jueves, 24 de abril de 2008

Vivir en la verdad de Jesús

6 Pascua (A) Juan 14, 15-21

José Antonio Pagola

ECLESALIA, 23/04/08.- No hay en la vida una experiencia tan misteriosa y sagrada como la despedida del ser querido que se nos va más allá de la muerte. Por eso, el evangelio de Juan trata de recoger en la despedida última de Jesús su testamento: ¿qué van a hacer ahora sin Jesús?

Una cosa es muy clara para el evangelista. El mundo no va a poder «ver» ni «conocer» la verdad que se esconde en Jesús. Para muchos, Jesús habrá pasado por este mundo como si nada hubiera ocurrido; no dejará rastro alguno en sus vidas. Se necesitan unos ojos nuevos. Sólo quienes lo aman podrán experimentar que Jesús está vivo y hace vivir.

Jesús es la única persona que merece ser amada de manera absoluta. Quien lo ama así, no puede pensar en él como si fuera alguien que pertenece al pasado. Su vida no es un recuerdo. El que ama a Jesús vive sus palabras, «guarda sus mandamientos», se va «llenando» de Jesús.

No es fácil expresar esta experiencia. El evangelista la llama el «Espíritu de la verdad». Es una expresión muy acertada, pues Jesús se va convirtiendo en una fuerza y una luz que nos hace «vivir en la verdad». Cualquiera que sea el punto en que nos encontremos en la vida, acoger en nosotros a Jesús nos lleva hacia la verdad.

Este «Espíritu de la verdad» no hay que confundirlo con una doctrina. No se encuentra en los estudios de los teólogos, ni en los documentos del magisterio. Según la promesa de Jesús, «vive con nosotros y está en nosotros». Lo escuchamos en nuestro interior y resplandece en la vida de quien sigue los pasos de Jesús de manera humilde, confiada y fiel.

El evangelista lo llama «Espíritu defensor» porque, ahora que Jesús no está físicamente con nosotros, nos defiende de lo que nos podría separar de él. Este Espíritu «está siempre con nosotros». Nadie lo puede asesinar como a Jesús. Seguirá siempre vivo en el mundo. Si lo acogemos en nuestra vida, no nos sentiremos huérfanos y desamparados.

Tal vez la conversión que más necesitamos hoy los cristianos es ir pasando de una adhesión verbal, rutinaria y poco real a Jesús, hacia la experiencia de vivir enraizados en su «Espíritu de la verdad».

VIVER NA VERDADE DE JESUS

Não há na vida uma experiência tão misteriosa e sagrada como a despedida de um ser querido que parte para lá da morte. Por isso, o evangelho de João trata de recolher na despedida última de Jesus o Seu testamento: que vão fazer agora sem Jesus?

Um aspecto é muito claro para o evangelista. O mundo não vai poder «ver» nem «conhecer» a verdade que se esconde em Jesus. Para muitos, Jesus terá passado por este mundo como se nada tivesse acontecido; não deixará rastro algum nas suas vidas. São necessários uns olhos novos. Apenas os que O amam poderão experimentar que Jesus está vivo e faz viver.

Jesus é a única pessoa que merece ser amada de forma absoluta. Quem o ama assim, não pode pensar Nele como se fosse alguém que pertencesse ao passado. A Sua vida não é uma recordação. Quem ama a Jesus vive as Suas palavras, «guarda os Seus mandamentos», vai-se «enchendo» de Jesus.

Não é fácil expressar esta experiencia. O evangelista chama-lhe o «Espírito da verdade». É uma expressão muito acertada, pois Jesus vai-se convertendo Numa força e numa luz que nos faz «viver na verdade». Qualquer que seja o ponto em que nos encontremos da vida, acolher em nós a Jesus leva-nos para a verdade.

Este «Espírito da verdade» não deve ser confundido com uma doutrina. Não se encontra nos estudos dos teólogos, nem nos documentos do magistério. Segundo a promessa de Jesus, «vive em nós e está em nós». Escutamo-Lo no nosso interior e resplandece na vida de quem segue os passos de Jesus de forma humilde, confiada e fiel.

O evangelista chama-Lhe «Espírito defensor» porque, agora que Jesus não está fisicamente connosco, defende-nos do que nos poderia separar Dele. Este Espírito «está sempre connosco». Ninguém o pode assassinar como a Jesus. Continuará sempre vivo no mundo. Se O acolhemos na nossa vida, não nos sentiremos órfãos e desamparados.

Tal vez a conversão que mais necessitamos hoje, os cristãos, é passar de una adesão verbal, rotineira e pouco real a Jesus, para a experiencia de viver enraizados no Seu «Espírito de verdade».

http://www.eclesalia.net

Comentarios y FORO…

ETIQUETAS

Acción solidaria (14) Adolfo Pedroza (2) Adolfo Pérez Esquivel (3) América Latina (62) Amor (3) Análisis de la comunicación (18) Antiglobalización (3) Antiimperialismo (13) Apostasía (3) Ateísmo (1) Cambiode paradigma (4) Ciencia (3) Colaboraciones (227) Cristianismo (55) Cultura (2) Derechos Humanos (55) Diálogo (1) Domingo Riorda (2) Ecosociología (37) Ecumenismo (1) Eduardo Pérsico (20) Educación (14) Emma Martínez Ocaña (1) Enrique Carfagnini (1) Equidad (58) Espiritualidad (26) Estructuras sociales (18) Ética y Sociedad (138) Filosofía (2) Geopolítica (19) Gonzalo Haya Prats (9) Hambre (10) ICR (86) Iglesia (15) II-SP (1) Imperialismo (9) Irina Santesteban (1) Iris M. Landrón (1) J.J.Tamburini (1) Jaime Richart (4) José Comblin (1) José M. Castillo (33) Juan Masiá (1) Leonardo Boff (23) Libertad (1) Libertad de expresión (2) Lorena Aguilar Aguilar (2) Luis (1) Luis Alemán (2) Marcela Orellana (6) Marcelo Colussi (1) Marià Corbí (2) Maya Lambert (3) Mística (1) Mujer (1) Oscar Taffetani (2) P. Luis Barrios (3) Paz Rosales (4) Pelota de Trapo (6) Pepcastelló (94) Pere Casaldàliga (2) Pobreza (3) Poesía (13) Psicología (1) Rafael Fernando Navarro (64) Recomendamos (3) Religión (20) Religión y Ciencia (9) Religión y Cultura (3) Religión y política (49) Religión y sociedad (20) Sabiduría popular internáutica (2) Sergio Ferrari (2) Solidaridad (4) Susana Merino (1) Taizé (3) Teología de la Liberación (5) Thelma Martínez (2) Utopía (10) Veca Muelle (1) VIDALOGÍA (1) Violencia (6) Violencia de género (1) Walter Dennis Muñoz (7)