miércoles, 30 de septiembre de 2009

Porque no nos conocemos

Walter Dennis Muñoz, Periodista


"Para el solitario toda compañía es una ficción"...
(Tomado de Ortega y Gasset).

¿donde esta tu hermano?
(La Biblia)

En la teoría de la acción comunicativa que propone J. Habermas podemos encontrar cuatro modelos de acción determinantes, de acuerdo a las funciones que el lenguaje cumple. En el modelo teleológico de acción se concibe el lenguaje como un medio más a través del cuál, los hablantes que se orientan hacia su propio éxito, pueden influir los unos sobre los otros con el fin de mover al oponente a formarse opiniones o a concebir las intenciones que les conviene para sus propios propósitos....

En la versión fílmica de Blanca Nieves donde actúan Vanesa Redgrave y Vincent Price, hay un símbolo visual sumamente significativo para graficar este lenguaje funcionalizado al discurso monológico y solipsista que ha orientado el pensamiento hasta nuestros días, a pesar del cambio paradigmático que desde el lenguaje surge con nombres como Ch. Sanders Peirce, Wittgenstein, Benveniste, Habermas,.etc,etc.

Hay un momento final, cuando la reina malvada piensa que Blanca Nieves ha muerto (símbolo terriblemente sugestivo inscripto en toda dictadura de cualquier especie donde el contrincante u oponente sólo sirve si está muerto...) y le pregunta al espejo central, representado por el rostro de Vincent Price, quién es la más bonita del reino y este le contesta: Blanca Nieves. En ese momento, el símbolo del espejo, de la conciencia monológica, llevado a un extremo patológico por esta mujer reacciona contra este egoísmo insoportable y le dice que, desde ese momento, por sus excesos, está condenada a no poder mirarse más en ese espejo. Ella se irrita y le contesta, que en su castillo hay muchos espejos. El espejo central le informa, que cuando ella se mire en cualquier espejo, este se oscurecerá. Cuando corre a mirarse en uno de ellos y este se ennegrece, se desespera, cae al suelo desesperada, llorando de ira...entonces el espejo central con el rostro de Vincent Price mira a cámara y dice, FIN.

Desgraciadamente es solamente una película, en lo fáctico, cada día, en el discurso político, educativo, social en general, el quehacer monológico marcha viento en popa.

En la película El Candidato, Robert Redford representa un candidato construido por especialistas en imagen que van desactivando todo intento original o de sinceridad del mismo con el fin de lograr una simetría simbólica entre el candidato virtual y las aspiraciones pragmáticas de sus futuros electores quienes sólo existen como tales. Al final, cuando se ha triunfado, Redford lleva a su jefe de campaña a un lugar aparte del bullicio triunfador y le pregunta: y ahora que haremos?....

Habermas, lo he escrito antes, dirá que la tarea actual del pensamiento y la acción es pasar del paradigma de la conciencia monológica al paradigma de la comunicación. Como recordé anteriormente, del yo pienso, dirá Apel, al nosotros argumentamos.

En el lenguaje cotidiano denominamos realidad a lo que está en nuestro entorno incluida una percepción de nosotros mismos. De allí surge aquello de "ser realistas" cuando no estamos de acuerdo con alguna situación social específica, por ejemplo, la pobreza creciente, los bajos salarios docentes, la inseguridad laboral, la niñez a la deriva, etc, etc.

Propongo denominar esta situación como "lo fáctico" Lo fáctico es aquello que se encuentra del modo de una fotografía periodística. Representa un encuadre, un ángulo, un plano de cierta perspectiva de un componente privilegiado de un hecho. Es lo que está dado dentro de la perspectiva fragmentada de una realidad.

Si cualquiera de nosotros fuésemos designados para ver un determinado accidente, una película, una conducta pública,etc, lo que tendríamos sería UNA INTERPRETACION de varias posibles de un determinado acontecimiento. Esa interpretación descansa en distintos niveles discursivos en los cuales asentamos nuestra percepción conceptual. De tal modo que no sólo por lo fragmentario y particular es incompleto el enfoque, lo es también por el más o el menos nivel simétrico de actualización cultural que poseamos, junto a la ausencia de respuesta conceptual más simétrica y la altura de las propuestas, para generar un disenso que enriquezca un consenso participativo.

Llamo realidad a aquello que permite una vigencia de saberes como parámetro de consensos, del mismo modo que de normas y valores consensuados por toda la comunidad de un Estado -Nación, en un contexto universal. De ese modo, lo fáctico no es más que una determinación particular que se presenta como una vigencia aceptada por todos. Lo real es aquello que constituye un consenso vigente de toda una comunidad ya sea total o parcial. Es parcial un consenso cuando se da en una determinada comunidad de comunicación como por ejemplo, la comunidad docente, o la comunidad política, o la religiosa, etc. Pero ese consenso requiere una articulación a la totalidad de la comunidad social, cultural y personal para ser una realidad de primer grado. De otro modo estamos en presencia de un modo unilateral de realidad que es claramente lo fáctico, lo determinado arbitrariamente. Esto nos lleva a postular una apreciación de la realidad social como consenso en un momento determinado de la historia como sistema articulador de los disensos. Y a una apreciación de lo fáctico como criterio de imposición de un fragmento sobre la totalidad como sistema de dominación que se impone por una manipulación de lo simbólico, por lo tanto, del lenguaje, de allí a las estructuras materiales.

El caballero de los espejos, es lo fáctico, que pretende deformar el realismo quijotesco. Hay que procurar que a los fácticos se les oscurezcan los espejos monológicos para que les quede una sola salida. Verse y descubrirse en el otro.

Quisiera simplificar la importancia de conocernos de modo productivo para el cambio que podría llevar a nuestra especie a un mundo sin hambre, sin niños esclavos o de la guerra, sin un patológico juego infernal de venta de armas, sin tantas cumbres y más trabajo solidario en el llano, con esta reflexión en formato poético.

Porque no nos conocemos no sabemos como el sol
Enciende los frutos de la tierra
Y como se ennoblecen las manos
En el trabajo cotidiano del hombre de esa tierra
(Hombre de la tierra elaborado para tarjeta postal
Para cuento costumbrista para canción folklórica
Pero poco para ciudadano para leyes laborales
Para acceder a la tierra productiva)

Porque no nos conocemos no sabemos porque el mar
Reposa en las rocas su espuma
En la faena periódica de entregarnos sus frutos
Entre las redes fértiles del hombre de ese mar…

Porque no nos conocemos no sabemos como la flor
Ennoblece su dádiva en la abeja
Y nos ofrece en los días amargos
El diálogo armónico del universo
Que es el sabor dulce de su entrega

Porque no nos conocemos no sabemos como crece
O muere el niño entre la tierra herida y la agonía materna
E irrumpe en el hombre como una daga viviente
Por el grito del vientre abortado por la pobreza
Por todos los partos de tantas mujeres

Porque no nos conocemos no sabemos como los niños
Mueren en silencio
Y sus sonrisas amputadas no alteran nuestro paso
Envuelto en el individualismo egoísta
Sostenido en las sonrisas sin niños

Porque no nos conocemos no sabemos como la vida
Fluye su leche y miel a cada instante en esta nuestra tierra prometida
Y en el encuentro del hombre con el hombre
Pospuesto en todos los encuentros
Podría alimentar nuestro tiempo
Y solo lo sabremos
Cuando tu y yo nos conozcamos
Y conozcamos en ese acto universal a todos los hombres

Walter Dennis Muñoz, Periodista

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Mi verdadero YO

Paz Rosales

Cuando aprendí que mi verdadero ser no es el “yo” a que me refiero cuando digo “yo” se me abrió una ventana al infinito y empecé a verlo todo de otro color: el color de la fraternidad, el color de una humanidad pacificada, solidaria y feliz.

Pero confieso que esta visión no ha llegado todavía a mis entrañas, solo parece que está en mi mente… aunque ya es algo.

Nuestro verdadero YO, nuestra identidad profunda no está en nuestro cuerpo, nombre, familia, nacionalidad, psicología, carácter, etc. etc. ese “yo” es provisional, el que necesitamos mientras vivimos en este planeta. Al final desaparecerá y quedará en el cementerio. Le llamo “el pequeño yo”.

Tenemos también otro “yo” no solo pequeño sino indeseable. Es el que nos creemos que somos y que no coincide con nuestra realidad. Por ejemplo: El señor García llegó a ministro y ufano con el ascenso se identifica con su cargo y se cree que es de verdad ministro cuando sigue siendo un simple ser humano.

Y sin necesidad de tener un cargo, sino simplemente creerse ser alguien según una imagen que uno se ha forjado en su idealismo. Todos o casi todos tenemos un “ego” que se irrita cuando le contrarían, pretende dominar, sobresalir, ser protagonista, hacerse el centro del mundo, etc. etc.

La mayoría de los humanos no sabemos que nuestra verdadera Identidad es el AMOR, esa Mente o Energía que mueve el Cosmos y que todos, junto con toda la creación formamos una gran red con infinitos nudos porque todo está entrelazado e interrelacionado. No lo sabemos porque nuestro nivel de conciencia actual todavía no ha dado un paso adelante en la evolución. El paso a una nueva conciencia de unidad con todo.

Algunos sí que llegaron, siglos atrás y actualmente muchos están abriendose a esta nueva visión de la Realidad.

Creo que el mundo sigue evolucionando y con él la conciencia de los seres humanos y poco a poco acabarán las enemistades, los egoísmos, las ambiciones particulares, los sistemas económicos perversos como el que tenemos ahora.

Mientras tanto, empezaré por cultivar esa nueva visión y compartirla con otros.

Paz Rosales

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sábado, 26 de septiembre de 2009

Ser humano: poético y prosaico

Leonardo Boff

Uno de los más inspirados poetas alemanes, Friedrich Höderlin (1770-1843), dijo lo siguiente: «El ser humano habita poéticamente la Tierra». Este pensamiento lo completó luego un pensador francés, Edgar Morin: «El ser humano habita también prosaicamente la Tierra». Poesía y prosa además de ser géneros literarios, expresan dos modos existenciales de ser.

La poesía supone la creación que hace que la persona se sienta tomada por una fuerza mayor que le trae conexiones inusitadas, iluminaciones nuevas, rumbos nuevos. Bajo la fuerza de la creación la persona canta, sale de la rutina y asume caminos diferentes. Surge entonces el chamán que se esconde en cada persona, esa disposición que nos hace sintonizar con las energías del universo, que capta el pulsar del corazón del otro, de la naturaleza y de Dios mismo. Por esta capacidad se descubren nuevos sentidos de lo real.

«Habitar poéticamente la Tierra» significa sentirla como algo vivo, evocativo, grandioso y mágico. La Tierra es paisajes, colores, olores, fascinación y misterio. ¿Cómo no extasiarse ante la majestad de la selva amazónica, con sus árboles cual manos tendidas hacia lo alto, con la maraña de sus lianas y enredaderas, con los sutiles matices de sus verdes, rojos y amarillos, con los trinos de las aves y la profusión de sus frutos? ¿Cómo no quedarse boquiabierto ante la inmensidad de las aguas que penetran lentamente en la espesura y descienden mansamente hasta el océano? ¿Cómo no sentirse lleno de temor reverencial al caminar horas y horas por la selva virgen, como varias veces me tocó hacerlo con Chico Mendes? ¿Cómo no sentirse pequeño, perdido, un bichito insignificante ante su incalculable biodiversidad?

Habitamos poéticamente el mundo cuando sentimos en la piel el frescor suave de la mañana, cuando padecemos bajo la canícula del sol de mediodía, cuando nos serenamos al atardecer, cuando nos invade el misterio de la oscuridad de la noche. Nos estremecemos, vibramos, nos llenamos de ternura y nos extasiamos ante la Tierra en su inagotable vitalidad, y al encontrarnos con la persona amada. Entonces vivimos el modo de ser poético.

Lamentablemente son ciegos y sordos y víctimas de la lobotomía del paradigma positivista moderno quienes ven la Tierra simplemente como un laboratorio de elementos físico-químicos, como un conglomerado inconexo de cosas yuxtapuestas. No, ella está viva, es Madre y Pachamama.

También habitamos la Tierra prosaicamente. La prosa recoge la cotidianidad y el día a día gris, hecho de tensiones familiares y sociales, como los horarios y los deberes profesionales, con discretas alegrías y tristezas disimuladas. Pero lo prosaico también esconde valores inestimables. Se descubren tras una larga estancia en un hospital, o cuando regresamos presurosos después de pasar penosos meses fuera de casa. Nada más suave que el sereno transcurrir de los horarios y de los quehaceres domésticos y profesionales. Nos da la sensación de una navegación tranquila por el mar de la vida.

Poesía y prosa conviven y se alternan de tiempo en tiempo. Tenemos que velar por lo poético y lo prosaico de nuestras vidas, pues ambos se complementan y ambos están amenazados de banalización.

La cultura de masas ha desnaturalizado lo poético. El ocio, que sería el momento de ruptura de lo prosaico, ha sido aprisionado por la cultura del entretenimiento que incita al exceso, al consumo de alcohol, de drogas y de sexo. Es una vivencia poética, pero domesticada, sin éxtasis; un disfrute sin encantamiento.

Lo prosaico ha sido trasformado en simple lucha darviniana por la supervivencia, extenuando a las personas con trabajos monótonos, sin esperanza de gozar del merecido ocio. Y cuando éste llega, resultan rehenes de quienes han pensado todo por ellas, organizan sus viajes y les fabrican experiencias inolvidables. Y lo consiguen. Pero como todo es artificialmente inducido, el efecto final es un doloroso vacío existencial. Y entonces les dan antidepresivos.

Saber vivir con levedad lo prosaico y con entusiasmo lo poético es indicativo de una vida plenamente humana.


Leonardo Boff
http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=347

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Bush era blanco

Rafael Fernando Navarro

“El negro nos dirá a los españoles que Zapatero es nuestro redentor” Este discriminatorio concepto de la negritud, referido al Presidente de los EE.UU, ha salido de la mente de un colaborador de L’ Osservatore Romano, periódico oficial del Papa y de la Curia católica: Juan Manuel de Prada. Nada ha dicho la Conferencia episcopal ni su portavoz Martínez Camino. Los Obispos no pueden ocuparse de condenar semejante discriminación tal vez porque están de acuerdo con ella o porque ya se han ocupado de reprobar la actitud del Negro Obama que autoriza el estudio y la aplicación de las células madre y se muestra abiertamente defensor de los matrimonios homosexuales. Por el contrario, han mostrado rápidamente su indignación contra el Parlamento español por la posibilidad, por otra parte frustrada, de censurar al Papa volcado en culpar al condón de la difusión del sida. El Papa coincide con el colaborador de su periódico, el ilustre Prada: “Los repartidores de condones son los creadores del sida”.

El hombre es una alegría para sí mismo en la medida que su evolución le permite acoger al otro como una alegría en la existencia. No hay hombre y mujer, blanco ni negro, superior ni inferior. Somos el gozo de nosotros mismos en un cosmos jubiloso y fuente de misterio. Quien necesita las distinciones, las diferencias, quien exige estar por encima del otro, simplemente dura, no existe como humano.

Buhs era blanco, como Juan Manuel de Prada. Despreció las soberanas decisiones de un gobierno, el español, elegido democráticamente. Invadió ilegalmente un país, Irak, ocasionando miles de muertos. El Presidente Aznar, jaleado por sus seguidores en el Parlamento, firmó con los pies encima de la mesa oval nuestro compromiso con la destrucción irakí. Buhs era blanco. Contribuyó decisivamente al aumento del hambre en el mundo porque el dinero debía ir destinado a las bombas de racimo. Arrimó el hombro en el hundimiento palestino intermediado por Israel. Buhs era blanco. Contribuyó decisivamente al descalabro de la economía mundial con su visión liberal del mercado. Estamos en la crisis que estamos en gran parte por su complicidad con los abusos del gran capital. Luchó contra la insoportable dictadura de Sadam levantando un imperio de petróleo sobre la sangre del pueblo. Prometió grandes beneficios a sus turiferarios, incluso sacarlos del rincón de la historia. Entregó a las empresas de su vicepresidente la tarea de reconstrucción de un país previa y calculadamente destruido. Implantó la tortura como método de interrogatorio despreciando las directrices de Ginebra. Creó guantánamos para vergüenza de la humanidad, despojando a sus secuestrados de los más elementales derechos humanos. Se coronó emperador y desfiló por la historia ante un Blair y un Aznar arrodillados a su paso triunfal.

Jefe de estado Benedicto XVI. De blanco entero. Jefe de estado Buhs. De oscuro entero. Se encontraron gloriosamente y coincidieron en la condena del aborto, de la homosexualidad, de la investigación científica. Tal vez porque Buhs era blanco.

Jefe de estado Benedicto. Condenando a Obama por apoyar decididamente la aventura investigadora, porque puede ayudar a mitigar el dolor humano, el hambre de continentes enteros, porque pide la colaboración de todos para la paz de todos, porque la mujer tiene derechos, porque los homosexuales exigen la plenitud del amor.

Buhs era blanco. Obama es negro. Tal vez la luz ya ha elegido la soberanía de los amaneceres.


Rafael Fernando Navarro
http://marpalabra.blogspot.com

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viernes, 25 de septiembre de 2009

Venezuela - Sin embargo

Melva Márquez

"La educación debía ser humanista” (Beltrán Prieto Figueroa)

Nunca quise ser eco / y sin embargo nunca quise ser sombra / y sin embargo nunca quise ser duelo / y sin embargo no quise ser escarcha / y sin embargo… Mario Benedetti (El mundo que respiro, 2001)

Y sin embargo insistimos en vivir. A pesar del presente que muchas veces nos agobia, insistimos en soñar, en diseñar el futuro con trazos de humanidad y con la tinta libre de la libertad. Confieso no haber querido sentirme ni eco ni sombra, ni duelo, ni escarcha, pero el carro de la vida lo empuja a una a enfrentar las ideas harto tiempo acariciadas con la realidad. Y entre esta realidad y las ideas, se baña la amistad que no sabe de tiempo ni de conveniencias ni de reclamos. Allí está Héctor Francisco Carmona y su testimonio de lucha revolucionaria, sus poemas esdrújulos y su cándida sonrisa en medio de amenazas, traiciones, olvidos y muecas. Sin embargo, camina flanqueado por el amor de quienes le rodean y están a su lado. Se empeñó el periodista poeta y con mucho gusto intentaré seguir su senda, es que ¿saben? nuestro país y nuestros niños de edad y sentimiento merecen que todos empujemos la carreta para que no nos suenen tanto sus ruedas.

El tema de la educación nunca pasa de moda. A lo mejor es porque es un tema medular para la vida del país. A lo mejor es porque siempre rompe paradigmas, sobre todo en los últimos tiempos a causa de los vaivenes ideológicos a los que se ha sometido el planeta o porque el avance de las telecomunicaciones en la sociedad urbana ha sido de tal magnitud que nos ha arropado y nos mantiene en un ¡ya va! constantemente. La educación es, pues, nuestro tema.

Nos hablan de varios tipos de educación. Nos dicen que la educación que recibimos en el hogar está más relacionada con los valores intrínsecos del ser humano, tales como el respeto, la dignidad, la solidaridad y el amor. Nos dicen que la educación que recibimos en la escuela tiene que ver más con contenidos enciclopédicos, con el aprender a pensar, a analizar y a construir esa arquitectura que conforma el conocimiento especializado y que no siempre se traduce en esos saberes que tenemos como pueblo. Hay otra educación, más simpática y más esquiva en los últimos tiempos, la que recibimos para comportarnos en el colectivo; entonces nos llaman “educados” porque cedemos el paso, no pegamos gritos ni somos agresivos de gratis, sabemos escuchar y hasta podemos llegar a sonreír sin cobrar por ello.

Nuestra condición de ser caribeños y tropicales hace que nuestras pasiones siempre estén a flor de piel. El sol con su calor picante mantiene alborotado nuestro gentilicio y entre la música, la política, las mandiocas, las catalinas y los apretones dentro del bus en las horas pico vamos construyendo lo que queremos. Así debe ser, asumirnos con nuestros errores y nuestras virtudes, con nuestra alegría y nuestro color en el caminar mientras vamos limpiando la maleza que siempre surge. Si nos vemos como un todo, construiremos todos. Si nos despreciamos a nosotros mismos o a nuestro alrededor, jamás saldremos adelante ni como colectivo, ni como país. La educación en nuestro país ha tenido muchos avances ¿Cómo negarlo? Ha avanzado en contenidos y número de docentes; ha avanzado en recursos y en dignidad, en especial en aquellas unidades educativas donde los niños reciben desayuno, almuerzo y servicios médicos.

En los últimos años muchas personas han visto la belleza que es saber leer -que saber leer no es saber deletrear-. En los últimos años muchas personas han cerrado esas ventanas abiertas que por múltiples razones les impidieron culminar sus programas de estudios. Ciclos en la vida que hay que culminar para emprender otros o simplemente para tener la satisfacción del ¡yo sí puedo!

De aquel sistema educativo copiado a la medida del sistema educativo francés en tiempos de Antonio Guzmán Blanco (1868) han pasado muchas historias. Apenas en 1948 tuvimos nuestro primer proyecto de Ley de Educación, sobre el cual se plasmaron muchas ideas innovadoras para el momento del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. Ya tan pronto como 1946, el maestro había indicado que el Estado debía ser docente (de allí el término estado docente), dado que la autoridad la ejerce el Estado, por lo que en materia de educación debe ser el responsable y el garante de su aplicación. En la exposición de motivos, el maestro Prieto Figueroa logró introducir el concepto de humanismo democrático, según el cual se debía educar a la persona para que con plena conciencia fuese un factor positivo del trabajo de la comunidad. Sostenía nuestro ilustre educador que la educación debía ser humanista desde la escuela hasta la universidad.

De aquella hermosa propuesta educativa que recomiendo leer para poder saber sobre qué tierra nos vamos moviendo, pasamos a la Ley de Educación de 1955, vigente hasta 1980 cuando fue sustituida por la Ley Orgánica de Educación, conforme con los principios de la Constitución de la República de 1961 (pasaron diecinueve años para acoplar la Ley de Educación a la Constitución). En esta Ley Orgánica de Educación también participó el maestro Prieto Figueroa. En muchos de sus artículos se reflejaba el trazo silente del maestro y aunque no se logró incluir el término estado docente, sí se plasmó la gratuidad de la enseñanza sin distingo de color de piel, origen étnico, condición socioeconómica, orientación sexual, género biológico, creencia religiosa o edad. Sin embargo, la presencia de la comunidad –que no comunidad educativa-, la familia y los valores éticos sociales no fue relevante. Llegó la Constitución de la nueva república en 1999 y con ella la necesidad de adecuar los contenidos de la LOE a esta nueva realidad.

Casi diez años después nace la nueva LOE en medio de protestas insensatas y mediáticas, en medio de muchos temores creados más por desconocimiento y manipulación de factores ajenos a la venezolanidad que por razones de humanidad. Leamos nuestra Ley Orgánica de Educación, fijémonos en la cantidad de avances de derechos individuales y colectivos que en ella se contemplan, veamos el crisol de valores individuales y sociales que ella refleja y asumámosla nuestra al acatarla y hacer que las autoridades la cumplan. Es la única manera que viva y se mantenga.

Sin embargo, la rechazan.


Melva Márquez
http://www.alterinfos.org/spip.php?article3847

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La voz de los sin voz

Walter Dennis Muñoz

Esta frase pareció en algún momento un acierto. Pero evidentemente no la es. La tarea era generar condiciones culturales, sociales y personales para que cada persona tenga competencia comunicativa y pueda traducir a palabras sus necesidades. Un ejemplo sencillo. En una hacienda los trabajadores deciden hacer una huelga por los salarios bajos y jornadas extenuantes diarias. Viene el sacerdote y se reúne con ellos y les dice: Vamos hijos, no se olviden que es el patrón el que les provee de leche para sus hijos y de los juguetes para navidad.

Si esos campesinos hubiesen tenido capacidad de lenguaje les habrían dicho al sacerdote.- Mire padre, si el patrón nos pagara salarios justos, nosotros compraríamos la leche y le compraríamos los juguetes de navidad a nuestros hijos.

¿Es el periodismo la voz de los sin voz? Obviamente no. ¿Es el colectivo político la voz de los sin voz? Aquí absolutamente no. ¿Es la comunicación alternativa ¿ Claramente no. Esta repite exactamente el mismo modelo de los modelos convencionales de comunicación. Más aún, es más fácil crear un acceso- jamás una participación- a un medio tradicional aunque sea en cartas al director. Lo que se escribe se acuña en un modelo unidireccional, demasiado pretencioso y con una terminología añeja y si miramos en Internet es una especie de mondongo a la jardinera que sigue las reglas que los grandes medios imponen olvidando un principio comunicacional que dice que en la batalla discursiva lo importante es quien constituye a quien. Lo alternativo responde a la conversación impuesta desde las estrategias mediáticas convencionales, por ejemplo, el de ser anticapitalista, democracia del siglo XXI, luchar por el pueblo, etc

Ortega relata una parábola en una de sus obras, la parábola del oso y el hombre. El oso cuida al hombre y le protege, cuando este duerme está a su lado, de pronto una mosca se para sobre la cabeza del hombre y esto el oso no puede permitir y de un manotazo mata la mosca….

El otro ejemplo de Ortega y Gasset es durante la revolución francesa. La esposa del carbonero le dice a la marquesa.- Ahora yo iré en su coche y Ud. estará en mi lugar.

La unión señores que hace la fuerza es lo más faccioso que he escuchado, prefiero la oferta crística de que la unión hace la justicia. Es bueno pensar que el texto bíblico no es solamente un texto de la religión también lo es de la cultura.

Finalmente una anécdota ocurrida en Chile con un presidente que cuando veía a dos ministros conversando en silencio en algún pasillo de la casa presidencial, La Moneda, se acercaba por atrás, les tomaba de los hombros y les preguntaba.- Como voy yo ahí?....Ironizando sobre un posible negociado.

Cada vez que leemos algo, escuchamos hablar a un político, religioso , sindicalistas, columnista o quien sea, es importante preguntarnos.- Como voy yo ahí….

Tomo partido por la razón y desde allí puedo reconocer a otros como seres competentes y capaces de construir pros y no anti, sin trajes mesiánicos ni vocabulario gastado. Compañeros de ruta para construir sociedades más justas.


Walter Dennis Muñoz, periodista

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jueves, 24 de septiembre de 2009

Violencia de género: goteo incesante

Markesa de Merteuil

Las noticias nos despiertan día tras día con nuevos casos de violencia. Violencia machista, violencia callejera, violencia en los colegios, violencia en cada esquina. Denuncias de maltrato, de abusos, de intimidaciones que son expresadas en voz alta para posteriormente ser retiradas. En ocasiones, hasta la denuncia es un modo de violencia más, ya que se fundamenta en hechos que realmente no acontecieron, desprestigiando así la palabra, deslegitimando situaciones similares hasta que se demuestre la veracidad de lo denunciado. La víctima ha de demostrar su terror, dado que, de lo contrario, su testimonio no resultará creíble. Y mientras algunos se lucran con testimonios falaces, otros lloran su cotideaneidad enchida de miedos a los que no parece llegar el fin. Miedos para los que no hay respuesta contundente que los ataje. La desprotección, por tanto, sigue siendo parte de nuestro día a día y, aunque a veces es simplemente psicológica, muchas otras es tremendamente cruda.

Hoy gritamos, sí. Hoy lloramos por las humilladas, las masacradas, las muertas en vida. Hoy pedimos medidas penales; hoy pedimos recursos; hoy pedimos agilidad; hoy pedimos soluciones. Hoy. Pero hoy nacen nuevos niños a los que no somos capaces de transmitir valores. Hoy nacen como individuos que necesitan desligarse de la sociedad para despuntar, para medrar. Hoy enseñamos que una pataleta sirve para conseguir antojos. Hoy restamos valor al ser social para centrarnos en el egocentrismo como medio. Hoy deshumanizamos a la sociedad, porque vivimos en una sociedad deshumanizada que carece de tiempo y de ganas de seguir avanzando como colectivo.

Y, lamentablemente, mientras no seamos capaces de mirar a cuantos nos rodean con una sonrisa en los ojos, mientras no apostemos firmemente por la búsqueda del bien común, mientras los demás nos resulten excesivamente ajenos, no lograremos desechar conductas tiránicas.

La educación como arma está en boca de todos, sí. Pero la educación del ser humano no es una responsabilidad de unos pocos. Todos debemos contribuir a formar en valores, en respeto, en tolerancia. Los profesores carecen de autoridad, en ocasiones arrebatada por los progenitores de sus alumnos con manifestaciones acaloradas en las que se exige una mayor consideración hacia el escolar; los padres carecen de autoridad, dado que ellos mismos reniegan de ella al negarse a imponer unas reglas mínimas de convivencia. El único objetivo, lograr que los pocos minutos en los que comparten espacio con sus hijos sean apacibles y, para ello, se valen de las nuevas tecnologías como "entretenimiento" con cierta capacidad "educadora" y de la compra de cariño mediante obsequios. Los medios de comunicación carecen de autoridad, ya que sus contenidos están a merced de los dictámenes económicos, definidos a partir de las exigencias de la audiencia. La audiencia carece de autoridad, dado que demanda un mayor control en los contenidos mediáticos y sin embargo consume carnaza, y aplaude peleas, y jalea encontronazos. Y sigue la maraña de responsabilidades, en las que los gobiernos también carecen de autoridad, ya que son incapaces de garantizar políticas que contribuyan a la conciliación de la vida familiar y laboral, permitiendo de este modo que las nuevas generaciones crezcan solas.

El goteo de víctimas es incesante. No sólo no se ha detenido, no sólo no ha decrecido su frecuencia, sino que va a más y, si consentimos la deshumanización social, crecerá. ¿Dónde está el freno? ¿Por qué nadie lo acciona?


Markesa de Merteuil
http://nomassilencios.blogspot.com/2009/09/goteo-incesante.html

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La pobreza, el poder y la conciencia

Thelma Martínez, teresiana, thelmastj@yahoo.com.mx
Nicaragua

La pobreza se nos mete en las venas… nos enferma y nos denigra. Nos oprime desde dentro y nos oprime desde fuera. Aunque, cuando nos oprime desde fuera, es más llevadera.

Cuando la pobreza se nos mete en la cabeza, en los pies, en las manos, en la mirada y en el corazón, nos nubla la conciencia. Nos hace sentir menos y nos pone al frente del más dañino de todos los espejos: los demás en comparación con nosotros, los pobres…

Entonces viene el poder a terminar de arruinarlo todo…

Y los pobres nos acercamos al que puede más porque esperamos que nos dé algo de lo mucho que tiene: su dinero, su influencia, su prestigio, su inteligencia, su belleza, o, simplemente, su cariño y preferencia. Y los pobres nos alzamos así al poder sobre nuestros semejantes, los otros pobres con los cuales, sin querer, también competimos. Los que se quedan abajo, se quedan tristes… deseando estar en el lugar que ocupamos los de arriba, los preferidos del jefe…

Y si la pobreza se nos mete en la cabeza, no valen los títulos universitarios que saquemos para “mejorar en la vida”, o los bienes personales ni las riquezas que después logremos (si las llegamos a tener). Porque siempre nos vamos a estar pensando como pobres… siempre nos vamos a creer menos que los demás… siempre vamos a estar compitiendo con aquellos que están cerca del poder. Siempre estaremos pensando en función de lo que no tenemos y quisiéramos tener… o, si llegamos al poder o al “éxito”, nos vamos a olvidar de lo que una vez no tuvimos… de lo que fuimos: pobres. Porque sentiremos vergüenza del recuerdo…

Si se nos mete en los pies, la pobreza nos hace haraganas… y miedosas… Y aprendemos a caminar detrás de los pasos de aquellos a quienes consideramos mejores… y nos detenemos con cada nuevo obstáculo. Y damos pasos de hormiga en aquellos lugares anchos, donde podríamos correr y hasta volar, porque no nos terminamos de creer que estamos ahí precisamente para correr o para volar. Y si no nos mete miedo la pobreza en los pies, nos hace mañosos… porque entonces buscamos siempre cómo aventajar al que viene detrás de nosotras, correr despacio, en zig-zag, nunca de frente, buscando cómo ponernos en lugares donde saquemos ventaja, donde nos arrimemos al poder y al bienestar, aunque eso signifique hacerle trampa a los otros. Pero… “tenemos que sobrevivir”, y aquí se trata de la ley del más fuerte…

Cuando la pobreza se nos mete en las manos, nos ata… Nos amarra y nos desfigura las manos. Nos inutiliza. Porque pensamos que es poco o nada lo que somos capaces de hacer. O nos hace sirvientas de las personas que ostentan poder, dinero o influencias. Nos volvemos serviles e intentamos contentar todo el tiempo a quien está en un “rango” superior al nuestro. Porque tenemos miedo que nos quiten el trabajo… ese trabajo que nos da de comer todos los días (si es que lo tenemos). Así, sin querer y sin que nos demos cuenta, la pobreza nos hace mendigas… y nuestras manos atadas se liberan sólo para ser extendidas para pedir… dinero, favores, privilegios, cariño, aprobación y compasión.

Si se nos mete en los ojos, la pobreza nos hace ciegas. No sabemos vernos por dentro, ni descubrir nuestras capacidades, oportunidades y espíritu de lucha. Sólo vemos lo que NO tenemos… y lo comparamos con lo mucho que otros tienen. Nos entra la tristeza… y la rabia. Y tampoco miramos a nuestro alrededor. No nos damos cuenta de que hay otras personas que están en peores condiciones y que, tal vez, podrían necesitar de nuestra solidaridad. Miramos con desconfianza, con la mirada turbia porque pensamos mal de los demás… porque en el fondo también pensamos mal de nosotros mismos.

Pero cuando nos conquista el corazón, estamos liquidadas… porque la pobreza conquista nuestras ganas. Y lo peor de todo, nos hace amarla, desearla y buscarla. Es una contradicción tremenda: por un lado, no queremos la pobreza porque nos hace sufrir. Por otro, amamos sentirnos víctimas… pobres, limitadas, excluidas. Y le echamos la culpa a los ricos del mundo, a los que tienen poder, a los que son “mejores” que nosotros, los pobres Pobres…

Y si la pobreza nos llega al corazón, nos nubla la conciencia. Ya ni siquiera somos capaces de decir quién somos… ni de dónde venimos, ni sabemos hacia dónde vamos. La sociedad no nos importa, porque ella misma tiene la culpa de que seamos pobres. Y los ricos nos pisotean sin que nosotros nos demos cuenta, o si nos damos cuenta, no protestamos, pues no hay nada qué hacer… Y los otros pobres son nuestros iguales hasta que nos hacen competencia y se quieren meter en nuestro camino y quitarnos las migajas a las cuales, por ser más pobres, tenemos derecho. Y si el sistema nos oprime no opinamos, y si opinamos y luchamos es porque los líderes nos lo dicen. Y así se nos pasa la vida diciéndonos que somos pobres, y que no es justo, y que pobrecitos nosotros que somos pobres, y que quiero quedar bien con el patrón, la jefa y los dueños. Pero también pisoteo a los otros pobres que están debajo de mí… Cuando la pobreza se nos mete en la conciencia, ni siquiera nos damos cuenta de fuimos nosotras mismas quienes entregamos nuestra propia dignidad, a cambio de un “bienestar”, y nos volvimos objeto de uso y de consumo de quienes ostentan un poder opresor.

Y todo esto, sin darnos cuenta… porque no fuimos capaces de despertarnos la conciencia.

Al final, pienso que el problema no es pasar hambre o angustia por las deudas… El problema es quedarse siempre en el hambre y en la angustia, y aprender a estirar la mano para pedir clemencia a los que tienen o pueden más… o no creer que pueda caminar con la misma dignidad que mi jefa, aunque no ande una ropa tan buena o mi porte no sea “distinguido”… El problema es creer que su dignidad depende de su cargo, de su dinero, de su preparación profesional, de su apellido o de su distinción… y no de su ser PERSONA… tan digna y tan semejante a mí… y a todos los seres humanos de este mundo.

El problema es el miedo que nos oprime… porque con ese mismo miedo nos volvemos opresoras y reproductoras de pobreza…

El problema es que ni siquiera tenemos conciencia de que la humanidad no podemos dividirla más por los “estratos sociales”… porque esa división no fue pensada por el Creador. Y porque este es un pensamiento absurdo… ilógico. Basta vernos unos frente a otros, y darnos cuenta de que somos hechos con la misma materia…

El problema no es ser pobre… sino que la pobreza se nos meta en las venas y nos envenene la sangre, y nos haga seres inferiores (porque nos vivimos comparando con los demás).

La pobreza no está sólo en la casa… en la cartera vacía ni en el fogón apagado porque no hay nada para cocinar. La pobreza está en el alma humana… en la mendicidad de nuestras relaciones y en la mezquindad de nuestros deseos.

Los pobres no sólo somos los que no tenemos dinero…

Los pobres somos los que no nos creemos gente.

Hasta que dejemos de pensar como pobres… entonces seremos, por fin, seres libres. Y ningún sistema nos podrá aplastar, porque la liberación la llevaremos por dentro, y se nos saldrá por los poros en cada uno de nuestros actos. En ese momento ya no nos pensaremos como ricos o pobres, sino simplemente, como seres humanos… Sólo entonces tendremos las agallas para ponernos de pie y enfrentar a este sistema opresor… y decir un “basta” a la injusticia. Sólo entonces tomaremos conciencia de nuestra igualdad, y nos uniremos entre todos los seres humanos, pobres y ricos, que queramos luchar por un mundo justo. Un mundo donde no haya espacio para las diferencias, porque son ilógicas… inhumanas e incivilizadas.

Cuando seamos libres desde dentro, nos liberaremos también desde afuera.

Y la pobreza habrá salido ya de nuestras cabezas, pies, manos, miradas, corazón y conciencia… y todas las personas tendremos el mismo poder creador…

Ese poder libertador que nos fue entregado desde el inicio de la historia de la humanidad.


Thelma Martínez, teresiana, thelmastj@yahoo.com.mx
Nicaragua
http://eclesalia.blogia.com/2009/092401-agallas.php

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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Llamamiento de Rigoberta Menchú Tum

Rigoberta Menchú Tum

A la comunidad internacional y a todas las fuerzas democráticas del continente y el mundo.

He corroborado in situ como al hermano pueblo hondureño se le ha pretendido despojar de la soberanía, la institucionalidad democrática y la dignidad. Asimismo he constatado cómo los ciudadanos y ciudadanas defienden sus derechos y la decisión que depositaron en las urnas al elegir democráticamente al Presidente Manuel Zelaya. También he verificado como a la luz del golpe militar orquestado por el poder económico y político tradicional se han venido violando los derechos humanos de los hondureños y hondureñas.

Nuevamente vuelvo a ser testigo de cómo un gobierno claramente de facto no da lugar al diálogo, a posibles negociaciones, menos a restablecer la Constitución y la institucionalidad democrática. Asimismo de cómo ha hecho caso omiso y contravenido múltiples resoluciones emanadas del seno de la Organización de Estados Americanos y de la Organización de las Naciones Unidas.

Hoy ante el inminente riesgo de la violencia y de que ésta se ensañe contra el Presidente Zelaya, la sede diplomática de Brasil acreditada en Honduras y el movimiento social exijo:

1. Que se respete y garantice la vida, la integridad física y sicológica del Presidente Manuel Zelaya, sus acompañantes y cuerpo diplomático que se encuentran en la sede de la Embajada de Brasil en Honduras.

2. El respeto pleno a la inviolabilidad diplomática garantizada en la Convención de Viena y cese del acoso a la sede de la embajada de Brasil ordenado por el gobierno de facto.

3. Que se respete y garantice la libertad de expresión y opinión, la vida y los derechos fundamentales de quienes se expresan y manifiestan en favor de los mismos y la democracia y que se deje en libertad a las decenas de hondureños detenidos ilegalmente.


Guatemala 23 de septiembre de 2009

Rigoberta Menchú Tum Premio Nobel de la Paz

http://alainet.org/active/33212

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domingo, 20 de septiembre de 2009

La cultura de la violencia

Pepcastelló y Maya Lambert

Se quiera o no, internet es un foro de diálogo. Unas veces son palabras, otras son imàgenes, pero siempre es un medio de comunicación que nos invita a pensar y a dialogar.

Me llegó por correo una ilustración titulada “40 años de educación” que consta de dos viñetas. La primera viene fechada en 1969 y muestra a un padre y una madre regañando a su hijo porque ha sacado malas notas en la escuela. La segunda lleva la fecha de 2009 y muestra a un padre y una madre armándole la gran bronca a una maestra que había puesto malas notas a su hijo.

La difundí y ha suscitado los comentarios que siguen:

1 La gente ha perdido el Norte. No hay sentido común. Antes el maestro o la maestra eran personas respetadas en tanto que ahora ya ves... ¿A dónde iremos a parar si no hay respeto?

2 Vivimos en una sociedad inmoral. Todo el mundo habla de derechos, pero nadie de deberes. Todo derecho comporta algún deber, pues las cosas no bajan del cielo, y eso se ha olvidado por completo. Y no es porque sí que se ha olvidado sino porque la estructura social no puede ser ya más injusta. Quienes detentan el poder carecen de todo principio ético y a pura fuerza bruta acaparan para sí lo que pertenece a todo el pueblo. Pura codicia; puro egoísmo. De ahí que todo el mundo piense tan sólo en exigir y reclamar, nadie en colaborar.

3 Los codiciosos nos han hecho un mundo violento. Han organizado una sociedad competitiva. Compiten entre ellos los de más arriba y hacen que compitant entre ellos tambien quienes tienen debajo. Es pura violencia, apología ciega y absoluta del triunfo y, por ende, de la violencia. Una violencia que en consecuencia desencadena la de los desposeídos porque, ¿cómo no iba a ser así si es luchar o morir?

4 Hay un desfase de valores total, pero los padres de hoy son los niños maltratados de ayer. Nada que conlleve violencia engendra dulzura y comprension. Ahi tenés en los dos cuadros el 2do consecuencia del primero. Aqui se ve que los mismos padres por momentos son hijos de sus hijos que se dejan maltratar y a su vez, maltratan a sus hijos, sus mujeres, sus amantes, etc. y descalifican a sus hijos si son tranquilos y (como decimos aca) "boludos" si no gritan y pegan para hacerse "respetar u oir" y para que no los descalifiquen. Hay alteracion de los valores, ¿si o no? Esto es Cambalache de Discépolo, donde da todo igual y se confunde lo correcto con debilidad, lo honesto con idiotez, ¿o no? La unica forma de relacionarse es a traves de la violenci y te maltratan en la calle, el trabajo, en la vida... “Cambalache "...todos manoseaos". [1]

5 ¿Cual es el grueso de las series de TV? Todo es violencia y se arregla asi todo. El policia mata y no le pasa nada. ¿Cuales son los que triunfan? ¿Que hay de contenido en las innumerables series de terror, asalto, catastrofes, de los super heróes, etc. etc? Desde hace añares no creo que esto sea casualidad o inocencia. Esta hecho y dirigido desde el Imperio desde hace años, los 60 y 70 para el resto. Y los países de la UE no se quedan atras. Todas las pelis de la 2da. guerra mundial, son terribles, las de Vietnan, Apocalisis Now, empezá a recordar... Bueno me excedi en la charla, somos el producto de los poderosos que la han hecho muy bien.

6 Estamos todavía en las cavernas, a mitad del proceso de evolución humana. Hay que salir de la violencia para avanzar humanamente. Hay que hollar sendas de paz. Y eso que puede parecer un imposible o una necedad es una necesidad. Porque fuerza bruta tienen mucha más los brutos. La única forma de vencerlos es desarmarlos ideológica y moralmente. Dejar de seguirles el juego. Rechazar sus zalameras ofertas de confort físico a cambio de esclavitud moral. Pero que nadie pregunte eso como se hace, porque para eso no hay camino, hay que hollar sendas. Lo que sí es seguro es que hay que cambiar de rumbo y aplicarse a construir en vez de destruir.

7 ... Venga, anímate a añadir tu comentario.

[1] http://www.todotango.com/spanish/las_obras/letra.aspx?idletra=154


Pepcastelló y Maya Lambert

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sábado, 19 de septiembre de 2009

Luces y virtudes sociales: La educación en Simón Rodríguez

Homar Garcés

En su afán liberador, el Maestro Simón Rodríguez concebía la educación como el instrumento más idóneo y a la mano con el cual se aseguraría definitivamente la independencia conquistada por las armas de nuestra América, al mismo tiempo que los nuevos ciudadanos adquirirían las nociones básicas que les permitirían asumir la construcción -sin calco ni copia- de las nuevas repúblicas, estableciendo sistemas de convivencia y moralidad democrática inexistentes en Europa y Estados Unidos.

Sus reflexiones en torno a la educación, lo llevaron a expresar que “adquirir luces sociales significa rectificar las ideas inculcadas o malformadas mediante el trato con la realidad, en una conjugación inseparable de pensar y de actuar, bajo el conocimiento de los principios de interdependencia y de generalización absoluta. Adquirir virtudes sociales significa moderar con el amor propio, en una conjugación inseparable de sentir y pensar, sobre el suelo moral de la máxima ` piensa en todos para que todos piensen en tí ´ que persiguen simultáneamente el beneficio de toda la sociedad y de cada individuo”. Con ello en mente, la nueva educación a impartirse en las bisoñas naciones independientes tendría como uno de sus objetivos centrales propiciar la emancipación cultural integral de sus habitantes -indiferentemente de su rango social y/o económico-, además de dotarlos de una instrucción que los hiciera útiles a la sociedad y a sí mismos, con lo cual tendrían la independencia personal para enfrentarse a cualquier pretensión de tiranía y de manipulación por parte del estamento gobernante.

Así, en la concepción rodrigueana de la educación para nuestra América, resaltan tres grandes rasgos particulares, nutridas por las experiencias, preocupaciones y reflexiones del rebelde maestro: 1) la ruptura creadora del discurso colonial que reafirmaba una visión del mundo obsoleta y conformista, ajena al nuevo mundo por engendrar bajo los auspicios de la libertad, la justicia y la igualdad; 2) la necesaria formación política e ideológica de los nuevos ciudadanos, de modo que el simple hecho de nacer bajo un sistema republicano fuera complementado por una vocación conscientemente adquirida que les facilitara consolidar y ampliar los valores y los principios republicanos, resultando -en consecuencia- verdaderos ciudadanos, sin los prejuicios, vicios y conveniencias de los grupos gobernantes; y 3) la búsqueda inacabada de lo siempre original, traducida en su celebérrima frase “O inventamos o erramos”, extrapolada de sus vivencias en Estados Unidos y Europa donde mucho de lo moderno estaba cobijado por lo viejo, manteniendo un hilo entre el pasado y el presente, sobre todo, en lo que respecta a las condiciones sociales y económicas y su manera de concebir el poder, reservado a una elite. Son estas, digamos, las líneas maestras de la educación, según el impenitente Samuel Robinson que fue Simón Rodríguez. Difundirlas y hacerlas comprender por los nuevos usufructuarios del poder le llevó gran parte de sus años finales de vida, enfrentando los prejuicios coloniales de las clases dominantes, más interesadas en la apariencia y en incrementar sus arcas que en brindarle al pueblo la oportunidad de una vida digna y libre, convertido en sujeto social activo de las transformaciones que, en general, deben acompañar la realidad de una Patria democrática y soberana.

Hoy se impone retomar en nuestra América ese apostolado incesante e irreverente iniciado por Simón Rodríguez, en un momento histórico común que -con pocas variantes- es similar al de hace doscientos años, cuando nuestros pueblos allanaban su propio camino y tenían sobre sus cabezas (como ahora) la amenaza imperialista de Estados Unidos. El mismo nos debe motivar a utilizar la educación como esa herramienta esencial y única que le dará la ocasión a nuestros pueblos de adentrarse en el ejercicio cotidiano de la participación democrática, de un modo más amplio y profundo. Como bien lo expresara, “en el sistema republicano, las costumbres que forman una educación social producen una autoridad pública, no una autoridad personal; una autoridad sostenida por la voluntad de todos, no una voluntad de uno solo, convertida en autoridad… La fuerza de la autoridad republicana es puramente moral”, contrapuesta a lo que ha sido habitual mediante el uso de las fuerzas represivas. En este punto radica la diferencia fundamental de la educación propuesta por Rodríguez: una educación para la libertad y la democracia, sin exclusiones, ni privilegios antisociales, una educación, en fin, que eleve el nivel intelectual, moral y político de todos.


Homar Garcés
http://www.argenpress.info/2009/09/luces-y-virtudes-sociales-la-educacion.html

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La prioridad

Alberto Morlachetti

La crueldad humana es un misterio dice Vicent. Está aún por dilucidarse en qué punto de las entrañas reside ese impulso que obliga a algunas personas a exterminar a otras.

La consternación ha ganado el imaginario país, mientras la pobreza arroja niños al olvido porque no le fueron asignadas partidas presupuestarias para existir, y aunque sepamos que el poder tiene la infinita posibilidad de proteger la vida o de autorizar su holocausto, no deja de sacudirnos las tripas. Imposible pronunciar el porvenir, ha cobrado una deriva peculiar, por donde discurren los acontecimientos con una velocidad y dirección incontrolables.

La agenda política manejada por el Ejecutivo Nacional impacta en nuestras emociones y pocos se atreven a parpadear o abrir la boca. La mayoría de los “representantes del pueblo” han perdido su inocencia y giran alrededor de cierto parque temático como son los superpoderes o la ley de medios audiovisuales con aire desatado de cualquier ternura, desplazando la absoluta prioridad del hambre.

El empeño de pibes y educadores en un tiempo donde la crueldad es un excedente de la pobreza, ellos arden como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas, desnudando el crimen sobre el que se asienta el edificio de la sociedad argentina. La consigna el Hambre es un Crimen conmovió el letargo de los colectivos sociales enamorados de la vida que se les escapa. El Estado como un Dios temerario dicta los días y las agonías y ni una sola lágrima pública, quitándole al hambre su carácter doloso, para ser percibida como una calamidad inevitable y naturalizarla como misterio destructor, para despojarse de su angustia de asesino. En otras palabras, eximir al poder de la culpa de crimen contra la humanidad.


Alberto Morlachetti
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php

http://www.argenpress.info/2009/09/la-prioridad.html

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¿Dónde Quedó La Palabra De Dios?

Veca Muelle

Quiero empezar esta misiva recordando el mensaje final de las conclusiones del Concilio Vaticano II, que vuelve a reconstruir una Iglesia Liberadora que retoma el camino de Cristo en su opción por los pobres.

Mensaje a la humanidad en la fe y en la palabra de Cristo que fue tomado como bandera por muchos de mi generación y que nos llevaron a despojarnos de todo egoísmo, hacer de la solidaridad y el mirar al que esta al lado, una forma obstinada de creer y consecuentemente de vivir. Aún cuando muchos jóvenes compañeros, amigos, padres, hijos, fueron torturados, asesinados y desaparecidos en todas las comarcas de América Latina.

En estos momentos difíciles que padece la humanidad violentada por un sistema tan injusto y desigual recuerdo el mensaje a los jóvenes 7.A, del Concilio Vaticano II. “…Finalmente, es a vosotros, jóvenes del mundo entero, a quienes el Concilio va a dirigir su último mensaje. Porque sois vosotros los que tenéis que recibir la antorcha de las manos de vuestros mayores y viviréis en el mundo en el momento de las mayores transformaciones de su historia. Sois vosotros los que, recogiendo lo mejor del ejemplo y de las enseñanzas de vuestros padres y maestros, vais a formar la sociedad de mañana; os salvaréis o pereceréis con ella.

Y esa Iglesia joven, con el rostro de Cristo joven, selló el pacto de compromiso social y de luz con millones de seres humanos que sobreviven en medio de la más absoluta miseria y desventura. Nunca sentimos a nuestra Iglesia en su opción por los pobres, tan hermana, tan cercana, generosa y viva.

Hoy, en los albores del siglo XXI, los monarcas en el ejercicio de fe, radicados en Roma y en nuestras latitudes, y que sentimos tan próximos físicamente y tan distantes espiritualmente, se escandalizan de la pobreza y se muestran complacientes con la riqueza y la inequidad.

Padecemos un mundo unilateral y hegemónico donde los poderosos, los mercaderes de la condición humana imponen el individualismo y la codicia como valores fundamentales en la construcción del ser. Estos pocos, infinitamente ricos, viven en olor de santidad comprando indulgencias a las jerarquías obispales que hicieron de la misión pastoral una forma de ejercer poder político y social.

Una Iglesia representada en su institucionalidad por quiénes en su pobreza de espíritu viven guarecidos bajo el ala de los que premian y castigan. Negociantes del verbo divino que no resguarda al manso y abandonan a su suerte a millones de seres humanos que nada tienen y aún más, están sometidos a la desdicha de no ser reconocidos como sujetos de la historia. Su humilde condición de excluidos del sistema los descalifica en sus opciones políticas y los reduce a la infame representación de la barbarie.

Viejos recuerdos me alientan y me desalientan. Y me apoyo en la humildad y en la firmeza en su fe de Monseñor Evaristo Arnz y en la entrega en cuerpo y alma de Monseñor Arnulfo Romero, Obispo de El Salvador, en el que me siento tan representada, recordando su palabra tan samaritana que me transformó en mujer de fe y no en mujer de duda.

Aquellas palabras pronunciadas en la que sería su última homilía “… siempre estaré al lado de los pobres, al lado de aquellos a quien Cristo amó con preferencia…”

Fue fusilado en medio del templo de Cristo.

Esa Iglesia que añoramos que con el verbo enseña al que no sabe; que techo y comida no son beneficio, sino parte de los derechos de vivir con dignidad.

Viejos recuerdos de jóvenes que creyeron en el prójimo, en construir una sociedad más justa, que hoy no están y que murieron hechos jirones me quiebra lo que queda de mi tenacidad.

Reducir la condición humana. Mutilándola. Rompiéndola. Dinamitándola. Precipitándola desde las alturas duele. Muchas palabras blasfemas fueron dichas en nombre de Dios para consolar a los desventurados. ¿Se puede estar bien con Dios y con el diablo? + (PE)

Veca Muelle
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=3994

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La defección de los evangélicos protestantes

Sergio Patrini (Paris)

La Iglesia Católica Romana (ICR) atrae la atención para esbozar las críticas al cristianismo institución, pero también debería mencionarse la defección de los evangélicos protestantes.

Con ese término dejamos de lado, provisoriamente, los que en el habla hispana son conocidos como “evangelistas”, calificativo que superó al de evangélico y que también dejó atrás acepciones como pentecostales, carismáticos y otras.

Los evangélicos protestantes son aquellos que, junto con los herederos históricamente de la Reforma de Lutero y Calvino, asimilaron la Reforma Protestante y se sintieron cómodos en ella hasta el fin del siglo XX.

En términos generales aceptaron y protagonizaron todo movimiento que propugnaba el rescate de los humanos y valorizaba la cultura en sus distintos tipos de expresiones. En América Latina fueron pioneros de la importancia de la Biblia para la vida personal y social. En contraposición a la ética doble o triple de la ICR, siempre asociada a gobiernos retrógrados, los evangélicos protestantes predicaron y vivieron una ética de una sola pieza e influyeron en movimientos progresistas sin el prejuicio de quienes eran, pero luchando por asuntos de la libertad de expresión y de respeto de lo humano.

En el orden internacional, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se constituyó en una luz en medio de las tinieblas abogando por la construcción de un mundo mejor, más justo. Latinoamérica y Sud Africa fueron ejemplos claros del compromiso del CMI en sus luchas de liberación, contra dictaduras despiadadas en el primero, contra el racismo en el segundo. Sus documentos y acciones, como sus Asambleas Generales, testimonian de su involucramiento en delicados problemas internacionales, efectuado con inteligencia y sabiduría cristiana.

A la luz del CMI surgieron numerosas agrupaciones ecuménicas que se incorporaron a esa dimensión evangélica y, dado que el CMI era buen receptor de dinero que en ese entonces tenía mucho valor, nunca cerró su mano para apoyar a otros grupos, que sin ser cristianos tenían la misma sintonía que él. No era carta imprescindible ser miembros de una iglesia para recibir el apoyo estratégico, táctico y económico de esa institución que tiene su sede en Ginebra.

En América Latina los evangélicos protestantes se constituyeron en referentes indiscutibles de su lucha comprometida, tanto en lo que se refería a iglesias como agrupaciones ecuménicas y lideres. Utilizando el lenguaje escolástico, fueron signos visibles de la presencia de Dios en esa tierra.

Es evidente que hoy no están en ese plano, ni en Europa ni en América Latina, ni en sus iglesias y agrupaciones ecuménicas. Tampoco desde organismos internacionales, caso del CMI que se ha colocado como ejemplo en párrafos anteriores. Desde fines del 80 hasta el presente esa declinación se fue acentuando.

Se puede mencionar algunas salvedades, pero son mojones, pequeños, desperdigados, inconectados y si se nombra algunos organismos interconectados a nivel mundial o continental, solo con mirar por donde se usa el dinero se puede apreciar la lejanía con la anterior época mencionada.

Los programas más utilizados son de temas que son apoyados por los organismos internacionales, algunos referidos a asuntos de salud, otros de género, varios a enfrentar calamidades producida por terremotos, inundaciones, tornados. Aspectos que reclaman atención, pero que son tratados con la metodología en la orbita de la beneficencia y no de los cambios de situación de los afectados.

Es que el dinero sigue viniendo de Europa, cuyos gobiernos e iglesias cambiaron la política de solidaridad en ocuparse del Este Europeo y pusieron como prioridad Africa, con ayudas de beneficencia y no de cambios sociales. El que venía de Estados Unidos cambió de donantes. Las iglesias que apoyan la participación social no tienen el dinero de antes y las iglesias y organismos que lo tienen se preocupan por otras cuestiones, como estar contra la evolución, mantener virgen a sus jóvenes hasta que se casen y promover llamativas campañas de evangelización.

En ese cambio, las iglesias y gran parte de las agrupaciones ecuménicas viraron hacia el criterio de defender la institución. Siguieron dando la bienvenida al dinero, ahora para otros programas, pero que les servía para cubrir sus serias dificultades del mantenimiento institucional., tanto de personal como de organización.

Tal estilo de decisión lleva, inexorablemente, a la actitud de conservar lo que se tiene y sobre todo no incorporar programas que espanten a los donantes. Hay declaraciones contra situaciones específicas, como algún golpe de estado, asesinato de líderes, violencia contra la mujer y la niñez, pero no pasan del papel y de los infaltables llamados a la oración que, sin despreciar su valor, queda en eso, juntar las manos con cara de preocupación, lejos de aquello de orando y con el mazo dando.

Nos atrevemos hablar de la “defección” de evangélicos protestantes a partir de la definición que ofrece el diccionario de la Real Academia Española quien describe esa palabra como “Acción de separarse con deslealtad de la causa o parcialidad a la que se pertenecía”.

Lo evangélico protestante está para otra cosa distinta a la que se presenta actualmente. Desde su surgimiento, recogiendo movimientos anteriores a la Reforma Protestante, su “causa” es la de relacionarse dinámicamente con la cultura, la sociedad toda, y aceptar el rol de ser desafiado a movilizarse con todo aquello que se mueva en rescatar el ser humano y cambiar la sociedad, tanto en palabras como en acción. Una responsabilidad que no debería ser frenada u olvidada por la cuestión económica o acuerdos interiglesias o sobrevivencia de la institución. + (PE)


Sergio Patrini (Paris)
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=3995

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viernes, 18 de septiembre de 2009

Reflexiones en formato poético

Walter Dennis Muñoz

Un homenaje a los más de mil millones de personas
marginadas del derecho a una vida digna y que cada día
en lugar de disminuir aumenta.

¿Por qué se nos han terminado las sonrisas verdaderas?
¿Dónde quedaron los sueños arrinconados?
Que hace que las horas pasen como tiempo muerto
y no gocemos esas horas como tiempo viviente
Por qué perdemos pie y creemos que vamos a caer
y en lugar de pisar firme nos debilitamos
como si todo fuese efímero, volátil, imposible
¿Por qué no nos sostenemos con nuestras propias manos
y pisamos fuerte y sorprendemos al mismísimo dios
en su sospechoso silencio
Abrimos todas las ventanas
expulsamos todos los fantasmas
los propios y los introyectados
por una sociedad enferma de miedo
supersticiones, deserciones y conductas oscilantes

Sanos o enfermos somos los mismos
somos aquellos que un día nos propusimos
hacer una vida sin temores
sin los mensajes mentirosos del entorno
sin caudillos, ni maestros ni garúes
tu mano, la mía la de todos los humanos
la de aquellos que trajimos a la vida
para sonreir, para lograr, para saltar
no para morirse de hambre
sin alcanzar ni siquiera a vislumbrar la vida
y con ellos reirnos a carcajadas
cagarnos en los cultores de la muerte
en la partidocracia
en la democracia de los bancos
en los profesionales mesocráticos
funcionales al olor a mierda
a la sicología sistémica
a la sociología de encuestas
al mercantilismo médico
a las caricaturas de la justicia

Vivamos lo que nos queda con alegría
Incluso desafiantes
A la pachanga mediática
A la religión anodina
A la amistad de conveniencia
Despreciemos a los políticos de izquierda
Por ser de derechas
A los de derechas por ser serviles
A los depredadores de la vida
A los contaminadores del planeta
A los destructores del símbolo del futuro
Con la flexibilidad laboral

Abramos las puertas
A quienes hablan con la brisa
Respiran los alientos de la vida
Dejan volar los pájaros
Aman a los ancianos
No los marginan de la salud
De la vejez digna
Y nunca manipulan a los niños

Y con ellos hagamos cada instante
Un verdadero canto del momento
Sin el cual no hay futuro
Del aquí estamos para vivir
Para danzar
Para abrazar
Sin cobrar honorarios
Sin ser socios de nada
Solo simples personas
Incondicionales de la vida…

Walter Dennis Muñoz
Periodista

http://alainet.org/active/32618&lang=es

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http://alainet.org/active/26544&lang=es


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jueves, 17 de septiembre de 2009

Redención cristiana

Pepcastelló

Cada día me llega un nuevo motivo para no confiar en la capacidad redentora del cristianismo. Y no porque no crea que la tenga sino porque estoy firmemente convencido de que no la va a ejercer. Se adueñaron de su espíritu redentor las fuerzas del poder en los siglos III y IV y ya no le dejaron levantar cabeza ni se la van a dejar levantar. Un día me lo recuerda el apoyo del cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga a los golpistas hondureños, que a su vez me trae a la memoria el soporte que anteriormente dieron durante años las jerarquías eclesiásticas católicas a los criminales regímenes dictatoriales de América Latina y de otros sitios del mundo como éste mismo desde el cual escribo. Otro día son las medias tintas de las mentes católicas que difieren de la jerarquía vaticana y se reúnen en congreso teológico para repetir lo que ya sabemos y lanzar a la población creyente un mensaje aguado y blando que no sirve sino para dejar constancia de su propia existencia. Otro, las páginas web religiosas supuestamente de avanzada, dispuestas a decir solamente las verdades que no van a incomodar al público católico que las lee...

Posiblemente el cristianismo no sea la más profunda de las tradiciones de sabiduría que se han dado en la historia de los pueblos, pero es la que se ha implantado con más fuerza en occidente, ya que contó con el empuje del Imperio Romano y de cuantos poderes terrenales le sucedieron a lo largo de los siglos. Y esa fuerza que adquirió indignamente, bien pudiera servirle ahora para redimirse a sí mismo si la aplicara en beneficio de la humanidad.

Se me ocurre que podría empezar redimiendo a la Iglesia Católica Romana, la mayor de las iglesias cristianas, la cual, siguiendo las enseñanzas del evangelio podría prescindir de sus bienes suntuarios e invertir ese dinero en beneficio de los más pobres. Luego, continuando su proceso de redención, podría ponerse al lado de quienes están luchando por un mundo más justo, en vez de seguir al lado de quienes lo hacen más injusto. Ese ya sería un buen principio de redención cristiana, pues como alguien dijo muy acertadamente, si las buenas personas católicas actuasen cristianamente, millones de gentes se convertirían en cristianas.

Pero no va a ser fácil. Quienes manejan los hilos de esa Santa Madre Iglesia no están dispuestos a mover un solo dedo para modificar nada. Al contrario, que se empecinan en seguir con su catolicismo cultista y esa espiritualidad solipsista y egocentrada que de nada le sirve a un mundo cada día más extraviado. Aferrados a sus dogmas y a sus “verdades de fe”, seguirán esperando, sin duda, a que el «Cordero de Dios que quita los pecados del mundo» redima con su Divina Sangre a quienes en él creen y les depare un lugar en lo alto del cielo, al cual accederán al son de las trompetas del Juicio Final. Entretanto eso no llegue, seguirán arrimándose a los gobiernos conservadores, reclamándoles prebendas y privilegios para su Iglesia, que es lo que siempre han hecho.

No quiero decir con esto que en el mundo cristiano no haya personas estimables ni que el cristianismo no sea camino de redención humana. Muestras las tenemos en abundancia en las personas que llevadas por su fe se han jugado y se juegan el todo por el todo en una lucha desigual con las fuerzas opresoras en America Latina y en tantos otros sitios del planeta Tierra. La pena es que ellas, a sabiendas o no, lavan la cara de la Iglesia y colaboran con ello a sustentar esa estructura clerical que tan lamentables acontecimientos ha protagonizado y protagoniza. Pero dejando ahora eso, que no es el tema, lo que digo es que no me parece digno de crédito ese cristianismo acomodaticio, catequético, que no cuestiona lo que esa catequesis dice que tiene que creer y hacer ni la valía humana de quienes se lo dicen. Porque ese creer sin pensar, sin cuestionar para nada lo que se cree ni a quienes lo predican, es lo que lleva a la mayor parte de la población creyente a vivir con la misma inconsciencia que vive la mayor parte de la no creyente en esta opulenta y feliz civilización occidental cristiana. Y así, Dios por un lado y la vida cotidiana por el otro, creyentes y no creyentes se tragan irresponsablemente las patrañas que los líderes político-económicos les soplan continuamente al oído a través de los medios de comunicación de masas de que disponen y contribuyen así a convertir el mundo en un infierno.

¡Qué poco sirve a la Humanidad de hoy día, deseosa de conocimiento y necesitada de valores claros por los que apostar, un cristianismo de esta guisa, pusilánime, hipócrita y acomodado, que no se atreve a afrontar su propia realidad y sigue escondiendo debajo de la alfombra la basura acumulada a lo largo de diez y seis siglos! Servirá talvez a quienes haciendo mundo aparte les baste su vida interior y no quieran afrontar en absoluto la realidad humana, pero eso ya se ha visto que no redime a nadie ni cambia nada.

El mundo se nos viene abajo por segundos y no se ve brillar por parte alguna la redención cristiana. Las voces que se alzan hoy anunciando apocalipsis y clamando en pro de la justicia no son mayoritariamente religiosas sino profanas. ¿Será que el Espíritu traspuso ya la religión y se hizo finalmente carne humana?

Pepcastelló

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