miércoles, 8 de abril de 2009

Teocracia en democracia

Pepcastelló

No hace mucho que en los informativos leíamos que feministas argentinas se manifestaban al grito de «mantengan sus rosarios fuera de mis ovarios», algo que a fuer de buenos cristianos hubiesen tenido que predicar aquellos a quienes iba dirigido este reclamo. ¿O acaso es cristiano imponer la moral católica al resto de la población? ¿Hubiese hecho eso mismo Jesús? ¿Hubiese condenado a la cárcel a las mujeres que osasen disponer libremente de la propia capacidad de alumbrar o no una vida?

Hoy en este triste país nuestro, moderno en tecnología pero medieval en pensamiento, donde el cristianismo tiene a decir mucho más de lo que hasta ahora ha dicho a lo largo de tantos siglos, la jerarquía católica y sus fieles seguidores andan movilizados para evitar que se despenalice el aborto. Muy propio de una Iglesia que alumbró la Santa Inquisición y que no enciende todavía hogueras porque ya no se lleva asar viva a la gente, pero sí encerrarla en la cárcel. Y muy propio también de estos días de Semana Santa, en los que recordaremos el grito de «¡CRUCIFÍCALO!» con el que el pueblo fiel reclamaba la muerte de Jesús. Claro que quienes tal hacían no eran católicos sino judíos, esas gentes por cuya conversión al catolicismo hay que rogarle a Dios, según ordena Su Santidad Benedicto XVI en pleno ejercicio de sus funciones bajo el auspicio del Espíritu Santo.

¡Encarceladlos! ¡Encarcelad a todas esas gentes malvadas que pecan! ¡Fuera del gobierno quienes osen ser indulgentes con los pecadores! Esa puede muy bien ser la “saeta” que entre redoble y redoble se alce al cielo en las celebraciones de esta Santa Semana, tan pletórica de devoción y católico celo.

Desde la perspectiva de quien no profesa la religión católica, por más que sin su consentimiento se le bautizase antes de que tuviese uso de razón, pedir la condena de alguien en nombre de una religión que se considera a sí misma depositaria del mensaje cristiano es un grotesco desafuero. No tiene cabeza ni pies, aunque sí mucha maldad en el corazón. Porque si ya es reprobable pretender que la moral católica rija en forma de ley sobre la población no creyente, pretender que la justicia cargue sobre quienes no se someten a ella es algo mucho peor: es autoritarismo puro y duro.

Que el Estado Vaticano no acepte en su totalidad la declaración de los Derechos Humanos; que siga discriminando a las personas en función de su sexo; que condene cualquier forma de relación carnal que no sea la que esos castos varones dicen que es la preferida por Dios, es a todas luces excepto a la que a ellos les ciega una falta flagrante de humanidad. Pero que ahora pretendan reinstaurar la Inquisición, alianza entre la Iglesia y el poder terrenal en un estado de derecho, eso es ya es pasarse mucho de la raya.

No obstante, tanto desaguisado pude en el fondo tener algo de bueno, porque puede servir para dar respuesta a las buenas gentes católicas de esta católica España que tengan el valor de preguntarse «¿por qué nos odian tanto?», si es que quieren de verdad saber por qué una buena parte de la población española siente rechazo hacia todo lo que huela a sotana y sacristía.

Que las religiones son métodos para potenciar la vida interior de las personas nadie lo duda. Pero el hereje impenitente que esto escribe se resiste a aceptar que este catolicismo que predica la Iglesia Católica en España sirva para potenciar la bondad en el corazón humano, porque si así fuese, ¿como iban a alzar la voz quienes la siguen para exigir condenas?

Más les valiera a todas esas gentes autoritarias y condenatorias emplear estos días de Semana Santa para meditar en silencio. Talvez entonces descubrirían cuan lejos están del espíritu de ese Cristo cuya muerte violenta celebran con folklóricas procesiones.


Pepcastelló

Comentarios y FORO...

ETIQUETAS

Acción solidaria (14) Adolfo Pedroza (2) Adolfo Pérez Esquivel (3) América Latina (62) Amor (3) Análisis de la comunicación (18) Antiglobalización (3) Antiimperialismo (13) Apostasía (3) Ateísmo (1) Cambiode paradigma (4) Ciencia (3) Colaboraciones (227) Cristianismo (55) Cultura (2) Derechos Humanos (55) Diálogo (1) Domingo Riorda (2) Ecosociología (37) Ecumenismo (1) Eduardo Pérsico (20) Educación (14) Emma Martínez Ocaña (1) Enrique Carfagnini (1) Equidad (58) Espiritualidad (26) Estructuras sociales (18) Ética y Sociedad (138) Filosofía (2) Geopolítica (19) Gonzalo Haya Prats (9) Hambre (10) ICR (86) Iglesia (15) II-SP (1) Imperialismo (9) Irina Santesteban (1) Iris M. Landrón (1) J.J.Tamburini (1) Jaime Richart (4) José Comblin (1) José M. Castillo (33) Juan Masiá (1) Leonardo Boff (23) Libertad (1) Libertad de expresión (2) Lorena Aguilar Aguilar (2) Luis (1) Luis Alemán (2) Marcela Orellana (6) Marcelo Colussi (1) Marià Corbí (2) Maya Lambert (3) Mística (1) Mujer (1) Oscar Taffetani (2) P. Luis Barrios (3) Paz Rosales (4) Pelota de Trapo (6) Pepcastelló (94) Pere Casaldàliga (2) Pobreza (3) Poesía (13) Psicología (1) Rafael Fernando Navarro (64) Recomendamos (3) Religión (20) Religión y Ciencia (9) Religión y Cultura (3) Religión y política (49) Religión y sociedad (20) Sabiduría popular internáutica (2) Sergio Ferrari (2) Solidaridad (4) Susana Merino (1) Taizé (3) Teología de la Liberación (5) Thelma Martínez (2) Utopía (10) Veca Muelle (1) VIDALOGÍA (1) Violencia (6) Violencia de género (1) Walter Dennis Muñoz (7)