitular, cuando no es hacerse cómplice de los tiranos.

Por eso no callo, porque el combate de la verdad contra la falsedad es el deber ineludible de la hora actual, y porque es solamente ante una justicia real, ante una democracia auténtica, que le es permitido el silencio a un hombre honesto con su propia conciencia y solidario con los oprimidos.

¡No me callo porque hay que gritar la verdad desnuda a los cuatro vientos, y que ella resuene alto y sin miedo, como un clarín de guerra en ésta somnolencia de rumiantes que los cobardes llaman "paz". Que ella despierte en nuestra sangre latina el recuerdo de nuestros postulados ancestrales, de nuestros héroes y de nuestras epopeyas olvidadas; que ella denuncie ésta virtual libertad condicional del mundo, éste auténtico estado de sitio impuesto por el neoliberalismo depredador; que ella grite ALERTA! ante las seducciones neoliberales que son sólo emboscadas comerciales, y que, con su verbo colérico y sincero, ella derribe de sus altares y pedestales a los ídolos y dioses de la iniquidad!

Por eso no callo, porque hay que pregonar la fecundidad prodigiosa de la solidaridad y de los ideales progresistas a quienes huyen por la senda cobarde de la apostasía, y porque decir la verdad debe ser la divisa de las conciencias solidarias e insobornables, de los latinos orgullosos de serlo,…y de todos los hombres que crean merecer ese calificativo.

Por eso no me callo, porque decir la verdad es el deber prioritario de las conciencias inalienables, y porque el silencio cobarde es el conformismo, es el sedentarismo moral que elude la batalla.

No callo porque me rebelo a silenciar la voz de mi conciencia y la furiaroja de mi corazón, porque en mi conciencia solo manda mi corazón y en mi corazón solo manda mi conciencia; no callo porque, al igual que Fidel y Chávez, mi verbo rojo no se amedrenta ante perfumados monarcas hispanos ni ante azufrados emperadores yanquis; porque mi verbo es un sonoro ¡YO ACUSO! ante aquellos que venden nuestra América latina, ante aquellos que la compran y ante los proxenetas que la deshonran, la violan y la prostituyen!

Por eso no callo, porque decir la verdad, toda la verdad, y sólo la verdad ante el jurado de la humanidad es el deber primordial de la hora actual, aunque los victimarios de la humanidad se hayan constituido en los jueces de ella. Hay que gritar a los traficantes de pueblos que con su dinero podrán tal vez sobornar tiranos y comprar mercenarios, ¡pero que no lograrán comprar el veredicto final de los pueblos y de la historia!

El imperio de las tinieblas no tiene sino un sol que las disipe: la verdad. Es a la sombra del silencio y la resignación que prosperan el mal, las tiranías y los imperios. He ahí porqué callar en esta época de oprobio es agregar un oprobio más a la época infame. He ahí porqué todas las conciencias nobles y rebeldes a las tiranías tienen el deber de dar a los hombres la luz de ese sol de la verdad.

Decir la verdad luminosa en ésta época de tinieblas sociopolíticas es el deber de toda conciencia honrada. Y ése deber no se discute ni se delega: ¡SE CUMPLE!


Julio Herrera
http://cultural.argenpress.info/2009/03/por-que-no-me-callo.html

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