miércoles, 30 de septiembre de 2009

Porque no nos conocemos

Walter Dennis Muñoz, Periodista


"Para el solitario toda compañía es una ficción"...
(Tomado de Ortega y Gasset).

¿donde esta tu hermano?
(La Biblia)

En la teoría de la acción comunicativa que propone J. Habermas podemos encontrar cuatro modelos de acción determinantes, de acuerdo a las funciones que el lenguaje cumple. En el modelo teleológico de acción se concibe el lenguaje como un medio más a través del cuál, los hablantes que se orientan hacia su propio éxito, pueden influir los unos sobre los otros con el fin de mover al oponente a formarse opiniones o a concebir las intenciones que les conviene para sus propios propósitos....

En la versión fílmica de Blanca Nieves donde actúan Vanesa Redgrave y Vincent Price, hay un símbolo visual sumamente significativo para graficar este lenguaje funcionalizado al discurso monológico y solipsista que ha orientado el pensamiento hasta nuestros días, a pesar del cambio paradigmático que desde el lenguaje surge con nombres como Ch. Sanders Peirce, Wittgenstein, Benveniste, Habermas,.etc,etc.

Hay un momento final, cuando la reina malvada piensa que Blanca Nieves ha muerto (símbolo terriblemente sugestivo inscripto en toda dictadura de cualquier especie donde el contrincante u oponente sólo sirve si está muerto...) y le pregunta al espejo central, representado por el rostro de Vincent Price, quién es la más bonita del reino y este le contesta: Blanca Nieves. En ese momento, el símbolo del espejo, de la conciencia monológica, llevado a un extremo patológico por esta mujer reacciona contra este egoísmo insoportable y le dice que, desde ese momento, por sus excesos, está condenada a no poder mirarse más en ese espejo. Ella se irrita y le contesta, que en su castillo hay muchos espejos. El espejo central le informa, que cuando ella se mire en cualquier espejo, este se oscurecerá. Cuando corre a mirarse en uno de ellos y este se ennegrece, se desespera, cae al suelo desesperada, llorando de ira...entonces el espejo central con el rostro de Vincent Price mira a cámara y dice, FIN.

Desgraciadamente es solamente una película, en lo fáctico, cada día, en el discurso político, educativo, social en general, el quehacer monológico marcha viento en popa.

En la película El Candidato, Robert Redford representa un candidato construido por especialistas en imagen que van desactivando todo intento original o de sinceridad del mismo con el fin de lograr una simetría simbólica entre el candidato virtual y las aspiraciones pragmáticas de sus futuros electores quienes sólo existen como tales. Al final, cuando se ha triunfado, Redford lleva a su jefe de campaña a un lugar aparte del bullicio triunfador y le pregunta: y ahora que haremos?....

Habermas, lo he escrito antes, dirá que la tarea actual del pensamiento y la acción es pasar del paradigma de la conciencia monológica al paradigma de la comunicación. Como recordé anteriormente, del yo pienso, dirá Apel, al nosotros argumentamos.

En el lenguaje cotidiano denominamos realidad a lo que está en nuestro entorno incluida una percepción de nosotros mismos. De allí surge aquello de "ser realistas" cuando no estamos de acuerdo con alguna situación social específica, por ejemplo, la pobreza creciente, los bajos salarios docentes, la inseguridad laboral, la niñez a la deriva, etc, etc.

Propongo denominar esta situación como "lo fáctico" Lo fáctico es aquello que se encuentra del modo de una fotografía periodística. Representa un encuadre, un ángulo, un plano de cierta perspectiva de un componente privilegiado de un hecho. Es lo que está dado dentro de la perspectiva fragmentada de una realidad.

Si cualquiera de nosotros fuésemos designados para ver un determinado accidente, una película, una conducta pública,etc, lo que tendríamos sería UNA INTERPRETACION de varias posibles de un determinado acontecimiento. Esa interpretación descansa en distintos niveles discursivos en los cuales asentamos nuestra percepción conceptual. De tal modo que no sólo por lo fragmentario y particular es incompleto el enfoque, lo es también por el más o el menos nivel simétrico de actualización cultural que poseamos, junto a la ausencia de respuesta conceptual más simétrica y la altura de las propuestas, para generar un disenso que enriquezca un consenso participativo.

Llamo realidad a aquello que permite una vigencia de saberes como parámetro de consensos, del mismo modo que de normas y valores consensuados por toda la comunidad de un Estado -Nación, en un contexto universal. De ese modo, lo fáctico no es más que una determinación particular que se presenta como una vigencia aceptada por todos. Lo real es aquello que constituye un consenso vigente de toda una comunidad ya sea total o parcial. Es parcial un consenso cuando se da en una determinada comunidad de comunicación como por ejemplo, la comunidad docente, o la comunidad política, o la religiosa, etc. Pero ese consenso requiere una articulación a la totalidad de la comunidad social, cultural y personal para ser una realidad de primer grado. De otro modo estamos en presencia de un modo unilateral de realidad que es claramente lo fáctico, lo determinado arbitrariamente. Esto nos lleva a postular una apreciación de la realidad social como consenso en un momento determinado de la historia como sistema articulador de los disensos. Y a una apreciación de lo fáctico como criterio de imposición de un fragmento sobre la totalidad como sistema de dominación que se impone por una manipulación de lo simbólico, por lo tanto, del lenguaje, de allí a las estructuras materiales.

El caballero de los espejos, es lo fáctico, que pretende deformar el realismo quijotesco. Hay que procurar que a los fácticos se les oscurezcan los espejos monológicos para que les quede una sola salida. Verse y descubrirse en el otro.

Quisiera simplificar la importancia de conocernos de modo productivo para el cambio que podría llevar a nuestra especie a un mundo sin hambre, sin niños esclavos o de la guerra, sin un patológico juego infernal de venta de armas, sin tantas cumbres y más trabajo solidario en el llano, con esta reflexión en formato poético.

Porque no nos conocemos no sabemos como el sol
Enciende los frutos de la tierra
Y como se ennoblecen las manos
En el trabajo cotidiano del hombre de esa tierra
(Hombre de la tierra elaborado para tarjeta postal
Para cuento costumbrista para canción folklórica
Pero poco para ciudadano para leyes laborales
Para acceder a la tierra productiva)

Porque no nos conocemos no sabemos porque el mar
Reposa en las rocas su espuma
En la faena periódica de entregarnos sus frutos
Entre las redes fértiles del hombre de ese mar…

Porque no nos conocemos no sabemos como la flor
Ennoblece su dádiva en la abeja
Y nos ofrece en los días amargos
El diálogo armónico del universo
Que es el sabor dulce de su entrega

Porque no nos conocemos no sabemos como crece
O muere el niño entre la tierra herida y la agonía materna
E irrumpe en el hombre como una daga viviente
Por el grito del vientre abortado por la pobreza
Por todos los partos de tantas mujeres

Porque no nos conocemos no sabemos como los niños
Mueren en silencio
Y sus sonrisas amputadas no alteran nuestro paso
Envuelto en el individualismo egoísta
Sostenido en las sonrisas sin niños

Porque no nos conocemos no sabemos como la vida
Fluye su leche y miel a cada instante en esta nuestra tierra prometida
Y en el encuentro del hombre con el hombre
Pospuesto en todos los encuentros
Podría alimentar nuestro tiempo
Y solo lo sabremos
Cuando tu y yo nos conozcamos
Y conozcamos en ese acto universal a todos los hombres

Walter Dennis Muñoz, Periodista

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