Hacemos hoy un pequeño paréntesis. Otro día seguiremos con el análisis histórico de la adulteración litúrgica de nuestra misa. El tema que dejo pendiente para otro día es cómo se pasó en la edad media de una comida de celebración y fiesta de hermanos sentados en la mesa del Padre, a una liturgia de llanto y pecadores que imploran piedad, de rodillas, ante el talismán de una hostia consagrada.
Hago un paréntesis para salir de los templos y capillas y soñar con la mesa de la humanidad.
Sueño, soñemos juntos. Los creyentes deberíamos soñar con una Eucaristía mundial, con una mesa grande en la que quepamos todos. Incluso los que no han sido invitados. Basta tener hambre. Quien tiene hambre de pan y de tierra, en el fondo tiene hambre de Dios.
Lc 14:12
-Cuando des una comida o una cena, no invites (sólo) a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos; Al revés, cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos;
Al oír aquello, uno de los comensales le dijo:
-¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
Jn 6:5
Jesús levantó los ojos y, al ver que una gran multitud se le acercaba, se dirigió a Felipe:
-¿Con qué podríamos comprar pan para que coman éstos?
Felipe le contestó:
-Doscientos denarios de plata no bastarían para que a cada uno le tocase un pedazo.
Uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
-Hay aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?
Jesús les dijo:
-Haced que esos hombres se recuesten.
Había mucha hierba en el lugar. Se recostaron aquellos hombres, adultos, que eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, pronunció una acción de gracias y se puso a repartirlos a los que estaban recostados, y pescado igual, todo lo que querían.
Mt 15:32
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen por el camino.
Los discípulos le preguntaron:
-Y en un despoblado, ¿de dónde vamos a sacar pan bastante para saciar a una multitud tan grande?
LC 9:13
Él les dijo:
-Dadles vosotros de comer.
Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así y acomodaron a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse.
La crisis financiera mundial de la que hablamos todos, que sufren unos más que otros, quizá nunca tenga solución mientras queden fuera de la mesa los miles de hambrientos por llegar a la orilla.
No es cuestión de solucionar el problema de los bancos. No es crisis de bancos. Es crisis de humanidad. Cuando salga el dinero por las orejas a los bancos, explotará la multitud hambrienta.
Luís Alemán
http://www.feadulta.com/renove-12-EUCARISTIA-15.htm
Comentarios y FORO...
Hago un paréntesis para salir de los templos y capillas y soñar con la mesa de la humanidad.
Sueño, soñemos juntos. Los creyentes deberíamos soñar con una Eucaristía mundial, con una mesa grande en la que quepamos todos. Incluso los que no han sido invitados. Basta tener hambre. Quien tiene hambre de pan y de tierra, en el fondo tiene hambre de Dios.
Lc 14:12
-Cuando des una comida o una cena, no invites (sólo) a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos; Al revés, cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos;
Al oír aquello, uno de los comensales le dijo:
-¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
Jn 6:5
Jesús levantó los ojos y, al ver que una gran multitud se le acercaba, se dirigió a Felipe:
-¿Con qué podríamos comprar pan para que coman éstos?
Felipe le contestó:
-Doscientos denarios de plata no bastarían para que a cada uno le tocase un pedazo.
Uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
-Hay aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?
Jesús les dijo:
-Haced que esos hombres se recuesten.
Había mucha hierba en el lugar. Se recostaron aquellos hombres, adultos, que eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, pronunció una acción de gracias y se puso a repartirlos a los que estaban recostados, y pescado igual, todo lo que querían.
Mt 15:32
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen por el camino.
Los discípulos le preguntaron:
-Y en un despoblado, ¿de dónde vamos a sacar pan bastante para saciar a una multitud tan grande?
LC 9:13
Él les dijo:
-Dadles vosotros de comer.
Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así y acomodaron a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse.
La crisis financiera mundial de la que hablamos todos, que sufren unos más que otros, quizá nunca tenga solución mientras queden fuera de la mesa los miles de hambrientos por llegar a la orilla.
No es cuestión de solucionar el problema de los bancos. No es crisis de bancos. Es crisis de humanidad. Cuando salga el dinero por las orejas a los bancos, explotará la multitud hambrienta.
Luís Alemán
http://www.feadulta.com/renove-12-EUCARISTIA-15.htm
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