La meditación y la oración pueden modificar la estructura del cerebro según aportes de la neuroteología, una nueva rama de la ciencia que utiliza tecnologías actuales para explorar la actividad del cerebro.
Según una nota de Yaiza Martínez en Tendencias21, el psicólogo Charles Zeiders publicó en la revista The Global Spiral en el que asegura que la neuroteología demostrará que la meditación y la oración mejoran la capacidad del cerebro para oponerse a los procesos de enfermedad o que podrían invertir la degradación del cerebro
Charles Zeiders, director clínico del Christian Counseling and Therapy Associates de Estados Unidos, explica que la neuroteología, también conocida como bioteología o neurociencia espiritual, explora cómo los estados del cerebro y del sistema nervioso pueden crear o relacionarse con la vivencia de la experiencia religiosa ampliando la comprensión de la relación entre fe y salud.
Herbert Benson, cardiólogo de la Harvard Medical School, estableció que el sistema de respuesta al estrés afecta a todo el sistema nervioso y que la meditación con mantras “ayuda a relajar el sistema nervioso, a rebajar la presión arterial, a mejorar la salud del corazón, a prolongar la vida, además de dar felicidad y de generar el sentimiento de estar más cerca de una entidad trascendente, entre otras ventajas” y que “las personas que practicaban la meditación como una forma de oración tendían a tener más salud que aquéllas que la practicaban como mero vehículo de consecución de beneficios fisiológicos y físicos”
Yaiza Martínez , al reflexionar que “Las tecnologías han ampliado la capacidad humana de estudiar cómo el cerebro responde a las experiencias y actitudes religiosas” menciona a los científicos Newberg, D’Aquili y Rouse quienes escribieron un libro sobre los resultados de la exploración con neuroimágenes del cerebro de monjes tibetanos y franciscanos descubriendo que “en la cumbre de la oración, ambos grupos de meditadores experimentaban un incremento del fluido sanguíneo en los lóbulos frontales del cerebro, y una disminución del flujo sanguíneo en los lóbulos parietales” permitiendo comprender los “estados subjetivos de conciencia a través de la actividad cerebral” en la experiencia religiosa.
Por su parte la investigadora Sara Lazar, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Harvard, junto a sus colaboradores “analizaron con tomografía por resonancia magnética (IRM), que es una técnica que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro, a budistas que practicaban la meditación vipassana, que consiste en una técnica de auto-discernimiento basada en la observación de la mente y de la materia” comprobándose la relación de este tipo de meditación con un incremento del grosor cortical del cerebro.
Para Yaiza Martínez “Futuros estudios podrían demostrar que diversos tipos de meditación y de oración mejoran la capacidad del cerebro de oponerse a los procesos de enfermedad. Por otro lado, también podría llegarse a demostrar que ambas técnicas de recogimiento resultan útiles para retrasar e incluso invertir la degradación cerebral propia de la edad” y que “la meditación y la oración podrían aumentar partes del cerebro que hayan sido menguadas como consecuencia de las neurotoxinas que conlleva el consumo de sustancias químicas” + (PE)
09/02/10 - PreNot 7946
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
www.ecupres.com.ar
Comentarios y FORO...
Según una nota de Yaiza Martínez en Tendencias21, el psicólogo Charles Zeiders publicó en la revista The Global Spiral en el que asegura que la neuroteología demostrará que la meditación y la oración mejoran la capacidad del cerebro para oponerse a los procesos de enfermedad o que podrían invertir la degradación del cerebro
Charles Zeiders, director clínico del Christian Counseling and Therapy Associates de Estados Unidos, explica que la neuroteología, también conocida como bioteología o neurociencia espiritual, explora cómo los estados del cerebro y del sistema nervioso pueden crear o relacionarse con la vivencia de la experiencia religiosa ampliando la comprensión de la relación entre fe y salud.
Herbert Benson, cardiólogo de la Harvard Medical School, estableció que el sistema de respuesta al estrés afecta a todo el sistema nervioso y que la meditación con mantras “ayuda a relajar el sistema nervioso, a rebajar la presión arterial, a mejorar la salud del corazón, a prolongar la vida, además de dar felicidad y de generar el sentimiento de estar más cerca de una entidad trascendente, entre otras ventajas” y que “las personas que practicaban la meditación como una forma de oración tendían a tener más salud que aquéllas que la practicaban como mero vehículo de consecución de beneficios fisiológicos y físicos”
Yaiza Martínez , al reflexionar que “Las tecnologías han ampliado la capacidad humana de estudiar cómo el cerebro responde a las experiencias y actitudes religiosas” menciona a los científicos Newberg, D’Aquili y Rouse quienes escribieron un libro sobre los resultados de la exploración con neuroimágenes del cerebro de monjes tibetanos y franciscanos descubriendo que “en la cumbre de la oración, ambos grupos de meditadores experimentaban un incremento del fluido sanguíneo en los lóbulos frontales del cerebro, y una disminución del flujo sanguíneo en los lóbulos parietales” permitiendo comprender los “estados subjetivos de conciencia a través de la actividad cerebral” en la experiencia religiosa.
Por su parte la investigadora Sara Lazar, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Harvard, junto a sus colaboradores “analizaron con tomografía por resonancia magnética (IRM), que es una técnica que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro, a budistas que practicaban la meditación vipassana, que consiste en una técnica de auto-discernimiento basada en la observación de la mente y de la materia” comprobándose la relación de este tipo de meditación con un incremento del grosor cortical del cerebro.
Para Yaiza Martínez “Futuros estudios podrían demostrar que diversos tipos de meditación y de oración mejoran la capacidad del cerebro de oponerse a los procesos de enfermedad. Por otro lado, también podría llegarse a demostrar que ambas técnicas de recogimiento resultan útiles para retrasar e incluso invertir la degradación cerebral propia de la edad” y que “la meditación y la oración podrían aumentar partes del cerebro que hayan sido menguadas como consecuencia de las neurotoxinas que conlleva el consumo de sustancias químicas” + (PE)
09/02/10 - PreNot 7946
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
www.ecupres.com.ar
Comentarios y FORO...
